El Periódico de Aragón

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POLÍTICA EDUCATIVA

El combustible pone en jaque el servicio de transporte escolar en Aragón

Las empresas rehúyen de los contratos de Educación, que se licitaron antes de que subieran los costes y ahora "no compensan" a las empresas / La falta de conductores es el otro «gran problema» para cubrir todas las líneas

Varios alumnos suben al bus escolar en una imagen de archivo. EL PERIÓDICO

El inicio de las clases en Aragón ha sido bronco en lo que a transporte escolar se refiere. Todos los años surgen problemas, pero este, especialmente, el escenario ha sido todavía más complicado por el elevado precio del carburante y la acuciada falta de conductores. De hecho, esta situación ha derivado en problemas en muchos puntos de la comunidad donde varios alumnos han tenido (y tienen) dificultades para llegar a clase.

Huesca, Caspe, Maella, Alcañiz, Gallocanta, Siétamo, Teruel o Ainzón son algunas de las localidades donde se han registrado incidencias. En la mayoría de los casos, según apuntan fuentes del Departamento de Educación, la situación está resuelta, pero lo cierto es que la solución se ha alcanzado con el curso ya comenzado y eso, para las familias afectadas, ha sido problemático.

El principal hándicap con el que la consejería se ha encontrado este año está en que las licitaciones de las rutas escolares se hicieron antes de que subiera el precio del carburante. Es decir, las condiciones con las que se publicaron los contratos recogían unos criterios económicos que, con el incremento de la gasolina, ya no cuadran a las empresas que suelen optar al servicio en Aragón. Eso ha hecho que las compañías rehúyan de los contratos de Educación.

"Esto son habas contadas. Hay que pagar a una monitora, a un conductor que tiene un convenio y la gasolina. Y, además, debe haber un beneficio industrial", dice Rosa Cavero, secretaria de la Asociación Empresarial de Transportes Interurbanos de Viajeros.

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«Hay licitaciones que no compensan al precio que salen, sobre todo en el ámbito rural. Hay que ajustar el contrato al precio», explica Rosa Cavero, secretaria de la Asociación Empresarial de Transportes Interurbanos de Viajeros en Autobuses de Aragón (Aetiva). «En Zaragoza no ha habido problemas, pero no puede haber un autobús para cada pueblo del Pirineo o de Teruel. Son muchos kilómetros en vacío, mucho consumo, un pago de horas completas las hagan o no las hagan. Es difícil y que las rutas queden desiertas, con la situación actual, no es extraño», apunta Cavero.

Procesos negociadores

En cualquier caso, Educación tiene que dar servicio a los alumnos y, al final, se inician procesos negociadores entre la consejería y las empresas donde, de alguna manera, se renegocian contratos o se buscan alternativas. En ocasiones con un sobrecoste para la DGA.

Si el precio del carburante ha condicionado el escenario de las rutas escolares, el otro «gran problema» está en la falta de conductores. «Es algo generalizado. Aquí hemos llegado a ofrecer vivienda y un horario completo, aunque no se haga en la ruta, para que se queden trabajando en la empresa», cuenta Cavero. «En zonas rurales, donde la gestión se hace más difícil, Educación opta por contratar taxis porque es más económico. «Esto son habas contadas. Hay que pagar a una monitora, a un conductor que tiene un convenio y la gasolina. Y, además, debe haber un beneficio industrial. Con la situación actual cuadrar todo, al precio que se fijaron los contratos, es difícil», insiste Cavero.

Familia afectada en Gallocanta: "Un vecino lleva a mi hija y le estoy pagando la gasolina"

Cuando Andrea aceptó el pasado verano el trabajo en el albergue de Gallocanta «no esperaba para nada» que la situación cambiara de rumbo como lo ha hecho. Desde un principio le garantizaron que su hija no tendría problemas para acudir al instituto, pero la realidad fue otra porque, días antes de iniciar las clases, la menor de 13 años no tenía ruta escolar con la que viajar al centro de Calamocha. «Me quedé sin palabras cuando me dijeron que no había autobús», cuenta Andrea a este diario.

