HIGIENE Y SOCIEDAD

Los peluqueros acaban con “la alarma social” de la tiña en España

Los profesionales advierten de que los centros estéticos cumplen con todos los requisitos higiénicos / En el foco, los usuarios que realizan los cortes en casa y en grupos

Oliver Calvo, de Oliver y Goretti, muestra la máquina ultravioleta con la que desinfectan las herramientas.

Oliver Calvo, de Oliver y Goretti, muestra la máquina ultravioleta con la que desinfectan las herramientas. / JAIME GALINDO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

La tiña volvía hace solo unas semanas a nuestras vidas. Olvidada por muchos ciudadanos, la extensión de este hongo en algunas peluquerías de hombres puso el foco en un problema que tiene como solución la higiene. Los profesionales aragoneses tachan esta situación de “alarma social” y animan a todos los ciudadanos a seguir confiando en las peluquerías, ya que todas toman las medidas sanitarias necesarias. 

“Se ha exagerado la situación porque solo se han registrado 100 casos en los dos últimos años”, cita Diego Sanz, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Peluquería, Estética e Imagen Personal (ANEPE-IMPE). De hecho, el dato es paupérrimo comparado con el número de servicios que los peluqueros españoles han realizado en este mismo período de tiempo, que supera “los 270 millones de actuaciones”. 

El propio Sanz señala que el origen de estos casos se sitúa en “la gente que se hace los servicios en casa, sobre todos los jóvenes que se cortan el pelo en grupo”. Una situación extendida por la moda del degradado que, sin embargo, “es un corte que se ha hecho toda la vida a los hombres y no es el culpable de la aparición de estos casos”. “En centros estéticos y peluquerías no se ha podido trasmitir”, asegura el presidente de esta asociación de peluqueros, que recuerda que “desde la llegada del coronavirus a nuestras vidas, la higiene y el cuidado sanitario en todas las peluquerías se ha extremado todavía más”. 

Oliver Calvo ejemplifica el proceso de limpieza de una maquinilla.

Oliver Calvo ejemplifica el proceso de limpieza de una maquinilla. / JAIME GALINDO

Así, el proceso incluye “productos específicos para matar este tipo de hongos, limpiando la propia maquinilla y utilizando bactericidas que incluyan aceites que hagan que el aparato siga funcionando bien”. Así lo hacen en las peluquerías y el propio Sanz anima a aquellos usuarios que hagan sus cortes en casa a “comprar productos de limpieza que conservarán la higiene y que alargarán la vida de las máquinas”. El propio Diego Sanz recuerda que los centros de formación tienen una asignatura dedicada íntegramente "a la limpieza de las herramientas que se utilizan en el trabajo". 

Un paso más allá

En Zaragoza, Oliver Calvo, al frente de la céntrica peluquería Oliver y Goretti, tiene claro que "si no se realizan las medidas sanitarias siempre van a haber transmisiones de hongos y bacterias". Este profesional pone el ojo también en aquellos usuarios que realizan sus cortes en casa, porque "siempre hemos respetado los protocolos de higiene y desde el coronavirus todo se controla todavía más".

Como ejemplo, Calvo pone a un bar: "Igual que nadie se quedaría en un bar donde las mesas están sucias, el cliente tampoco va a venir a una peluquería donde no se vea cómo limpian los utensilios y cómo se cuida todo". Los cánones de higiene se respetan ahora con el uso de elementos desechables, cada vez más extendidos en el sector, y con muchos "geles hidroalcohólicos y producots contra virus y bacterias". "Rara vez usamos toallas de algodón, por ejemplo, pero siempre se echan a lavar en cuanto el cliente se levanta de la silla", ejemplifica Calvo, que asegura que la lavadora y la secadora no paran en su establecimiento.

Otras piezas más innovadoras, como una máquina ultravioleta que desinfecta todas las tijeras y herramientas de corte, es el último añadido a unas medidas de higiene "que se respetan en todo momento y que es lo primero que se exige al trabajador". Oliver Calvo resume todo lo defendido: "La peluquería es nuestra casa y tiene que estar impoluta".