APUESTA POR LAS RENOVABLES

La Universidad de Zaragoza instalará 1.000 placas para generar el 5% de su energía

El campus licita un contrato para ponerlas en marcha en verano / El presupuesto total del proyecto supera los 600.000 euros

La Universidad de Zaragoza ya instaló paneles fotovoltaicos a mediados de 2021.

La Universidad de Zaragoza ya instaló paneles fotovoltaicos a mediados de 2021. / UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

La Universidad de Zaragoza ha sacado a concurso la instalación de ocho plantas de placas fotovoltaicas en ocho edificios del campus público universitario de Aragón. Cuatro edificios de Zaragoza, dos de Teruel y uno de Huesca pasarán a formar parte de la todavía breve lista de instalaciones fotovoltaicas que muestran el compromiso de la universidad con la energía limpia, con el que tienen previsto conseguir que el 5% de la energía utilizada por el campus universitario sea producida en sus propias instalaciones. 

El proyecto quiere instalar un total de 1.099 paneles –el número puede variar en función del tamaño de placa que se elija para cada localización– y podrán llegar a producir un total de 500 kWp, el tope de la capacidad de producción para la producción. Así, con estas previsiones que baraja el proyecto, la energía que puede llegar a producir en total es de 720.106 kWh. 

En el Campus de Huesca, el edificio Río Isuela contará con 100 paneles fotovoltaicos, que producirán hasta 61.425 kWh de energía. En Teruel, las placas llegarán al CMU Pablo Serrano y al edificio Bellas Artes, con 206 y 102 placas, respectivamente. El sur de Aragón aportará hasta 189.189 kWh al total del montante energético producido por la Universidad de Zaragoza. 

En la capital aragonesa serán cuatro edificios los que acojan estas placas tras este proyecto de instalación, repartidos en tres campus diferentes. En el pabellón polideportivo del Campus de San Francisco se colocarán 92 placas fotovoltaicas; en la azotea del Hospital Clínico Veterinario y en el edificio de Encefalopatías, ambos en el Campus Miguel Servet, se colocarán 160 y 65 placas, respectivamente. En el Campus Río Ebro, el edificio Betancourt, que ya tiene placas fotovoltacias, engordará su nómina con otros 154 paneles. 

La «joya» del proyecto de la energía solar es el edificio Lorenzo Normante, también localizado en el Campus Río Ebro, que contará con 220 placas y, además, con baterías «para aumentar el aprovechamiento de la producción de electricidad de la instalación fotovoltaica». Ese aprovechamiento es, en estos momentos, el mayor reto de las energías renovables. 

Estas ocho instalaciones de placas fotovoltaicas no son las primeras que realiza la Universidad de Zaragoza. En junio de 2021 ya se colocaron estas piezas en varios edificios de los campus de las tres provincias. Según ha informado la institución pública, la facultad de Educación, en el Campus de San Francisco; el edificio Betancourt, en el Campus Río Ebro; la Escuela Politécnica de Huesca y la Escuela Politécnica de Teruel ya cuentan con sus propios generadores de energía. 

La instalación llevada a cabo hace un año y medio genera, aproximadamente, un 2% de la energía total que utiliza la Universidad de Zaragoza a lo largo del año. Con la nueva instalación está previsto que llegue a superar el 5%, señalan desde el campus público, aunque advierten de que «dependemos de cómo funcione todo y también de las condiciones que se den tras la instalación». Así, las previsiones hablan de que la puesta en marcha de estas ocho localizaciones puede aportar «entre el 3 y el 3,5% de la energía que utiliza la universidad». 

Presupuesto y plazos

El presupuesto máximo que ha elaborado la Universidad de Zaragoza alcanza los 618.558,20 euros, IVA incluido. Un montante que se obtiene al sumar el presupuesto del «proyecto técnico de legalización, dirección de la instalación, suministro, montaje e instalación, mantenimiento y gestión para la implantación de las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en la Universidad de Zaragoza», que alcanza los 461.258,20 euros y que corresponde a las placas fotovoltaicas. 

Fuera de esta cantidad presupuestada se encuentra la instalación de las baterías del edificio Lorenzo Normante, que alcanza los 157.300 euros. 

Además del suministro, montaje e instalación de los ocho espacios diferentes, el contrato obliga a mantener «servicios de mantenimiento y gestión de las ocho instalaciones durante dos años». 

Los requisitos para la empresa que quiera hacerse con el proyecto, para el que se pueden presentar candidaturas «durante al menos un mes», según señalan desde la Universidad de Zaragoza, son los que figuren «en solvencia técnica y económica del Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares».

