El nuevo hotel de lujo que se aloja en la estación internacional de Canfranc ya tiene fecha de apertura: «Se inaugurará el 5 de diciembre». Así lo explicaban esta semana desde el servicio de reservas que la empresa que lo va a explotar, el Grupo Barceló, a los clientes que llamaban para preguntar por la fecha en la que poder contratar una de sus 104 estancias de alto nivel que ya empiezan a exhibir su imagen definitiva.
Las obras avanzan «en plazo», aseguran fuentes próximas a la obra, que no el titular del inmueble y responsable de la reconversión que se está ejecutando, que mantiene silencio absoluto sobre el desarrollo de los trabajos porque está al caer una presentación oficial. Al menos cuando se pueda decir oficialmente los planes de la empresa ya tiene perfectamente definidos: el objetivo es estrenarlo justo a tiempo para el puente de la Constitución.
De hecho, tan segura está la firma de que ese objetivo lo puede y lo quiere cumplir que «en los próximos días» se publicarán en la web oficial de este hotel, bautizado como Royal Hideaway Canfranc, los precios definitivos a los que pagar una estancia de alto nivel. Será, como todos los Royal Hideaway de la compañía, un hotel de cinco estrellas que, en este caso, pasará a convertirse en el primero de esta categoría en toda la provincia. El éxito, apuntan, está garantizado, ya que para esas fechas confían en que pueda incluso estar lanzada la temporada de esquí y con dos estaciones como Astún y Candanchú tan próximas, tener clientela asegurada.
La realidad es que a día de hoy todo hace pensar que se llegará a tiempo. Las obras que restan en este mes y medio que todavía resta son casi de detalle. Y en el exterior, los acabados de la urbanización del entorno están prácticamente finalizados. Pero, no listos para ser recepcionados porque andan enfrascados con el alta de las instalaciones de luz. De nuevo, para la administración competente la culpa es de la compañía suministradora que no da luz verde a los trabajos visiblemente acabados en el exterior.
Las exigencias de endesa
Aunque para la compañía, Endesa en este caso, no es exactamente así, el alta que necesita la DGA, más concretamente Suelo y Vivienda de Aragón, aún requiere de unas obras que sigue sin tener hechas. Fuentes oficiales de la empresa explicaron a este diario que ya se les ha notificado que «para poder dar servicio a la estación de Canfranc falta terminar las instalaciones, un centro de transformación, la inspección de las instalaciones de distribución, la de las interiores a la espera de que las terminen, la cesión de un terreno por parte del Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), la tramitación de la autorización y el convenio de cesión». Sin esto no hay servicio posible al hotel ni al entorno que lo requiera.
La pregunta, a la vista de esta situación, es si con lo que falta por hacer se llega a tiempo de esa fecha del 5 de diciembre que la firma hotelera mallorquina se ha fijado como objetivo para la inauguración. Si más allá de las fotos oficiales y el beneplácito de todos a la puesta en marcha de este proyecto, se dan las condiciones para que la instalación eléctrica para tener el visto bueno de Endesa reunirá para entonces las obras exigidas.
También para ejecutarlas tienen poco más de un mes y medio. Aunque también podría abastecerse de otro suministro externo a la compañía eléctrica, puede que detrás de la demora en publicar las tarifas y abrir las reservas al público esté la incertidumbre sobre cómo y cuándo se salvará este escollo. Tampoco la DGA ofrece más explicaciones al respecto.
Sin embargo, sería una sorpresa mayúscula que no se llegara a estrenar en el plazo deseado por la empresa adjudicataria de su explotación. La firma balear avanza en su plan de comercialización y los trabajos en el interior de edificio prosiguen ya a máximo rendimiento.
La restauración de dos vagones históricos
También fuera de la estación, a muchos kilómetros de distancia. En Madrid, concretamente, que es el lugar al que enviaron en la segunda quincena de septiembre los dos vagones históricos que se alojaban en Canfranc para reconvertirlos en restaurante. Será, sin duda, uno de los símbolos de este hotel de lujo en la provincia de Huesca, un espacio gastronómico y otro a la carta para degustar platos típicos de la tierra y de Francia, un acicate por la singularidad del espacio escogido que, no obstante, requiere de unas labores de recuperación que acometer casi en tiempo récord. Se trasladaron por carretera y regresarán a su lugar de origen transformados para alojarse en la trasera de la estación internacional.
Todo va cogiendo forma en el futuro hotel de lujo, mientras Canfranc prepara la bienvenida al establecimiento en un fin de semana, el del 4 y 5 de diciembre, que será seguro para recordar.
