"La fórmula más eficiente de prevención de los incendios forestales son las quemas prescritas"

Víctor Resco, primero por la izquierda, junto a Felipe González y otros participantes en el foro.

Víctor Resco, primero por la izquierda, junto a Felipe González y otros participantes en el foro. / GOBIERNO DE ARAGÓN

Participó en la primera mesa del foro ‘El desafío de los grandes incendios forestales. Impactos en el territorio', organizado por el Gobierno de Aragón en colaboración con la Fundación Felipe González. ¿Qué le parecieron estas jornadas?

Muy necesarias. Venimos de una campaña de incendios forestales muy dura no solo en Aragón y en España, sino también en Europa con hectáreas quemadas sin precedentes y con comportamientos bastante violentos llegando, por ejemplo, a las 3.000 hectáreas por hora en Ateca. Frente a esta nueva realidad y renovada virulencia e intensidad en los últimos años, un foro de este tipo que pretende examinar las causas de la nueva oleada de incendios y aportar soluciones me parece tan importante como urgente.

¿Cuáles son los motivos de esa virulencia en los últimos veranos? 

Los grandes incendios se cocinan con cuatro ingredientes. La gran cantidad de combustible que hay de masa forestal y la disponibilidad que, con el cambio climático, hace que los bosques estén secos. Un tercer ingrediente son los rayos como fuente de ignición. Con el cambio climático ha aumentado la inestabilidad atmosférica y, en el último año, muchos de los grandes incendios fueron originados por rayos, que antes no eran tan frecuentes. Y el cuarto fenómeno es una meteorología propensa para la propagación de incendios como son temperaturas altas, humedades bajas y viento elevado. De esta receta tradicional, hay que sumar las olas de calor continuas durante todo el verano.

¿De qué manera los grandes incendios impactan en el territorio?

Sobre todo afecta a las economías y sociedades rurales, pero también es un grave problema de protección civil y salud pública.En los últimos 13 años en Europa hay que lamentar un 5% más de fallecidos como consecuencia de los incendios y un aumento de entre el 5 y 10% de admisiones hospitalarias relacionadas con problemas respiratorios, sobre todo en personas más vulnerables o con patologías previas. Desde mi punto de vista el efecto ecológico de los incendios es inferior a la catástrofe que supone desde el ámbito social y económico, ya que los bosques suelen recuperarse.

¿Cómo debe ser el modelo de prevención ante la nueva realidad?

Los estudios científicos indican que tenemos que tratar tres hectáreas para ahorrar que se nos queme una. En España se quemaron el último año 300.000 ha, pero es que hay 27,7 millones, es decir que aunque fue catastrófico afectó a poco más del 1% de los bosques. Tradicionalmente se quemaban unas 100.000 ha, el 0,3%. Si en Aragón se quemaron 20.000 ha deberíamos tratar 60.000. ¿Cómo? La fórmula más eficiente, barata y que da mejores resultados son las denominadas quemas prescritas: aplicar de forma intencionada el incendio y monitorizarlo para que podamos garantizar que ese incendio sea seguro y arda en baja intensidad, sin daños.

Reintroducir el fuego de una manera prescrita por ingenieros forestales dentro de una ventana de combustiones atmosféricas benignas ayuda a disminuir que sea un gran incendio forestal. Esta técnica puede acompañarse de técnicas más clásicas como cortar árboles o hacer desbroces con la que no solo estamos disminuyendo el riesgo de incendio sino que, además, obtenemos un retorno económico. También en un contexto de cambio climático donde necesitamos abandonar el uso de combustibles fósiles para calentarnos o sustituir los plásticos por material renovable, esto aporta ventajas desde el punto de vista ecológico y climático.

¿Se ponen los medios suficientes para la extinción?

Por lo general, la extinción no limita la propagación de incendios porque emiten tanta energía que no se puede hacer nada. Los medios que tenemos son suficientes, otra cuestión es que estén actualizados y en buenas condiciones.Podemos invertir mucho en medios, pero no se pueden doblegar las leyes de la física. Debemos crear estructuras de paisaje que cuando se vayan a quemar, vayamos a poder controlar el incendio, que no sea extremo y la intensidad esté por debajo de la capacidad de extinción.