El Periódico de Aragón

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DERECHOS LABORALES

La herida del medio rural: la explotación laboral se dispara en los pueblos de Aragón

La agricultura y la ganadería y el empleo doméstico acaparan las denuncias por trabajo forzoso en la comunidad, donde más del 50% de las víctimas viven en el trabajo forzoso

Una temporera en un campo aragonés, donde encuentran situaciones de mayor vulnerabilidad. EL PERIÓDICO

Aragón no se escapa de la explotación laboral. Las denuncias siguen en incremento, con una especial incidencia sobre las mujeres migrantes, estén o no en situación irregular, y en los entornos del medio rural. Así se extrae del quinto informe que el sindicato UGT ha elaborado a este respecto, en el que se refleja que Aragón ha recibido 62 denuncias de víctimas en 36 casos distintos.

De hecho, desde UGT califican de "sobrerrepresentación" de casos en el medio rural pese a la menor actividad que estas zonas registran en el plano económico. Acaparan la mitad de las situaciones denunciables notificadas en la comunidad y las mujeres representan más de la mitad de las víctimas de explotación laboral en la comunidad. Se traduce este dato en que buena parte de las denuncias corresponden al sector del empleo doméstico y la agricultura y la ganadería. De hecho, estos dos ámbitos aglutinan el 80% del total de víctimas.

El aumento es muy significativo respecto al primer informe que se presentó en 2018. De hecho, la cifra de 2022 prácticamente multiplica por cinco la de aquel año, cuando se recibieron denuncias de ocho casos que afectaban a 13 víctimas.

Además, "ser joven supone estar en riesgo de sufrir explotación laboral", ha afirmado el responsable del Departamento de Migraciones de UGT AragónAntonio Ranera. Es así porque el perfil de las víctimas se caracteriza por ser una persona joven, mujer, de nacionalidad extranjera y con un riesgo severo de exclusión social. "Muchas de estas personas acceden a trabajar de manera voluntaria bajo condiciones de explotación por pura subsistencia", ha continuado Ranera, lo que se traduce en una promesa de trabajo digno que nunca se formaliza.

Sin embargo, tan solo el 31% de las víctimas estaba en una situación administrativa irregular, por lo que siete de cada diez sí contaban con documentos en regla y aún así sufrían explotación laboral. Este caso es especialmente sangrantes en el empleo en el hogar. "Hay políticas para el bienestar de las personas que están infradotadas o no se ejecutan convenientemente. Y un ejemplo son las políticas de cuidados, cuyas lagunas deben cubrir las familias, lo que ahonda en la explotación laboral", ha apuntado Ranera.

Salarios ínfimos, jornadas interminables y la lacra del empleo doméstico

Las víctimas suelen trabajar para empleadores particulares en el ámbito del trabajo doméstico, para empresas de servicios de empleo temporal (ETT) en el caso de la agricultura o para pequeños negocios en otros sectores. Todos ellos sufren violaciones de sus derechos laborales al percibir salarios muy por debajo de la media (la media neta del trabajador extranjero se sitúa en 6.000 euros frente a los 13.500 de la media del trabajador español), jornadas laborales prolongadas, ausencia de contratos o violaciones de las normas de seguridad.

Para paliar esta lacra, desde UGT exigen una mayor dotación de recursos para la inspección de trabajo y también para la formación de los trabajadores de oenegés y otras asociaciones que tratan de cerca a estas personas. "Una de las claves es la concienciación", ha asegurado Pura Huerta Laborda, la responsable de la Secretaría de Formación y Empleo de UGT Aragón.

Las víctimas de explotación laboral sufren consecuencias tan variadas como la pérdida de salarios y cotizaciones sociales, la persistencia de su situación irregular en España, la cronificación de la porbreza, los accidentes laborales y la presencia de trastornos de ansiedad, depresión y una percepción de indefensión y desvalimiento.

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