Comer no puede ser un lujo. Este es el lema de este año de la Gran Recogida que organiza cada año el Banco de Alimentos y que en esta ocasión es más necesaria que nunca porque cada vez hay más familias aragonesas que tienen problemas para llenar la cesta de la compra. La oenegé en Zaragoza ha atendido este año a más de 23.000 personas y se espera que para el próximo año puedan aumentar un 20%. Además, las estanterías del almacén que tienen en MercaZaragoza están vacías.

 “Hay que ayudar en lo que se pueda” pero “hay que entender que muchas personas tienen dificultades para llegar a fin de mes”, aseguran los voluntarios -a los que se reconoce rápidamente porque llevan un chaleco-- que participan en la campaña de información. Estos, junto a los donantes, que aportan alimentos y dinero, son las patas principales de esta mesa que cuenta también con la colaboración de los supermercados (más de 200 tiendas en Zaragoza) y del propio Banco.

La Gran Recogida combina en esta edición la donación de alimentos, que tendrá lugar este viernes y sábado en algunos supermercados (Carrefour, Eroski, Alcampo o Día) mientras que la monetaria se alargará por lo menos hasta el 3 de diciembre y será en todos, ya que viernes y sábado en otros como Mercadona, El Árbol o El corte Inglés (solo aceptan dinero en caja).

Esta situación quizá retraía a algunos, pero no a María Teresa, que reconocía que “habrá que acostumbrarse” a aportar dinero. Otras veces, contaba, “pedían pañales, productos infantiles o no perecederos” pero si ahora es más beneficioso la donación en caja “así lo haré”. Y es que esta fórmula permite al Banco de Alimentos poder adquirir los productos que se necesitan; y además, no tener en cuenta las fechas de caducidad.

“Yo prefiero los alimentos” porque no puedo dar mucho, “pero algo sí y dar en caja dos o tres euros … prefiero comprar tres paquetes de arroz”, afirmaba Ana. Toda ayuda es bien recibida, porque en este caso “un grano sí hace granero”, señalaba Joaquína Bartoli, que se apuntó porque hacían un llamamiento en la Hermandad de Cristo Resucitado y ahí estaba dando información a todo el que entraba en un supermercado en Paseo de las Damas.

Un voluntario recoge alimentos, esta mañana. MIGUEL ÁNGEL GRACIA

“Hemos comenzado flojos”, aseguraba Ignacio Fernández, voluntario en un establecimiento de Camino de Las Torres, aunque reconocía que “todavía es pronto”. Era su primera vez y su colaboración es como empresa (Opel). Goya Laviña y Elena Lacasta son ya veteranas voluntarias ya que lo hacen desde el principio de la Gran Recogida y en el mismo súper, también situado en la misma calle. “Animamos a la gente”, asegura la primera, y muchos “dejan lo que puede” en caja; aunque también decían que “otros no pueden dar ni un euro”.

Esa labor de información es esencial porque “muchos no saben que no se recogen alimentos”, decían algunos voluntarios, pero “en las cajas son muy majas y también colaboran”, señalan.

En otro establecimiento que sí recogen alimentos, contaban que así “se llega más porque es más fácil, el que puede, coger pasta, arroz o conservas" que el dinero, señalaban. Ellas, que no quieren decir su nombre porque “es voluntario” reconocían que hay “que ayudar”. Una lleva varios años colaborando, pero para la compañera “es la primera vez. Tras muchos años trabajando, ahora puedo dedicar tiempo”. Arroz, tomate frito, pasta y legumbre empezaban a amontonarse en la caja de la Gran Recogida. Lo importante, decían, que “llegue a las familias que lo necesiten y que no se desaproveche”. 

Desde el Banco de Alimentos insisten en que la donación en caja se convierte en alimentos, ya que permite comprar lo que se necesite, a lo largo de todo el año.  Y es que aunque esta Gran Recogida se concentra durante unos días, las donaciones pueden realizase todo el año a en la web bancodealimentosdezaragoza.es/donaciones/economicas/informacion/