El Periódico de Aragón

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La prohibición de fumar en las terrazas en Aragón se mantendrá hasta el fin de la pandemia

La comunidad no se plantea ampliar la norma porque la ‘ley antitabaco’ es nacional / El Club Natación Helios podría convertirse en un espacio libre de humo

Una persona fuma en una terraza en Zaragoza, esta semana, pese a estar prohibido. MIGUEL ANGEL GRACIA

La ley antitabaco lleva más de una década vigente en España. La sociedad, en este tiempo, ha visto cómo se endurecían las medidas y aceptándolas sin problemas. Su reforma y actualización es necesaria, según lo ha asegurado la ministra de Sanidad Carolina Darias en varias ocasiones, sin embargo sigue estancada. Tanto es así que son varias las comunidades autónomas o las ciudades que están preparando leyes propias o implementando medidas para que los escenarios en los que está permitido fumar sean los mínimos. En Aragón no está previsto ninguna modificación ya que, fuentes del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, consideran que se trata de una norma nacional. Sí que se mantiene la prohibición de fumar en las terrazas, una medida que entra dentro de la denominada ley covid, donde no se permitía el consumo de tabaco si no se podía respetar los dos metros de seguridad. Y que se mantendrá hasta que se derogue, es decir, en principio hasta que se declare el fin de la pandemia. En comunidades como Baleares o Cataluña se pretende prolongar esa prohibición. Aunque el veto no implica su cumplimiento.

Toda medida es «positiva», aunque es negativo que sea cada comunidad quien legisle, asegura David Planas, responsable de prevención de la Asociación Española contra el Cáncer en Zaragoza. Considera además que «estamos en un momento» en el que será complicado que se actualice la ley por la cercanía de las elecciones.

La asociación contra el cáncer quiere que esa norma nacional se amplíe a cualquier espacio, aunque desean centrarse en «lugares muy utilizados por familias y niños, o por gente susceptible de coger malas prácticas», ya que hay que evitar la incorporación de nuevos fumadores. Esto supondría incluir en la prohibición de fumar parques, piscinas, lugares donde se hace de porte, que «deberían ser libres de humo», porque, Planas explica que también al aire libre «en casi todos los espacios existe humo ambiental». 

El no fumar en espacios cerrados causó su momento gran rechazo entre los fumadores, sin embargo, nadie vería normal hoy hacerlo; por eso desde la asociación consideran necesario que ese veto se extienda a los alrededores de los hospitales, ya que es habitual ver fumar en la puerta, o en los parques infantiles. Ahora, la prohibición solo se da «en las áreas de juego» pero no en el resto. Y destaca que, igual que hay placas donde se niega la entrada de perros, en casi ningún parque se señala que no está permitido el consumo de tabaco. 

El número de tratamientos se reduce más del 78% en 2 años

El número de aragoneses que han acudido a su centro de salud para recibir ayuda y dejar de fumar se ha reducido drásticamente en los últimos dos años. De hecho, hasta julio habían pedido tratamiento 1.994 personas frente a las 15.798 que lo hicieron en 2020 (durante los doce meses) o los 8.246 que lo hicieron un año después. De hecho, teniendo en cuenta esa cifra de hace dos años, la media de aragoneses que decidieron dejar de fumar con ayuda fue de 1.316 cada mes, y la proyección sería que la reducción en los primeros siete meses del año ha sido de un 78%; y un 58,5% con referencia al año pasado.

El primer nivel de atención al fumador, donde puede encontrar apoyo en el proceso de dejar de fumar, lo constituyen los centros de salud; donde el personal médico y de enfermería de Atención Primaria ofrecen la posibilidad, mediante intervención breve o intervenciones intensivas, de llevar a cabo un proceso de cesación del hábito tabáquico. El segundo nivel de atención al fumador está constituido por los centros especializados como las Unidades de Atención y Seguimiento de Adicciones (UASA), y hospitales.

