El Periódico de Aragón

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LAS CALEFACCIONES CENTRALES

La tarifa regulada de gas desata la ‘fiebre’ por los contadores

La instalación de repartidores de consumo es indispensable para acogerse a la tarifa TUR / Las comunidades retrasan hasta mitad de noviembre el encendido de las calderas

Un contador inteligente instalado en uno de los radiadores de un domicilio de Zaragoza. ÁNGEL DE CASTRO

La decisión del Gobierno central de permitir a las comunidades de vecinos que cuentan con sistemas de calefacción central de gas acogerse a la tarifa de último recurso (TUR), que fija un precio más asequible y fijo, ha desatado un frenesí en el mundo de la instalación de contadores individuales en las viviendas. Ocurre así porque contar con repartidores de consumo es una condición sine qua non para optar a esta tasa fija del precio del gas –o tener el compromiso de hacerlo antes del 1 de octubre de 2023–, la preferida por las asociaciones de consumidores y por la que clamaron los colegios de administradores de fincas.

La cuestión es que la instalación de estos contadores supone una inversión que muchas familias no pueden afrontar en un momento de inflación. Póngase por ejemplo que una vivienda de 90 metros cuadrados cuenta con ocho radiadores. Haría falta un medidor por cada uno, a razón de unos 25 euros por aparato. Por ello, la opción preferida por los vecinos es la de alquilar los repartidores durante todo el año, con unos precios que rondan "entre los 30 y los 60 céntimos", según cifran desde Gómez Group Metering, una empresa especializada en contadores y repartidores de costes de calefacción afincada en Zaragoza. Es decir, con un coste de unos seis o siete euros al mes.

Sin embargo, las prisas se han desatado entre quienes creen que la tarifa TUR es la más conveniente para pasar este complicado invierno que se avecina. "Ahora todo el mundo quiere instalarlos para ya. Y es lógico, con el gas quintuplicando su precio respecto a hace dos años", explican desde la empresa. Será muy sencillo para aquellas casas que cuentan con sistemas de climatización paralelos a las columnas (construcciones hasta 1998), pues en esos casos solo es necesario instalar el medidor. En las viviendas más nuevas, que cuentan con calefacciones por anillos, por ejemplo, es necesario ejecutar obras y colocar los medidores dentro de las tuberías.

De hecho, la instalación de estos contadores individuales en los edificios con calefacción centralizada debió haberse ejecutado hace ya una década. Una directriz de la Unión Europea que se remonta al año 2012 daba cuatro años a España para actualizar sus sistemas de climatización a un modelo más sostenible. Había sin embargo ciertos vacíos legales, y la mayoría de comunidades pasaron del asunto: al repartir los gastos entre las viviendas deshabitadas y las ocupadas, el consumo medio era menor.

Europa quería impulsar el uso de los medidores precisamente por un motivo ecológico y sostenible. Simplificando: que si hace calor en una casa en enero la solución no sea abrir las ventanas, sino apagar radiadores, bajar el termostato y que los vecinos fueran más conscientes de su gasto en calefacción.

Retraso del encendido

Acogerse a esta tarifa regulada podría suponer un alivio para las comunidades que, según varios administradores de fincas consultados por este diario, verán como sus facturas comunitarias subirán "entre un 30 y un 50%", siempre según la idiosincrasia de cada agrupación de vecinos. De hecho, en un contexto de ahorro y de previsión de gasto, muchas comunidades han optado por retrasar el encendido de la calefacción hasta mediados de noviembre cuando normalmente tiene lugar para después de las fiestas del Pilar o Todos los Santos.

Sin embargo, cada edificio es un mundo. "En general hay mucha preocupación porque la factura del gas supone una partida muy importante y el precio se había triplicado y cuadriplicado. Se han celebrado juntas extraordinarias y se han subido las cuotas, pero hay comunidades con las cuentas muy saneadas que no sufrirán este invierno", explica Eva Pastor, de Adifin Administradores de Fincas.

Sin embargo, las comunidades de vecinos no se están lanzando de cabeza a por la tarifa de último recurso y muchas están esperando a la reacción de las comercializadoras, que van a presentar ofertas competitivas. Ester Benito, de Alora Administración Fincas, quien regresa a la importancia de la tarifa TUR. "Se prevé que salgan buenas ofertas. Hay algunas comunidades con contratos vigentes a las que incluso les interesa pagar la penalización por romperlo y coger una de esas ofertas. Pero está todo muy cambiante: lo que te ofrecen hoy mañana puede evaporarse", apunta Benito, quien incide en que el asunto debe estudiarse comunidad por comunidad. Queda todo en manos de los administradores de fincas, que deberán buscar las mejores ofertas para un invierno que se atisba económicamente incierto. 

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