EL FRENESÍ DEL COMERCIO A FINAL DE AÑO

La campaña navideña reaviva las críticas del comercio a los festivos de apertura

El salario medio del sector en Aragón ronda los 16.000 € y quedan varios convenios por negociar | Los sindicatos exigirán que un empleado trabaje como máximo cinco de estos días no laborables

Las primeras bolsas de regalos de Navidad ya aparecen por los pasillos de los centros comerciales.

Las primeras bolsas de regalos de Navidad ya aparecen por los pasillos de los centros comerciales. / Jaime Galindo.

Marcos Calvo

La recta final del año es el periodo de mayor actividad en el comercio. Siempre lo ha sido, de hecho, con el enlace de las compras navideñas y las rebajas de enero, pero la irrupción del Black Friday hace que el pistoletazo de la campaña se haya adelantado al fijarse como domingo de apertura el último fin de semana de noviembre. Ahora, tras el puente de la Constitución, los cerca de 80.000 empleados del comercio en Aragón trabajarán casi sin descanso –siempre depende de la organización de las plantillas– hasta el 15 de enero. 

Los sindicatos vuelven a denunciar la existencia de esos festivos de apertura que consideran «un atentado contra la conciliación» a la vez que advierten de la precariedad salarial del sector, cuya remuneración anual está muy próxima a las cifras que marca el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Todo ello con buena parte de los convenios caducados o a punto de hacerlo. En el horizonte se atisban duras negociaciones para los que ya existen líneas rojas: los sindicatos exigirán que los trabajadores puedan hacer solo cinco festivos de apertura al año, algo que, según la parte social, las patronales no ven con malos ojos.

«No hay correlación directa entre la contratación y los festivos de apertura. La contratación es estable en los 12 meses, por lo que abrir en festivo no genera más empleo y mucho menos es de calidad. En la mayoría de casos es la plantilla la que cubre esas horas a deber y en algunas empresas los trabajadores se pasan dos semanas sin tener un descanso», apunta Iván Colás, el responsable de la Federación de Servicios y Afines de OSTA.

Los sindicatos califican de "atentado contra la conciliación" los festivos de apertura

Coincide con esta visión María Jesús Aliaga, la responsable del sector comercio y grandes almacenes de UGT Aragón, quien denuncia el «atentado contra la conciliación». «El textil o el calzado no son bienes de primera necesidad, así que es perfectamente posible comprar de lunes a sábado», insiste Aliaga. A ello se suma un salario que ahora se come la inflación y la subida de costes, pues oscila de media entre los 16.000 y los 17.000 euros anuales. Claro está que depende de según qué categorías, pero esa media estimada por los sindicatos es la que cuenta los trabajadores hace jornadas completas. 

Aragón es una de las comunidades autónomas con mayor superficie comercial por habitante. El pequeño comercio, el de barrio, cada vez tiene menos ventas y se ven obligados a cerrar. «En el pequeño comercio, las jornadas suelen ser partidas, se rigen por el horario comercial tradicional y suele trabajarse a tiempo completo. En los grandes almacenes sí que se da mucha contratación a tiempo parcial y las jornadas completas son cada vez es más reducidas. Y aquí es donde se ven los salarios bastante más precarios», explica la responsable de UGT Aragón. 

Las mascarillas desaparecen por primera vez en dos años.

Las mascarillas desaparecen por primera vez en dos años. / Jaime Galindo.

A tal circunstancia hay que sumar que el sector del comercio está muy feminizado. En torno al 80% de las dependientas o cajeras son mujeres, lo que genera una «doble complicación a la hora de conciliar», denuncian desde el sindicato aragonés OSTA. 

Además, la negociación colectiva en el comercio afronta ahora un momento crítico. Las patronales y los sindicatos deben llegar a acuerdos por el convenio colectivo del sector del textil, de la óptica, del calzado o de los bazares, entre otros que, como estos, caducaron entre 2020 y 2021. La mesa de negociación para el del textil está muy avanzada y se espera poder cerrarlo en pocas semanas. Las líneas rojas se las puede uno imaginar: los salarios y los festivos de apertura. Según ha podido saber este diario, la parte social no aceptará una subida salarial inferior al 11% repartida en tres años, incluyendo también cláusulas de revisión al Índice de Precios al Consumo (IPC). Además, se limitarán los festivos de apertura que un trabajador puede realizar al año al 50%. Es decir, que cada empleado podrá trabajar como máximo cinco días festivos al año por acuerdo colectivo. 