El colectivo tiene pendiente un encuentro con representantes del Gobierno de Aragón para intentar que «se amplíen» los espacios sin humo porque la intención es «sensibilizar y dar pasos poco a poco». Con el Ayuntamiento de Zaragoza ya hubo conversaciones este verano para prohibir fumar en las piscinas municipales con «buena acogida» aunque de momento no se ha hecho efectivo. «Es más fácil con los municipios pequeños», reconoce Planas, quien confirma que sí que se sumaron las piscinas de Cuarte, Tarazona y Ariza, y en el caso de Utebo, además de la piscina, la medida se aplica también al parque, plazas y espacios simbólicos del municipio.

En la capital aragonesa, por ejemplo, tienen en marcha –hasta el 31 de octubre– una campaña de recogida de firmas para convertir al parque grande en un espacio libre de humo. De momento llevan unas 500 firmas físicas y más de 700 digitales. A Planas le llama la atención «la cantidad de gente que fuma y que ampliaría los espacios sin humo» o que «muestra la intención de dejarlo». La primera entidad que se sumó a la iniciativa fue el Parque de Atracciones y ahora tiene intención de hacerlo el Club natación Helios, porque «les gustó el proyecto y van a ir implantándolo» y sensibilizando de la importancia no comenzar a hacerlo. 

Planas afirma que el 27% de los hombres en Aragón fuman y el 15% de las mujeres fuma habitualmente, una cifra que ha ido bajando en los últimos años. La edad de inicio es de unos 16 años, algo que «llama la atención» a Planas puesto que la venta sigue siendo «ilegal» a los menores de edad, asevera. Y añade que hay que tener en cuenta la forma de consumirlo, ya que cree que se ve «inocuo» el consumo de cigarrillos electrónicos. Y «no lo es». 

Prevención: «Hay que cambiar la mentalidad»

Durante 20 años consiguieron que muchos ciudadanos dejaran de consumir tabaco y se convirtió en un centro de referencia en el tema de la prevención y la ayuda para la deshabituación. Sin embargo, la Asociación Para la Prevención del Tabaquismo en Aragón (Apta) ha dejado de funcionar y «cerrado las consultas», señala Wenceslao Varona Lopa, doctor en Medicina, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza y miembro de Apta, quien reconoce que durante la pandemia «la consulta no tenía lugar», todo se llevaba a cabo en el terreno digital. A eso se unió que se retiró las subvenciones, así que «ya no hemos abierto» y solo realizan alguna consulta por teléfono. 

Desde el Salud se ha centralizado toda a atención contra el hábito tabáquico en los centros de salud y Atención Primaria; sin embargo, Varona considera que no es suficiente puesto que en España hay «diez millones y medio de exfumadores» y de esa proporción una gran parte lo ha hecho con ayuda. Son personas que «necesitan de seis a siete visitas con seguimiento individualizado durante un año», por lo que «el volumen de recursos sanitarios es importante». Pero sobre todo destaca que «el tabaco mata a unas 60.000 personas anuales; por eso pongo el ejemplo de Huesca. Es como si todos los años muriera Huesca y parte de su población de alrededor», señala. 

Por eso, considera que es necesario un cambio de mentalidad, ya que el «tabaco debe ser visto como un problema nocivo que mata. Hay que verlo como una adicción», señala, para puntualizar a continuación que la imagen que se tiene del tabaco, la sensibilidad. Y es que habla de la «violencia mortífera machista, que no hay que hacer de menos, por supuesto, pero tampoco ser insensible ante esas 60.000 personas que mueren por el tabaco». Que mueren o que «malviven porque trabajo en un hospital y los veo cómo procesan el aire, que lo tienen que masticar», cuenta. Además, pone de manifiesto que cuando se habla de tabaco se piensa en el cáncer de pulmón, pero «no es así, también puede provocar otro tipo de cánceres como el de vejiga». Para el especialista se está «luchando contra un enemigo invisible» y destaca la importancia de la ayuda. «Muchos hemos dejado de fumar sin tratamiento, pero no todos lo consiguen», concluye.

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