El Periódico de Aragón

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PATRIMONIO HISTÓRICO

Seis rutas por la provincia de Zaragoza para resarcir a las víctimas de la represión franquista

La Fundación 14 de abril actualiza la ‘app’, que da a conocer 41 espacios de memoria democrática

Álvaro Sanz, presidente de la Fundación 14 de abril, y Marga Deyá, en la presentación de la ‘app’. | ÁNGEL DE CASTRO

Conocer y reflexionar sobre el pasado, recuperar la memoria y dar la oportunidad de visitar lugares que no hace mucho tiempo fueron protagonistas de la historia más oscura de la provincia de Zaragoza: tapias donde se fusiló a anarquistas y republicanos, fosas comunes, cárceles donde se recluía a mujeres por el hecho de defender valores democráticos o campos de concentración situados no muy lejos de la capital aragonesa. La Fundación 14 de abril ha presentado la segunda edición de la app Espacios de memoria democrática en la provincia de Zaragoza , una herramienta desarrollada con el apoyo de la Diputación Provincial que pretende recuperar la memoria democrática pero «sin ánimo de revancha» porque ni a IU ni al Partido Comunista «se nos puede acusar de revanchismo» pero hay que apostar por esa recuperación del pasado, sobre todo porque hay dos leyes que hay que cumplir, reconoce Álvaro Sanz, presidente de la Fundación.

Resarcir a las víctimas que «sufrieron la represión franquista», ser «un homenaje a quienes dieron su vida» pero también conocer, analizar el pasado para conocer lo que pasó y «saldar una deuda con los represaliados pero también con la sociedad» porque desconoce la historia y «porque las cosas pasaron en un contexto histórico» que no debe volver a suceder son los objetivos de esta aplicación que recopila medio centenar de lugares (más del doble de la primera versión) que testimonian hechos relevantes de la memoria colectiva y ofrece –es la gran novedad de la aplicación accesible a todo tipo de teléfonos– la posibilidad de realizar rutas por esos espacios. Pero además de recorridos y escenarios, también incluye audioguías mejoradas, localizaciones concretas, posicionamiento de gps para que no sea necesario el uso de datos y mapas con señalización en cada uno de los escenarios e información de cada uno de ellos. Dos de los recorridos son por Zaragoza y cuatro por la provincia (Caspe, Ejea, Belchite o Monegros, en este último caso con incursión en Huesca).

Una de las rutas.

En muchos de los lugares que incluye la aplicación «se produjeron vejaciones que deben ser reconocidas como enclaves» históricos; pero también debe servir como «herramienta de aprendizaje de lo que ocurrió». Hay espacios muy «emblemáticos, que han sido objetos públicos relevantes» pero también hay otros que «no son de dominio público»; pero en todos, asegura, hay «mucho rigor histórico».

En Torrero se sitúa una de las rutas de memoria democrática, que pasa por la antigua cárcel de Torrero, el chalet de Matías Bergua, un casoplón (hasta hace 2017 sede del Centro Territorial de TVE en Aragón) convertido en centro de detención y tortura; la tapia donde fue asesinado el albañil en paro Vicente Basanta por ser pillado (en 1977) haciendo una pintada que decía Trabajo sí, policía no; el memorial de las víctimas de las víctimas de la violencia franquista en el cementerio o el monumento a los muertos por la democracia.

conocer la historia: Tapias visibles y escenarios que ya no existen hoy


El medio centenar de escenarios que se puede visitar a partir de la aplicación desarrollada por la Fundación 14 abril permite conocer la historia de lugares que todavía se pueden reconocer como la posición Santa Quiteria, que ha sido recreada y musealizada o el refugio antiaéreo de Robres, el monumento a las brigadas internacionales de Caspe o la tumba de María Domínguez.

Y otros que solo se dejan entrever, como el aeródromo Alas rojas (Sariñena), situado en la carretera que comunica la localidad con Albalatillo. Su nombre se debe al color rojo pinado en el fuselaje y alas de los aviones para distinguirlo de los fascistas. Hoy se puede ver la pista de aterrizaje y una parte de la trinchera así como nidos de ametralladora. 

Algunos son desconocidos, como la tapia en la que se asesinó a Vicente Basanta (en 1977 ya muerto Franco) y en la que aún hoy, hay días que aparece escrito la misma frase por la que mataron al albañil, Trabajo Sí, Policía no; aunque ahora también lo borran las brigadas municipales. O el lugar donde asesinaron a una familia entera ante un colegio de primera enseñanza (hoy Colegio Público Andrés Manjón). ¿El motivo? Se puso una bandera rojigualda que apareció quemada, y tras ser repuesta y quemada de nuevo, un grupo de falangista respondió al desafío entrando en una vivienda y asesinaron a las cinco personas que estaban allí, la madre (Ángela Cuella, sus hijos Andrés, Manuela y Felipe y su nuera Ángela Sánchez).

En la capital aragonesa está también la cárcel de mujeres (c/ Predicadores); la sede histórica de UGT (calle de los Estébanes), el sindicato Vertical franquista (c/ Marina Moreno, ahora Constitución) o la sede de la CNT.

Ya en la provincia, la ruta por Monegros quizá es la más conocida, donde la presencia de contendientes dio lugar a construcciones, trincheras, casamatas y búnkeres hoy todavía visibles. Ahí están, entre otros, la cueva El polvorín, de Farlete; la plaza Agustín Valencia Comenge en Monegrillo, los refugios antiaéreos de Torralba o el centro de Interpretación de la guerra civil de Robres.

En Caspe se sitúa la casa palacio Piazuelo Barberán, sede del consejo regional de defensa; el monolito homenaje a los 13 caspolinos deportados a los campos de concentración y las lomas atrincheradas de Chiprana. En Ejea, el cementerio o los adoquines en homenaje a 7 deportados en la plaza Marmande; y en Belchite, el Pueblo Viejo, el campo de prisioneros internacionales o unas construcciones y una ermita que aún hoy se conoce como la pequeña Rusia, y donde se ubicaron familias que se habían quedado sin casa y a los que se discriminó por motivos ideológicos.

Zaragoza es la protagonista de la app, que también tiene una versión oscense porque el objetivo es que todo Aragón esté presente en el mapa de memoria democrática.

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