El edificio Lorenzo Normante quiere superar el reto del almacenaje

La apuesta de la Universidad de Zaragoza por las energías renovables también cuenta con su cuota de innovación. Es el caso del edificio Lorenzo Normante, que además de los paneles fotovoltaicos contará con unas baterías que quieren superar el complicado reto de almacenar la energía en el mismo lugar en el que se producen: «Deberán colocarse baterías de almacenamiento para aumentar el aprovechamiento de la producción de electricidad de la instalación fotovoltaica». Además, según recoge el proyecto, la presencia de estas baterías permitirá «adecuar la generación a la curva de demanda del edificio». Unas baterías que según contempla el texto tendrán una capacidad máxima total de 198kWh. La importancia de esta iniciativa innovadora en el Lorenzo Normante hace que la partida económica para este edificio esté diferenciado. El contrato contempla un coste de 157.300 euros en esta localización del campus, incluyendo la instalación, la puesta en marcha del sistema fotovoltaico, del sistema de almacenamiento y el mantenimiento durante los dos primeros años en funcionamiento. El técnico de Energía y Medioambiente de la Universidad de Zaragoza, David Cambra, valora como «proyecto piloto» la instalación de unas baterías que tienen como objetivo «ver cómo funcionaría la acumulación de energía y conocer si se podría extender en el futuro». 

Desde el momento de la firma, el proyecto contempla un plazo de ejecución de 124 semanas: las seis primeras estarán destinadas a «los servicios de proyecto técnico y la dirección de la instalación», mientras que las siguientes catorce serán para «el suministro, montaje e instalación de las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico de la Universidad de Zaragoza». 

En ese momento, los ocho espacios ya estarán a pleno rendimiento y solo quedarán las dos últimas fases del proyectos. Dos partes de 52 semanas, es decir, un año, en las que los empleados de la empresa encargada de los paneles fotovoltaicos deberán mantener «servicios de mantenimiento y gestión de las instalaciones». La Universidad de Zaragoza señala en el pliego que «el adjudicatario correrá con todos los gastos correspondientes a las labores de mantenimiento que comprenderá á las acciones preventivas, correctivas y de gestión de toda la instalación mientras dure la garantía del mismo». La garantía total será de dos años en relación a los equipos y a la instalación; de diez años en el caso de los paneles, con el compromiso de que mantengan una potencia nominal de 90%, y la garantía de los inversores alcanza los diez años. 

Aunque todavía es pronto para hacer previsiones, la Universidad de Zaragoza, a través del técnico de Energía y Medioambiente, David Cambra, cree que las ocho instalaciones funcionarán «a pleno rendimiento a partir del próximo verano». 

"LA SUPERFICIE CRECERÁ CADA CURSO"

La instalación en estos ocho edificios de la Universidad de Zaragoza es un paso más en el modelo ecológico que la institución de enseñanza lleva adoptando desde hace varios años.

Una parte de un proceso que, según explica David Cambra, técnico de Energía y Medio Ambiente de Unizar, comenzó en 2017: «El campus público firmó entonces un contrato por el que toda la energía que se utiliza dentro de la universidad venga producida de estaciones de energía renovables». Un primer paso para un objetivo que el técnico asegura que es «conseguir que la Universidad de Zaragoza se autoabastezca con la energía que produzcan nuestras propias estaciones de energía». 

«Queremos seguir esta tendencia para alcanzar los mayores niveles de autoconsumo posibles», resume Cambra. El plan, por ahora, se limita a unos edificios «donde es sencillo instalar estas placas en sus azoteas», aunque desde el departamento de Energía y Medioambiente tienen claro que «en los próximos cursos se llegará a otros edificios». 

Para Cambra, el proyecto fotovoltaico de la Universidad de Zaragoza es «a largo plazo», pero asegura que en las previsiones se establece que «la superficie fotovoltaica amplíe con el paso del tiempo, lanzando este tipo de proyectos cada curso para que en cada ejercicio haya más placas solares en los edificios del campus». 

Sobre estas ocho instalaciones, que ya esperan a la empresa que las saque adelante, la esperanza sigue intacta e, incluso, aumentada, debido al buen resultado de las placas que se colocaron en 2021. «Entonces tuvimos muchas ofertas y creemos que ahora habrá aún más», resume Cambra.

El nuevo avance de la transformación energética ya ha comenzado y es una muestra más «del compromiso universitario con el medio ambiente y con los objetivos de la Agenda 2030». 

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