El convenio del Metal blinda con una 'extra' de 1.700 euros el poder adquisitivo de 60.000 trabajadores de Zaragoza

El acuerdo vigente recoge una actualización conforme al IPC, prácticamente un hito, y la industria deberá abonar más de 100 millones de euros antes del 31 de marzo | El buque insignia de la negociación colectiva en Aragón deberá reeditarse en los próximos meses con un acuerdo entre CCOO, UGT y la FEMZ

Trabajadores del metal en una fundición afincada en Zaragoza.

Trabajadores del metal en una fundición afincada en Zaragoza. / JAVIER LAHOZ (SERVICIO ESPECIAL)

Cerca de 60.000 trabajadores de la industria del Metal en Aragón percibirán antes del 31 de marzo una paga de atrasos que rondará –como mínimo– cifras cercanas a los 1.700 euros, siempre según la categoría profesional, al tener sus salarios blindados contra la inflación. Así lo recoge la cláusula de revisión salarial del convenio vigente para los años 2020, 2021 y 2022, que equivale a actualizar de forma instantánea los salarios un 8,95% por la pérdida de poder adquisitivo registrada durante este trienio. 

El pago de los atrasos constituirá un balón de oxígeno para los asalariados, que salvarán el golpe de los precios disparados de los dos últimos años gracias a un convenio casi único. En el otro lado, el golpe lo reciben las empresas más pequeñas del sector, que cuentan con menor capacidad financiera para hacer frente a una cuenta de resultados negativa. Será «un primer semestre duro», aseguran desde la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ), pues las empresas deberán abonar más de 100 millones de euros a sus empleados en materia de compensación, a lo que se unen los sobrecostes de las materias primas o el precio de la energía. El convenio del metal rige las condiciones laborales de 3.000 compañías, la mayoría de ellas pymes, ya que las grandes empresas (como Stellantis, BSH, Alumalsa o la antigua Filtros Mann) cuentan con convenios colectivos propios.

Está previsto constituir la comisión negociadora en febrero para analizar el pago de los atrasos y partir de ahí hacia el nuevo convenio colectivo. Los sindicatos apuntan que para dar la credibilidad a la negociación hay que cumplir lo que se firma

Quedan todavía por cerrarse algunos flecos, como la variación del Índice de Producción Industrial (IPI) de 2022, que si fuera menor que la tasa de 2019 supondría un leve descenso de la actualización salarial (en torno a tres décimas). Todavía no se conoce el dato de diciembre y la cosa está ajustada, por lo que la balanza se puede decantar hacia cualquier lado. En cualquier caso, la cuenta es la siguiente. El 8,95% de ajuste salarial se extrae de la desviación entre las subidas ejecutadas y pactadas en los últimos tres años y el alza desbocada del acumulado del Índice de Precios al Consumo (IPC), muy superior a lo que han subido los sueldos. En concreto, 2020 fue en la práctica un año de congelación salarial, puesto que así se firmó en el acuerdo debido a la incertidumbre pandémica. Sin embargo, en los dos cursos siguientes el IPC acumulado escaló un 12,3%, mientras que en 2021 las tablas salariales se incrementaron un 1,25% y en 2022, un 2%. Es decir, que los trabajadores han perdido un 8,95% de poder adquisitivo que ahora recuperarán de golpe, un auténtico hito en la negociación colectiva para la protección de los salarios de los trabajadores.

En los últimos 25 años nunca ha habido una paga de atrasos de este calibre y en este contexto debe comenzar en breve la redacción del nuevo convenio del Metal, el buque insignia de la negociación colectiva en Aragón, garante del diálogo social del que presume la comunidad. Y en este caso, con no pocas razones. Las fuentes consultadas, tanto sindicales como empresariales, coinciden en señalar que su relación es «envidiada» en otras partes de España por la «buena fe» de las partes y que en los dos últimos acuerdos «ya se logró modernizar el convenio» para adaptarlo a las nuevas realidades de la economía contemporánea. 

Las organizaciones sindicales UGT y CCOO representan a los trabajadores en la mesa de negociación y deberán ponerse de acuerdo con la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ). Se prevé constituir la mesa para el mes de febrero con esta actualización salarial en el centro de la negociación, pues las empresas deberán ejecutarla antes de que finalice el primer trimestre de 2023, según lo estipulado en el convenio. 

La patronal adelanta que propondrá "redefinir el concepto de compensación y absorción en los casos de salarios por encima del convenio"

No cabe duda de que lo firmado en convenio es de obligado cumplimiento, aunque es cierto que ni el peor de los agoreros hubiera vaticinado que una guerra en elcorazón de Europa dispararía la inflación a cotas cercanas al 9%. «Para dar la credibilidad a la negociación hay que cumplir lo que se firma», asegura Juan José Arceiz, el secretario general de UGT Aragón y uno de los responsables de la negociación de este sindicato en la mesa del Metal. Añade Arcéiz que la industria está «funcionando bien en general, más allá del problema de suministros y los sobrecostes», por lo que su obligación es «negociar y seguir siendo el sector puntero en los acuerdos colectivos». 

En cualquier caso, la patronal adelanta que propondrá «redefinir el concepto de compensación y absorción en los casos de salarios por encima del convenio», es decir, que los pagos de atrasos dependan de los sueldos de cada trabajador, según explica Carmelo Pérez, el secretario general de la FEMZ.

Cabe mencionar que el último acuerdo colectivo del Metal se firmó en el verano de 2020, justo tras el primer confinamiento duro a causa de la pandemia. La incertidumbre era enorme por aquellas fechas y en ese contexto debe entenderse la negociación, en la que la patronal y los sindicatos se mostraron muy flexibles para facilitar el acuerdo. Fruto de ello fue, por ejemplo, la nula variación salarial para los trabajadores en 2020.

Ana Sánchez, la secretaria general de la Federación de Industria de CCOO Aragón, explica que la organización sindical se reunirá el 27 de enero para estudiar cómo se afronta la actualización salarial y los atrasos que los trabajadores deben percibir para comenzar a dibujar «los trazos gordos» de la nueva negociación. 

La mesa deberá acordar también la actualización de las tablas salariales que regirán los sueldos desde el 1 de enero de 2023.