La situación derivó en que la primera semana de curso su hija no acudió a clase por la falta de transporte. Sin carné de conducir ni coche, la mujer cuenta con el apoyo de los vecinos. De hecho, uno de ellos, jubilado, está llevando y recogiendo a diario a la menor hasta Calamocha de forma voluntario. La distancia en coche es de unos 20 minutos cada trayecto. «De momento no hay otra solución. Le estoy pagando la gasolina a esta persona, de mi bolsillo, y afortunadamente mi hija no pierde clase. De todo modos, ¿qué pasa si un día él no puede o simplemente deja de hacerlo porque no es su obligación? Estaría en todo su derecho», explica.

Educación no llegó a tiempo con una solución para el inicio de curso, aunque sí ha contactado con la madre hace unas semanas para plantearle dos alternativas. La primera es trasladar a su hija a una residencia de Teruel para que acuda a una instituto de la ciudad. «Le pagarían la manutención, pero he dicho que no. No creo que tenga edad para estar sola toda la semana y lejos de casa», asegura Andrea.

La otra opción es una ayuda de 0,19 euros el kilómetro para que la familia pueda costear los traslados al instituto. El problema es que no tiene vehículo ni tampoco el «compromiso certero» de alguien que quiera hacer este viaje. Aún así, Andrea aceptó la opción de Educación «porque es la mejor dentro dos alternativas insuficientes», aunque insiste en que el problema no se soluciona. «El autobús sigue sin pasar por aquí, solo llega hasta Tornos, y esa ayuda, que todavía no hemos recibido, no nos arregla el problema. No sé hasta cuándo este vecino nos hará el favor de llevarla, además de que no hay un seguro por si pasa algo. Es una situación muy incómoda», detalla.


Para que haya una ruta de transporte se requiere un mínimo de 6 alumnos. En el caso de que no se dé esa circunstancia, el Servicio Provincial recurre a las ayudas individualizadas. No obstante, si las familias no puedan realizar ese transporte, Educación busca "una solución excepcional a cada situación particular», matizaron desde la consejería.

Estas han sido las incidencias:

Maella y Nonaspe: Hasta la semana pasada la ruta Caspe-Alcañiz no estaba activa. Tras un estudio por parte de Educación, la situación está resuelta.

Alcañiz: El traslado de los estudiantes que van al instituto Mar de Aragón de Caspe está «en vías de solución», según Educación, que contratará "en breve" el transporte. 

Teruel: La empresa de la ruta en los barrios rurales de El Campillo y San Blas no pudo dar servicio los primeros días de curso. El problema está ya resuelto.

Siétamo: Un «malentendido» con el transportista dejó sin servicio a los alumnos de Secundaria el primer día. Se solucionó al día siguiente.

Ainzón: Por «error» se unieron dos rutas en un mismo taxi el primer día cuando el número de alumnos era mayor. En menos de 24 horas quedó arreglada la situación.

Huesca: La falta de autobuses obligó al instituto Pirámide a empezar el curso más tarde. Finalmente se autorizó una ruta, que hace varios viajes durante el día.

Gallocanta: Una menor de 13 años no tiene ruta al instituto de Calamocha. La familia ha aceptado la ayuda para gasolina, pero no tiene vehículo ni carné.

La gran mayoría de las rutas que hay vigentes en Aragón en sistema de autobús escolar, aunque también hay alguna reserva de viajeros en líneas regulares. «La idea aquí es optimizar plazas y el servicio. Si nos dicen cuántos alumnos hay, nosotros lo que hacemos es guardar esas plazas para los estudiantes en un viaje regular», explica Cavero, quien insiste en la «buena comunicación» con Educación en la gestión. «Todos los inicios de curso son complicados y siempre hay una buena disposición. El problema este año lo estamos notando en los costes», reiteró la presidenta de Aetiva.

El problema de la falta de conductores es generalizada en todos los sectores del transporte. En el caso de las rutas escolares, se llega a ofrecer vivienda y un contrato de todas las horas aunque no se hagan para que el trabajador resida en la zona.

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En la actualidad, el Departamento de Educación cuenta con un total de 621 rutas de transporte que dan servicio a 13.598 alumnos. A pesar de la situación, el servicio se ha incrementado porque en el curso 2019-2020 se contaba con 598 rutas. «Antes de proceder a la concesión de una ayuda individualizada se agotan todas las vías posibles. Son situaciones muy complicadas», insistieron desde la consejería, cuyo balance del inicio escolar es «positivo» en este tema. «Dado el elevado número de rutas de transporte que existen y el volumen de alumnado transportado, han sido pocas las incidencias que se han registrado. Se han tratado de resolver en el menor tiempo posible», indicaron.

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