Un cero para las partidas específicas que cada año aparecían para el futuro Corredor Cantábrico-Mediterráneo, que no solo afecta al tramo Zaragoza-Teruel-Sagunto, sino también al Zaragoza-Castejón de alta velocidad en dirección a Navarra. Cero euros. Un cantidad de nuevo irrisoria para la futura A-40 Teruel-Cuenca, que facilitaría esas comunicaciones por carretera con la capital de España, apenas 500.000 euros que dan para lo que dan, y que van acompañados de 4 millones más para 2024 y 2025, para estudios (más estudios). El aeropuerto de Zaragoza, con menos de dos millones y con la renovación de la pista de aterrizaje a la espera de consignación (de la torre de control, mejor olvidarse). Y el desdoblamiento de la carretera entre Monreal del Campo y Alcolea del Pinar, con 128.270 euros...
Son solo cifras que muestran voluntades políticas del presupuesto superexpansivo del Gobierno central que, eso sí, deja para Aragón 547,86 millones de euros de inversión en términos absolutos, un 4,8% más respecto a 2021 y solo el 4,1% del pastel inversor que, a nivel nacional, crecía hasta un 33% y que deja a la comunidad como la novena que más trozo se lleva de los 13.443,93 millones que había para el próximo año.
Muy lejos del 17,2% que se adjudican, por ejemplo, a Andalucía y Cataluña, pero al menos mejora el dato de 2022, cuando solo se le concedió el 3,4%. Tiene una fácil explicación, tienen más población, pero eso redunda en las críticas de territorios como Aragón que acusa la dispersión geográfica y la despoblación a la hora de conseguir sus reivindicaciones en materia de inversiones. Si el objetivo es el reto demográfico, estos PGE previos a las elecciones autonómicas, municipales y, más adelante, generales, no dejan demasiadas muestras de cariño para lograrlo.
Un ‘error’ de Adif
Unas cuentas que, a la vista del desglose regionalizado, evidencia la falta de proyectos nuevos pensados para una comunidad carente de inversiones potentes en infraestructuras, comunicaciones ferroviarias de las que acercan proyectos de ambición como la Agencia Espacial Española (que ahora parece estar a años luz de Teruel con los requisitos que busca el Ministerio de Ciencia), y que tienen, precisamente a Teruel, como la provincia más damnificada.
Aunque desde el Gobierno central se apresuraron a matizar que había algunos errores en el desglose publicado. Sobre todo por la gran sorpresa de esas cuentas: cero euros en el Corredor Cantábrico Mediterráneo equivalía a pensar que las máquinas que ya trabajan en la electrificación de la línea ferroviaria entre Zaragoza y Teruel y que lleva gastados muchos millones de euros en los últimos años se detendrían por falta de consignación presupuestaria. Desde el ministerio matizaron que en realidad este proyecto estratégico para Teruel y Aragón en realidad cuenta con 47,29 millones en las cuentas estatales, en dos partidas distintas de 27,42 y19,87 millones, respectivamente. Si a ello se suma que tampoco se regionaliza el dinero del Fondo de Inversiones para Teruel, otros 30 millones, estaríamos hablando ya de 77,2 millones más para Aragón, es decir, más de 625 millones en total para la comunidad. Hay matices que cambian la foto sustancialmente.
Huesca recibe un impulso inédito con la renovación de las vías hasta Canfranc
Pero en líneas generales el Gobierno central está más centrado en este 2023 en que crezca el gasto social, dedicado a todos los españoles, también los aragoneses; crece un 33% el dinero para inversiones aunque para Aragón sean solo el 4,1% del total y menos del 5% respecto a 2022; y aumentan las prestaciones que sirven para combatir el día a día de todos los ciudadanos del país, pero deja poco margen para el lucimiento de los partidos en el territorio (tan importante de cara a las elecciones municipales y autonómicas en mayo) o para atender las reivindicaciones de quienes deben votar estas cuentas en el Congreso, como Teruel Existe, al que solo le ofrecen ‘guiños’ a futuro. Más promesas. Y lo más consistente puede que sea el futuro Museo de la Guerra Civil, dotado con 750.000 euros para 2023, que ni siquiera estaba entre sus prioridades.
Al final, dentro del maremagnum de cifras de la inversión están proyectos ya en ejecución y que seguirán con paso firme a cumplir plazos, como los 17,1 millones del tramo Siétamo-Huesca en la A-22 (ya un clásico en los PGE); los 13,4 para la construcción de la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza; o los 16,2 millones para el tramo Gallur-Mallén en la A-68, al que solo le restan cuatro kilómetros para finalizar el año próximo.
Pero este proyecto, la autovía A-68, por ejemplo, en la provincia de Teruel se atisba otro horizonte. Con el tramo El Burgo de Ebro-Fuentes de Ebro ya en marcha, los 19,1 millones consignados están más que justificados, pero de ahí hacia Las Ventas de Valdealgorfa el impulso definitivo se aguarda, a la vista de las cifras para 2024 y al ralentí. El año próximo solo habría dinero para licitar las obras y poco más. Los PGE contemplan 767.840 euros para el tramo Alcañiz-Valdealgorfa, 673.700 para el de El Regallo-Alcañiz, 500.000 para Híjar-El Regallo, igual que para Azaila Híjar y Quinto Azaila, y 474.710 para el de Fuentes de Ebro-Quinto.
De ellos, solo el primer tramo, el de Alcañiz-Valdealgorfa, contempla un plurianual de 9 millones de euros en los tres años siguientes, dos en 2024 y 2025, y y 5 en 2026, es decir, esperar solo un año más para ver obras. Y los del Regallo-Alcañiz y Fuentes Quinto deberán aguardar a 2025 para empezar a ver máquinas, y sumar dos millones ese año y otros cinco en 2026 en el caso del primero, y cinco y diez, 15 millones en dos anualidades, en el segundo.
El final de la obra de Mularroya se aplaza al 2026 con 43 millones en los próximos 3 años
Otro de los aspectos relevantes de estos PGE 2023 es el impulso a las infraestructuras de Huesca, sobre todo las ferroviarias, en la mejora de la línea Huesca-Canfranc se lleva 1,8 millones el año próximo y solo 255.100 euros destinados a la reapertura del túnel transfronterizo, pero especialmente importante los 69,5 millones dirigidos a la Red Ten-T, con otros 2,17 millones para tramos en Zaragoza. Esta no es otra cosa que la denominación que reciben obras de modernización de la vía como la ya ejecutada en Zuera o la actual entre Ayerbe y Plasencia del Monte, en Huesca.
Pero si algo salva las cifras de la inversión de estos presupuestos estatales son las obras hidráulicas, como los 22,23 millones de euros previstos para el pantano de Yesa y los 13 para el embalse de Mularroya. El primero, suma y sigue elevando las cifras de su recrecimiento y los PGE ya solo contemplan poco más de 18 millones para terminar la obra en 2025. El segundo, amplía dos años más su plazo de finalización, en cuanto al desembolso al menos. Si el año pasado se preveía consignación hasta 2024 y preveía 22,1 millones entre 2023 y el año siguiente, ahora ya incluye casi 30 y con plurianuales hasta 2026. Esto también es voluntad política... o quizá es fruto de los varapalos judiciales al proyecto. O los proyectos en regadíos, con 23,82 millones en total.
