UGT ha ganado las elecciones sindicales en la planta de Stellantis Zaragoza al conseguir 11 de los 31 delegados que estaban en disputa, con un respaldo del 33,86% de los votos. La organización ha logrado la victoria tanto en producción como en oficinas, área esta última en la que se elegía a dos representantes menos respecto al 2018 por la pérdida de plantilla, pasando de 7 a 5. Los resultados sitúan a CGT como segunda fuerza sindical en la factoría al lograr un total de 7 delegados (21,47% de los apoyos). Por detrás se coloca CCOO con cinco (el 15,79% de los votos) y le siguen Stopel (4 y el 14,86%), OSTA (3 y el 10,70%) y CCP (1 y 3,51%). Los trabajadores de la planta han elegido a los 31 delegados, de los que 26 representan al Colegio de Especialistas y no Cualificados (producción) y 5 al de Técnicos y Administrativos (oficinas). Han ejercido su derecho al voto el 86% del censo electoral, sobre una plantilla de electores de 5.122 empleados. 

Estos resultados son casi un reflejo de los registrados en los comicios celebrados en 2018 y ponen de manifiesto la división que existe entre la plantilla de la factoría, en la que existen dos tipos de sindicalismo: uno más agresivo y reivindicativo representado principalmente por CGT y Stopel, y otro más moderado que apuesta por intentar cerrar acuerdos y en el que se encuadran UGT y CCOO. La suma de los delegados (16) otorga a estas dos organizaciones mayoría en el comité del que también formarán parte OSTA y CCP.

Han ejercido su derecho al voto el 86% del censo electoral, sobre una plantilla de electores de 5.122 empleados

El primero de los retos a los que tendrá que hacer frente el nuevo comité durante los próximos cuatro años es la negociación de un nuevo convenio colectivo a partir de enero, que regirá las condiciones laborales de más de 5.200 trabajadores. La negociación se enmarcará en un escenario de absoluta incertidumbre en el sector del automóvil por el desembarco del coche eléctrico y la más que probable merma del empleo, ya que algunos sindicatos creen que el 30% de los puestos de trabajo podrían evaporarse con la electrificación de las líneas. "Será complicada la negociación del convenio colectivo, pero el contexto actual es diferente al que había hace cuatro años porque los resultados de Stellantis han sido buenos" desde que PSA cogió las riendas de Opel, apunta la secretaria general de Industria de CCOO, Ana Sánchez.

La sindicalista, aunque reconoce las dificultades en el sector subraya que "son las mismas que hay para otras marcas como Volkswagen, Ford o Mercedes". Y es que el contexto no es excesivamente halagüeño, ya que está marcado por el fantasma de la inflación, que amenaza el poder adquisitivo de los trabajadores; el elevado coste de la energía, que pone en jaque la competitividad de las fábricas; la crisis de los microchips, que todavía no ha remitido totalmente y que ha provocado en los últimos años una muy importante pérdida de producción. Desde CCOO, "apostamos por llegar a acuerdos y mantener el empleo sin renunciar a lograr un buen pacto laboral" porque "queremos dar estabilidad a la planta dentro de la planta".

Desde la compañía subrayaron que el resultado confirma "un respaldo mayoritario a los sindicatos que han negociado el Plan Industrial y los acuerdos colectivos de los últimos años", algo que "nos han permitido mantener una ventajosa posición industrial dentro del grupo". Asimismo, Stellantis subraya que cuenta "con la plantilla y sus representantes legales para continuar el trabajo de preparación de la planta para optar a plataformas electrificadas" en un escenario que "cambiará radicalmente y tendrá que adaptarse a los nuevos sistemas de propulsión, arquitecturas y volumen de empleo futuros".

Stellantis advierte de un escenario que "cambiará radicalmente y tendrá que adaptarse a los nuevos sistemas de propulsión, arquitecturas y volumen de empleo futuros"

UGT ha ostentado siempre la presidencia del comité, con la excepción de una legislatura en los años 80, cuando estuvo liderado por CCOO. Sin embargo, la negociación del último convenio no convenció a toda la plantilla. Tan solo se apoyó el acuerdo con 800 votos de diferencia en una plantilla de 5.400 trabajadores, lo que se tradujo en una atomización del comité en las elecciones de 2018 que se mantiene en tras las celebradas este jueves. El acuerdo incluyó entonces moderación salarial, retribución variable vinculada a indicadores de desempeño, aumento del tiempo de trabajo, adaptación de nuevas prácticas de trabajo laborales y flexibilidad para responder a las variables condiciones de mercado, así como un compromiso de rejuvenecimiento de la plantilla. Pero las negociaciones fueron muy duras e incluso se amenazó con la pérdida del Opel Corsa, la joya de la corona de Figueruelas.