La economía aragonesa registró durante el segundo trimestre de 2022 un crecimiento del 1,1% en relación el primer cuarto del año, un dato que mejora en tres décimas la valoración inicial (0,8%) y que confirma . Así lo recogen las nuevas estimaciones realizadas por el Instituto Aragonés de Estadística (IAEST) sobre los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral de España elaborada por el INE. El incremento del producto interior bruto (PIB) de la comunidad autónoma entre abril y junio es cinco décimas mayor al anotada en el trimestre precedente.
En términos interanuales –respecto al mismo trimestre del año 2021–, la economía aragonesa aceleraba el paso con un crecimiento del 6,7%, un punto porcentual y dos décimas superior al dato de invierno. También en este caso el alza es superior en seis décimas respecto a la primera estimación (6,1%) que se hizo con el avance de datos que el INE publicó el 29 de julio.
El citado organismo estatal publicó el pasado el 23 de septiembre los datos definitivos nacionales de esta estadística e incrementó el crecimiento para España en el segundo trimestre. En base a esos datos, se ha recalculado también las variables de Aragón
El consumo interno pierde fuerza
Así lo recoge el Boletín Trimestral de Coyuntura número 78 publicado este viernes por el departamento de Economía, Planificación y Empleo del Ejecutivo autonómico, que incluye el análisis de la evolución de la economía internacional, española y, especialmente, aragonesa durante el segundo trimestre de 2022.
Durante ese periodo, a pesar del contexto internacional marcado por la incertidumbre y la ralentización de la actividad, tanto la economía española como la aragonesa mostraban, según explican desde la DGA, «un buen ritmo de crecimiento, aunque con señales de pérdida de impulso» en los componentes de la demanda interna, tendencia que «muestra una continuidad en los indicadores parciales disponibles para el tercer trimestre del año».
Desde la óptica de la demanda, el buen comportamiento de la economía aragonesa descansaba en el sector exterior, que mejoraba su contribución positiva al crecimiento, ya que la demanda interna tendía a perder dinamismo. Así, el consumo de los hogares crecía un 0,1% anual en el segundo trimestre, por debajo del 1% anual precedente. Desde el punto de vista de la oferta, mejoraban su comportamiento la industria y la construcción, mientras los servicios moderaban su ritmo de avance y la agricultura se deterioraba.
