SINIESTRALIDAD VIAL

Las carreteras de Aragón se cobran 71 vidas, el peor dato desde 2018

Hace cuatro años, 86 personas fallecieron entre las vías urbanas e interurbanas | Se trata de la cuarta cifra más baja desde 2007, cuando murieron casi 180 personas

Tres personas murieron en la N-2, a la altura del término municipal de Pina de Ebro, debido al choque por alcance de dos camiones y un turismo el 22 de noviembre. | BOMBEROS DPZ

Tres personas murieron en la N-2, a la altura del término municipal de Pina de Ebro, debido al choque por alcance de dos camiones y un turismo el 22 de noviembre. | BOMBEROS DPZ / BOMBEROS DPZ

La tragedia ha vuelto a invadir las carreteras aragonesas con el fallecimiento de 71 personas en las vías urbanas e interurbanas de la comunidad. Esta lista negra terminó por completarse este jueves con la muerte de una mujer de 32 en una colisión frontolateral entre dos turismos en la A-123. El incidente se registró en torno a las 20.40 horas en el punto kilométrico 7,300, a la altura del término municipal de Zaragoza. Así, el contabilizador de muertos en las carreteras ascendió hasta esa cifra de 71 –cuatro en los últimos diez días–, el peor dato desde 2018, cuando se contabilizaron 86 muertes.

Respecto al anuario estadístico de accidentes de la serie 2007-2022, se trata de la cuarta cifra más baja de los últimos 15 años a pesar de alcanzar en esta ocasión la barrera de las siete decenas. No obstante, la perspectiva muestra una tendencia a la baja desde el año 2007, cuando casi 180 personas (179) murieron en las vías de la comunidad. A partir de 2007, los decesos disminuyeron durante seis años de manera consecutiva: 2008 (153), 2009 (122), 2010 (108), 2011 (86), 2012 (86) y 2013 (68).

Fue en el año 2014 cuando se elevaron las muertes por encima de las 68 consumadas en el 2013. Fueron 77 víctimas mortales: 39 en la provincia de Zaragoza, 41 en la de Huesca y 14 en la de Teruel. Hasta la fecha, no se ha continuado con esa tendencia a la baja que se experimentó de manera continuada desde 2002 hasta 2014. De hecho los altibajos han sido la nota dominante en el comportamiento de la siniestralidad vial: 2015 (10), 2016 (73), 2017 (80), 2018 (85), 2019 (63), 2020 (68) y 2021 (51).

El anterior siniestro mortal tuvo lugar el pasado 20 de diciembre cuando dos personas fallecieron tras la colisión de un camión con un turismo en la N-230, en el término municipal de Sopeira. A estas dos víctimas mortales se unió, a los tres días, una tercera que había resultado herida de gravedad y que permanecía ingresada en el Hospital Arnau Vilanova de Lérida.

La muerte de algunos de estos conductores ha reabierto el enésimo capítulo sobre la seguridad vial en la N-2, a pesar de haberse liberalizado la AP-2 hace algo menos de año y medio. Los alcaldes de los pueblos de la zona, como Darío Villagrasa, en el caso de Bujaraloz; Enrique Gómez, en Osera de Ebro; y Mercedes Abós, en Pina de Ebro, reclaman mejorar en el trazado y visibilidad de la vía, así como también la ejecución de ensanchamientos de la calzada, carriles de alivio y zonas para reducir la velocidad en pro de los vecinos que las cruzan perpendicularmente.

Un punto negro

Unas mejoras en aras de evitar jornadas tan trágicas como la de este pasado 22 de noviembre, cuando cuatro personas fallecieron en un par de accidentes en estas dos vías; tres murieron en la N-2, a la altura del término municipal de Pina de Ebro, y otra en una colisión en la AP-2 en La Almolda. No obstante, esta última vía, la AP-2 ya había sufrido cuatro muertes en algo menos de un mes, el tiempo que transcurrió entre el 31 de agosto con el fallecimiento de dos camioneros a la altura de Fraga, y el 20 de septiembre con la colisión de un turismo y un camión a la altura de Pina de Ebro que dejó los otros dos decesos.

La primera víctima mortal que dejó este año se remonta al 18 de enero, cuando el ocupante de una ambulancia, un hombre de 89 años, falleció al volcar el vehículo en la calzada. El suceso tuvo lugar en el kilómetro 23 de la A-1234, en el término municipal de Belver de Cinca.

Ante la fatalidad de estos números, Juan José Alba, miembro del Grupo de Nuevas Tecnologías y Seguridad Vial, recalca que el modelo de transporte por carretera es el único que no camina hacia una reducción de los accidentes de tráfico, sino que se trata de un modelo que camina a reducir el número de fallecidos.

"Se apuesta por suplir la ignorancia con el exceso de prudencia", asegura Juan José Alba, profesor de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Zaragoza

«Lo único que percibe el Estado es que no haya muertos y esto es un fracaso de sus acciones políticas. Se apuesta por suplir la ignorancia con el exceso de prudencia», zanja Alba, que aborda el tema de la formación de los conductores. Las horas requeridas en las autoescuelas deberían ser más numerosas, por lo que aumentaría el precio para obtener el permiso de conducir, pero Alba lo tiene muy claro: «Pensemos en el precio de evitar las muertes. ¿Cuánto vale una vida?»

Año clave en la DGT para regularizar el uso del casco en patinetes

El artículo 47 de la nueva Ley de Tráfico establece que el uso del casco es obligatorio para todos los conductores que circulen sobre un vehículo de movilidad personal, entre los que se incluyen los patinetes eléctricos. Sin embargo, esta obligatoriedad todavía no es firme ni se ha llegado a aplicar, pues se ha abierto un periodo de consulta entre el Ministerio del Interior, la DGT y los ayuntamientos de las principales ciudades.

La capital aragonesa ha sufrido los peores datos en materia de siniestralidad vial de los últimos diez años con diez muertos en sus calzadas. Del total de siniestros mortales, en tres de ellos se han visto involucrados los conductores de un patinete eléctrico. Primero fue un hombre de 43 años, que murió el 29 de marzo al caer del patinete sobre el que circulaba y golpearse la cabeza con el bordillo de la acera en Camino Las Torres. Varios meses después, concretamente, el 3 de septiembre, un hombre de 79 años murió atropellado por un vehículo de movilidad personal en un paso de cebra semaforizado en la calle Valle de Broto, a la altura del parque de Bomberos. Especialmente trágica fue la muerte de Mario, el joven de 14 años que fue arrollado por un autobús de la línea 57 en el cruce de Vía Ibérica con la calle Argualas. El conductor está imputado ahora por un delito de homicidio imprudente al no respetar las prioridades de paso.

En este sentido, la concejala de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Natalia Chueca, se reunió a finales de noviembre en Madrid con el director general de Tráfico, Pere Navarro. En concreto, la concejala expresó a Navarro la preocupación del consistorio zaragozano sobre las condiciones de seguridad de los usuarios de los patinetes eléctricos. Por eso solicitó que «de manera inaplazable, se apruebe el reglamento que regule todas las condiciones que deban exigirse a estos vehículos y a sus conductores», incluido el casco.