Hace ya 20 años que nació el parque tecnológico Walqa, creado para construir un ecosistema empresarial basado en la tecnología y que sirviera como pivote para la vertebración territorial de Huesca. Tras unos inicios fulgurantes, la crisis de 2008 rebajó el interés de las empresas que querían instalarse en el parque y desde entonces ha atravesado ciertos altibajos. Ahora, tras el 'boom' tecnológico que trajo consigo la pandemia, el parque vive un momento de relanzamiento bajo la dirección desde mediados de 2020 de Luis Correas Usón.

¿Ha cambiado mucho aquella idea que era Walqa de hace 20 años si se mira lo que es el parque hoy?

Walqa era hace 20 años un terreno de secano dedicado al cereal. Eso es lo que era Walqa. Cuando nació la idea hace ya 30 años había que poner en marcha una vertebración territorial en el apartado industrial y económico en Huesca. Veníamos de varios cierres empresariales que trajeron preocupación. Huesca no tenía suelo industrial como para albergar proyectos significativos. Así que Walqa supuso dotar a Huesca de herramientas para desarrollar esa nueva economía que se vislumbraba y se basaba en el desarrollo tecnológico y en la innovación.

¿Se ha conseguido?

Sí: rondamos los 600 puestos de trabajo y hay empresas locales que tienen su sede en Walqa y que tienen 300 trabajadores fuera de Huesca, como Podoactiva, e-computer y OX-CTA. Detrás de esas empresas hay emprendedores locales que se han consolidado y tienen proyección internacional, como puede ser Irius Risk, que ha levantado una ronda de financiación de 29 millones de euros.

¿Cuánta disponibilidad de suelo queda en el parque?

Queda suelo. Se concibió para que durara una generación entera, decenios. Son seis fases en total, de las que ya se han urbanizado cuatro. Está lleno el 50%. Walqa creció espectacularmente en los primeros años, lo que hizo que hubiera que adelantar la urbanización de nuevas fases. En 2006, estaban ya comprometidos todos los espacios de las dos primeras fases, lo que nos hizo continuar con la urbanización. La mala suerte fue que llegó 2008 con la crisis y hubo que replantear muchas cuestiones. Pero ya estaba urbanizado; en 2010, jamás hubiéramos podido tomar esa decisión. Pero veamos el lado positivo: ahí lo tenemos y por eso podemos acoger nuevos proyectos.

¿De cuánto porcentaje de ocupación se puede hablar?

En superficie, estaremos por la mitad. Y en los edificios que gestionamos nosotros, tenemos el 70% comprometido. Estamos en una situación buena, si estuviéramos mucho más arriba, podría llegar un proyecto que necesite mucho más espacio y no poderlo acoger.

¿Cómo va a impulsar el desembarco de Amazon Web Services a Walqa?

Es fundamental. La primera 'killer question' de cualquier empresa la tienes ganada. «¿Qué hay en Huesca?» Pues Amazon, ¿qué más quieres? Y es que no estamos tratando de abrir un nuevo polo de innovación donde no había nada. Lo más importante es que con todo el empeño de Industria y el Instituto Aragonés de Fomento se ha conseguido crear un ecosistema de innovación y tecnología. Es algo que está ahora en todos los sectores y las empresas que generan empleo de calidad son las innovadoras. Y esas son las que tenemos en Walqa.

"El parque creció de forma espectacular antes de 2008 y se amplió con urbanizaciones; no se habría hecho tras la crisis"

Se han impulsado otros parques tecnológicos como el que lleva Amazon aparejado en Villanueva de Gállego. ¿Van a competir entre sí?

Las empresas no son infinitas, pero diferentes empresas pueden necesitar diferentes cosas. Son productos diferentes. Ni a las empresas que irán a ese parque de Villanueva les podríamos dar respuesta en Walqa, ni al revés. Los sectores evolucionan y está muy bien que tengamos cabida a distintos tipos de demanda. En Walqa podemos dar respuesta a centrosde datos más pequeños, centros de interconexión. Y lo que más nos interesa a nosotros es crear un ecosistema.

¿Qué proporciona Walqa que no dan otros parques similares?

Walqa no es un polígono industrial. No es un lugar donde poner una nave, meter 3.000 servidores, poner luz y ya está. En Walqa trabaja la persona, el emprendedor, es un sitio donde la gente se pone en contacto y trabaja conjuntamente. Es perfectamente compatible con tener los centros de datos en nuestro entorno. Es necesario que una cosa acompañe a la otra. En un sitio estarán las máquinas y en otro las ideas.

"El teletrabajo no será impedimento para la vertebración territorial que Walqa persigue"

¿Y en cuanto a empleo y cifras de empresa?

Creo que en la provincia española que menos desempleo tiene no es lo más relevante el número de empleos. Lo más importante es que los empleos sean de calidad y por tanto de mayor nivel tecnológico. Ahora mismo tenemos un 25% más de empleos de I+D que hace cinco años. Las cifras de empleo se mantienen estables, pero hemos conseguido que sea de más calidad. No me sirve de nada tener una empresa de 200 trabajadores con menor nivel tecnología; prefiero una startup de dos trabajadores que acabe siendo un unicornio como Irius Risk.

El teletrabajo es un impedimento para ese objetivo de fijar población cualificada con el que nació Walqa?

Esa fue la primera pregunta que le hice al equipo cuando me incorporé al terminar el primer estado de alarma. Había muchas dudas sobre la nueva situación y nos planteamos si era el fin del trabajo presencial. Pero no lo era. El teletrabajo cansa, aliena, hace que no te relaciones con los compañeros de trabajo. Tiene cierto límite razonable. Nosotros tenemos que ofrecer espacios de calidad, donde puedan reunirse y ejecuten las dinámicas de trabajo presenciales. H