El Periódico de Aragón

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LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LOS BARES

Los estragos de la despoblación: 16.000 aragoneses no tienen bar en su municipio

El 1,20% de los habitantes de la comunidad no cuentan con este servicio | La clasificación la lidera Castilla y León, mientras que Aragón es segunda

Los bares siguen siendo un punto de encuentro en todas las localidades. GABRIEL UTIEL BLANCO

Lejos de la partida de cartas del sábado, del vermú del domingo y, sobre todo, lejos de un lugar de reunión con los amigos y vecinos. Así viven 15.922 aragoneses, todos los que no cuentan en su localidad con un bar o un restaurante en el que pasar el rato, socializar y tener un punto de encuentro. El dato refleja el impacto de la despoblación en las actividades cotidianas y muestra cómo el 1,20% de los habitantes de la comunidad viven sin este tipo de locales. 

Pero no piense nadie que este hecho es algo nimio. Según se extrae del primer informe de la Asociación de directores y gerentes de servicios sociales de España que estudia el impacto social de los bares, bajo el título La dimensión social de la hostelería, estos establecimientos son mucho más que un lugar de encuentro, pues sirven para evadir el aislamiento, aportar seguridad en el entorno, proporcionar servicios de proximidad y personales allá donde no llega o no quiere llegar la Administración y favorecen la cohesión social y la integración. En el documento, elaborado por primera vez junto a la organización Hostelería de España (que preside el zaragozano José Luis Yzuel), se da a conocer una investigación sobre los gustos y relaciones de los españoles en torno a los bares, así como la distribución de este tipo de establecimientos por toda la geografía nacional.

El reparto es, en definitiva, poco equitativo, pues provoca que más de 142.000 españoles no tengan un bar dentro de su municipio. El caso aragonés es uno de los más sangrantes, solo por detrás de Castilla y León, donde hasta 70.000 ciudadanos viven en localidades donde no hay ni un solo bar o establecimiento en el que tomar un café o compartir unas tapas. 

Los casi 16.000 aragoneses que no cuentan con este servicio en su municipio se distribuyen también de forma desigual. Un fenómeno que afecta, sobre todo, a las zonas más despobladas: la mayoría de los núcleos sin bar no alcanza los 100 habitantes. Huesca lidera está clasificación, con 8.000 ciudadanos, el 3,56% de los oscenses, sin bares en sus pueblos. Zaragoza, con hasta 4.650 ciudadanos; y Teruel, con 3.254, aportan también a un informe que refleja el impacto de la despoblación. De este modo, hay más habitantes que viven en municipios sin bares en Aragón que en Cataluña, Castilla-La Mancha o Andalucía, siendo la comunidad aragonesa la undécima en habitantes censados.

«Hablamos de los bares de proximidad, que favorecen las relaciones directas, evitan el aislamiento y la soledad, proporcionan seguridad en el entorno e impulsan la cohesión social y la integración. Al igual que las peluquerías y las farmacias, los bares son detectores sociales: antes de ir a labrar, te echas el cortado, socializas y todo el mundo sabe dónde estás por si te pasa algo», explica Pepe Polo, el presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales y Culturales de Teruel, que ha colaborado en la redacción del informe y estuvo ayer presente en la presentación en Madrid.

La importancia de los bares en los pueblos

El coordinador del estudio, el zaragozano Gustavo García, defiende que «conforme aumenta el tamaño de población, los bares disminuyen su significado como servicios de proximidad». Quiere decir esto que, a la inversa, con la reducción del tamaño de la población aumenta el uso de los bares como servicios de proximidad. «En localidades intermedias y en zonas rurales, los bares forman parte de nuestro espacio de vida cotidiana en mayor medida que en las grandes ciudades. También aportan su función para mantener la vida de los espacios y paliar los efectos adversos de la denominada España vaciada», según se recoge en el informe.

«No se valora bien la importancia de un bar hasta que se pierde. Es como una losa que cae sobre el pueblo», subraya Pepe Polo, porque «se pierde un tiempo precioso buscando a la gente y cuesta mucho recuperar a los trabajadores». El estudio concluye que la carencia de bares en una localidad limita las oportunidades de desarrollo personal y cohesión social. Los bares son los últimos reductos contra la despoblación, por ser un servicio nucleador de la vida colectiva. Y señala la importancia de iniciativas que permiten mantener abiertos estos establecimientos en municipios con escaso número de habitantes, como son los centros multiservicios, especialmente presentes en provincias como Teruel o Soria.

De los 8.131 municipios que hay en España, el 17,7% carecen de hostelería (1.435). La inmensa mayoría son pequeños municipios en los que el tamaño medio ni siquiera llega a los 100 habitantes (el 99,5%). Sólo ocho municipios de más de 400 habitantes no tienen establecimientos de hostelería.

El presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, asegura que «somos conscientes del fuerte peso económico de la hostelería, que aporta el 6,4% del PIB y da empleo a 1,8 millones de trabajadores, pero este estudio pone en valor la importante función social de los bares». «Todos sabíamos que España se diferencia del resto de los países de nuestro entorno porque aquí forma parte de nuestra forma de socializar y nuestra cultura, y, en este sentido, los bares y restaurantes son espacios de convivencia y de disfrute y aportan a la cohesión social», concluye Yzuel.

Todos los municipios españoles sin bar

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