Más de setecientas personas han despedido este martes en Derroñadas (Soria) a la familia fallecida el pasado viernes en un accidente de tráfico ocurrido en la carretera N-234, en el término zaragozano de Torralba de Ribota, cuando se desplazaba desde Zaragoza a este pueblo soriano.
Las personas que perdieron la vida en el siniestro son el matrimonio formado por Tomás Aróstegui Chapa e Inés Bellido Octavio, que estaba embaraza de cinco meses, y su hijo Quique.
Los restos mortales del matrimonio y su hijo, incinerados, ya descansan en el cementerio de Derroñadas, un pueblo con apenas una veintena de vecinos en invierno, tras un funeral al que han asistido familia, amigos, compañeros y vecinos.
La iglesia de San Juan Bautista ha necesitado utilizar la entrada –y colocar un altavoz- para acoger a todas las personas desplazadas al funeral.
El dolor “que sentimos todos es directamente proporcional al cariño que sentimos por Tomás e Inés”, ha expuesto en la homilía el sacerdote que ha oficiado el funeral, quien ha expuesto que las lecturas que eligieron para su boda “hoy suenan como su testamento”.
“Amor, vida, esperanza y alegría es el testimonio que dejaron Tomás e Inés, y que hay que seguir”, ha recalcado. El padre del fallecido se ha dirigido antes del funeral para asegurar que se quedarán con que todos se fueron a la vez.
El alcalde pedáneo de Derroñadas, Carlos Borrá, ha expresado la consternación de los vecinos por la pérdida de esta joven pareja y su hijo, que acudían con frecuencia al pueblo.
Otras misas se celebrarán en Zaragoza el 1 de febrero, a las 20:30 horas, en la Basílica de Santa Engracia, y el 3 de febrero en Getxo, de donde era Tomás, a las 20:00 horas, en la parroquia del Santísimo Redentor.