Los sindicatos no aceptarán una subida salarial inferior al 11% repartida en tres años, incluyendo también cláusulas de revisión al IPC. Además, se limitarán los festivos de apertura que un trabajador puede realizar al año al 50%

Por otro lado, el 31 de diciembre caduca el convenio del sector de grandes almacenes y de superficies de distribución. Este acuerdo se negocia a nivel estatal y afectaría a los trabajadores de todas las tiendas que se ubican en los centros comerciales, incluidas las franquicias. Por el alto volumen de empleados que dedican su vida laboral a este sector, la negociación será «probablemente dura», como asegura María Jesús Aliaga. 

No pasa desapercibida tampoco las nuevas casuísticas del consumo. El comercio electrónico ha cambiado la forma de entender el sector. El pequeño comercio trata de adaptarse a las nuevas realidades y digitalizarse para no perder el tren de las nuevas generaciones, pero la batalla por el mercado de la demanda es cruenta. Los resultados de la campaña de Navidad serán un buen termómetro.

"Supervivencia" con gusto

«Si no te gusta es imposible aguantar. Yo tengo un hijo de 10 años y me fastidia perderme las Navidades con él. Pero es lo que a mí me gusta», cuenta Marga Sánchez, la dueña de la tienda de accesorios y ropa Marga y Tú, que abrió hace un año y medio en el centro comercial Grancasa. «En el comercio estamos muy desamparados en cuanto a no tener ningún puente», continúa la mujer, que se suelta poco a poco y añade que al horario de apertura de los centros comerciales le sobra una hora. «Antes tenía sentido, cuando todo el mundo trabajaba con horario partido y necesitabas que algo estuviera abierto al mediodía o por la noche», concluye. 

Sin embargo, todo da una de cal y otra de arena. Sánchez, como propietaria del negocio, lo sabe bien. «Cuanto más facturas en Navidad más holgado vives en los meses de después. A partir del 15 de enero podríamos abrir 2 días por la mañana y otras dos por la tarde hasta primavera y no pasaría nada», cuenta la comerciante. 

«Tengo un hijo de 10 años y me fastidia perderme las Navidades. Esto te tiene que gustar»

En ese claroscuro vive también Lorena, una sevillana que se vino para Zaragoza nada más estalló la pandemia. Trabaja en una tienda de moda infantil en el mismo centro comercial, un oficio que le «encanta», lo que le hace llevar muy bien el asunto de los festivos de apertura. «Me gusta trabajar, me lo paso bien, pero también es verdad que cuando llevas una semana sin parar no sabes no dónde estás. Pierdes hasta la noción de qué días es», puntualiza entre risas esta joven de 29 años. 

Más crítica es Lorena Gracia, una dependienta de Oysho, la cadena de ropa íntima del grupo Inditex, donde lleva ocho años trabajando. «Lo de los festivos de apertura lo llevamos fatal. Ahora empalmamos con el último de noviembre por el Black Friday, pero es que es absurdo. No viene nadie», asevera la trabajadora. 

«Lo llevamos fatal, pero nos podemos organizar al ser una plantilla pequeña y coger puentes»

Cuenta que al ser una plantilla pequeña –cinco empleadas– son capaces de organizarse y crear turnos de para coger más de un día de fiesta. Esa «suerte», como la define, le permitirá cogerse unpequeño puente para Nochevieja. Sin embargo, las ventas tampoco se disparan estos días. "No tenemos ni refuerzos para Navidad", agrega. 

«El puente ha ido más o menos bien porque la gente se ha escalonado. Aunque en realidad, se ha visto gente en la zona de ocio o parejas con los niños, pero ¿comprar? Mira un viernes por la mañana como hoy, ¡no hay nadie!», lamenta la experimentada dependienta. Un año más, llega el frenesí al comercio aragonés con algo más que cansancio acumulado.