El Periódico de Aragón

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Día mundial

Santiago, un joven que sufrió un ictus a los 26 años: "Ha habido momentos muy malos, pero espero poder llevar una vida normal"

Su madre, Adriana, asegura que la enfermedad "nos cambió la vida a todos" pero es positiva porque "la vida da nuevas oportunidades"

Santiago Lozano, junto a su madre, Adriana, en la capital aragonesa. |

Próximamente cumplirá 27 años, aunque en junio celebraron también otro cumpleaños, el primero de «una vida diferente». Y es que en ese mes pero de 2021, Santiago Lozano sufrió un ictus a sus 26 años. Ni él ni su madre lo esperaban porque pensaban que era «para personas de más edad». Él asegura que en esa época «bebía bastante, llevaba una vida sedentaria y fumaba», aunque seis meses antes había comenzado a comer «mejor» y hacer kickboxing. Este joven zaragozano nacido en Argentina trabajaba y espera «volver a hacerlo en cuanto pueda» aunque también se plantea «empezar a estudiar algo como auxiliar de enfermería», explica.

Afirma que el proceso de recuperación está siendo «un poco largo», pero reconoce que «físicamente se encuentra mejor». Aún tiene afectado el lado izquierdo, tanto el brazo como a pierna y «en la mano casi no tengo movilidad», explica; aunque ya le han dicho que «es lo último que se recupera». Eso físicamente, porque también ha tenido momentos de ánimo en los que ha estado «fatal, no veía muy claro nada, no veía mejoría y anímicamente me sentía muy mal». Esos momentos ya «han pasado», gracias «al apoyo de mis padres, mi hermano y también de mi perro», dice entre risas. Su deseo es «llevar una vida lo más normal posible», reconoce.

A su lado está Adriana, su madre, que recuerda que cuando le dio el ictus estaba con fiebre y, de hecho, pensaba que sería covid, ya que «por desconocimiento» creía que era una patología de personas mayores. Habló con su médico y le recomendó llevarle a urgencias. Allí le dio un derrame y se quedó en la uci durante dos meses en un «coma bastante inducido, con traqueotomía». Sufrió otro ictus más. Tras ese tiempo en cuidados intensivos y más en planta, ambos solo tienen palabras de agradecimiento tanto para el equipo de traumatología de la uci, los neurocirujanos como para la asociación Ictus de Aragón (Aida), a la que acude a rehabilitación y también a fisioterapia al hospital Miguel Servet.

Otra oportunidad

Adriana es optimista e incluso de una situación como la que ha vivido su hijo reconoce que «hay que buscar algo positivo, porque la vida te da nuevas oportunidades», señala. El ictus lo padeció Santiago y «a él le cambió la vida, pero la vida, realmente, nos cambió a todos y así hay que aceptarlo», asegura, aunque también asevera que en la familia «pasaron momentos muy duros, sobre todo durante los dos meses en la uci, porque teníamos una gran incertidumbre. No sabíamos cómo se iba a despertar», explica; o cómo saldría la operación del cráneo –todavía le queda otra intervención quirúrgica–. Adriana es positiva porque «todo se puede sostener cuando hay un equipo bueno, que te dice las cosas claras y te sientes arropado en la familia», concluye. «Hay que tirar para adelante y saber lo que hay, pero tener voluntad de mejorar» y eso Santiago lo tiene, sigue luchando cada día por recuperar esa movilidad y esa «vida normal» y para ello cuenta con el apoyo de Aida y de toda su familia.

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