Galardón de la Fundación Princesa de Gerona

El IES Ramón y Cajal de Zaragoza prima la «calidez»

Los alumnos destacan la "buena convivencia" y el compromiso de los docentes con los estudiantes / El rey visita este miércoles el instituto

Lidia Torres García y Benjamín Ponce González, delante del lema del centro en el que se puede leer Igualdad, Inclusión e Innovación.. | ANDREEA VORNICU

Lidia Torres García y Benjamín Ponce González, delante del lema del centro en el que se puede leer Igualdad, Inclusión e Innovación.. | ANDREEA VORNICU / ANDREEA VORNICU

Eva García

Eva García

Asistir a la Mejor Escuela del 2021 es un privilegio que solo pueden decir unos 450 alumnos. Entre ellos, Lidia Torres García y Benjamín Ponce González, ambos estudiantes de 4º de la ESO en la rama de Ciencias. Ella nacida en España con ascendencia nicaragüense, él chileno y ambos ilusionados con la visita este miércoles de Felipe VI al IES Ramón y Cajal de Zaragoza, sobre todo porque «va a venir la figura representativa del país» y será «interesante ver cómo se organiza el instituto porque va a ser un cambio drástico con respecto a nuestro día a día», ha asegurado este martes Torres.

Los dos estudiantes consideran que el instituto merece este galardón porque «está muy comprometido con ser social, cariñoso e inclusivo. Da igual de dónde seas, cómo eres, siempre brindan ayuda de todo tipo, tanto psicológica como económica», explica Benjamín Ponce, que añade que además lo hacen «con sencillez». Él habla por experiencia porque ha pasado por otros institutos en los que «rara vez veía a un profesor hablando con un alumno, y aquí sí. Destaco la calidez del instituto». En los anteriores eran más estrictos, «con pupitres en fila de a uno y todos callados» mientras que en el actual «nos sentamos de dos en dos y se hacen muchas actividades en grupo».

En el IES Ramón y Cajal conviven alumnos de 36 nacionalidades y «la convivencia es buena», reconoce Lidia, que señala que «hay mucha variedad cultural pero nos comunicamos para aprender un poco sobre los demás y ver cómo es la cultura de otros países»: de América Latina a África pasando por los «chicos ucranianos recién llegados», por lo s que se interesan por saber «cómo eran sus vidas, sus culturas y sus costumbres», cuenta. En este sentido, incide en que «somos muy familiares, es como si nos conocieramos de toda la vida aunque sea solo de un par de días».

Ambos recomiendan el centro y aunque el barrio genera dudas «he convencido a mis amigos y varios cursan Bachillerato y están contentos», señala Benjamín, «Los rumores que se extienden sobre la zona no influyen en el ambiente que hay aquí», explica Lidia, porque hay «gente de todo tipo y no depende de la zona sino de la propia persona». Además, la convivencia en el centro «se traslada fuera», concluyen.

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