SANIDAD

Una aragonesa en la lista Forbes de médicos: «Hay muchas urólogas pero pocas en los puestos de mando»

Carmen González Enguita es la jefa del servicio de Urología del hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y de los Hospitales de Asistencia Pública QuirónSalud (Madrid)asegura / «No hay que renunciar a la vida profesional si la vida personal se complica y lo hace», dice

Carmen González, primera uróloga aragonesa en la lista Forbes. | FUNDACIÓN JIMÉNEZ DÍAZ

Carmen González, primera uróloga aragonesa en la lista Forbes. | FUNDACIÓN JIMÉNEZ DÍAZ / eva garcía

Eva García

Eva García

Doctora en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza, hizo el MIR en el Miguel Servet, también en capital aragonesa, y actualmente jefa de Departamento de Urología en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz en Madrid, Carmen González Enguita es la única aragonesa que aparece en la lista de Forbes de los 100 mejores médicos de España, en su caso en la especialidad de Urología.

¿Qué supone para usted aparecer en la lista Forbes?

Me parece increíble porque era una situación que no hubiera pensado nunca entrar en ese grupo de personas. Yo misma no me lo creo, es de esas cosas que crees que no te van a pasar en la vida, que solo le pasan a los demás. Además, surge la pregunta de qué habrán visto en mí para reconocerme ser uno de los mejores porque yo lo único que hago es trabajar. Pero una vez que pasa ese asombro, lo que supone es un agradecimiento a las personas que lo han decidido así y una gran responsabilidad; porque se va a esperar que siga siendo como soy y haciendo lo que hago. Es una responsabilidad personal y también para mi especialidad, mi gente y mi equipo.

Hace mucho que dejó Aragón, pero es la única aragonesa de la lista.

Hace mucho que salí y no lo hice por falta de trabajo en Aragón ni por falta de proyección profesional, que la tenía. Me costó mucho decidirme. Yo no me fui buscando trabajo ni desarrollo profesional porque lo tenía. Me fui por lo que muchas veces nos vamos, por otras circunstancias, en este caso por amor. Cambié de ciudad porque con la persona con la que me casé vivía en Madrid y me fui a formar una familia. Sí que es cierto que me creó una pequeña crisis personal porque se me llegó a ofrecer que trabajase en Zaragoza y viviese en Madrid pero dentro del proyecto de familia que yo tenía lo veía incompatible. Y pensé que como salí con una buena formación de mi especialidad no me sería difícil encontrar trabajo en Madrid como así fue.

Le costó muy poco encontrar trabajo en Madrid.

Nada, no tuve ni un día de paro. Acabé el 31 de diciembre de 1990 y tras pasar la Navidad estaba trabajando, así que no tuve días de vacaciones.

¿Se considera una pionera? Fue la primera MIR de Urología en el Miguel Servet; y la primera uróloga que entró en la Fundación Jiménez Díaz.

Soy una de las pioneras, no es que me considere, fue así. Cuando yo elegí la especialidad había muy pocas mujeres que eran urólogas. No fui la primera, había unas cuántas por delante de mi por edad pero éramos muy pocas. Yo la verdad es que no pensé que era una especialidad copada por hombres en aquel momento. Había una tradición universitaria en mi casa, mi padre fue veterinario y vivimos siempre vida universitaria, con igualdad de derechos. No pensé que podía ser más difícil pero me di cuenta cuando llegue y vi que no había mujeres dentro de los médicos, de los urólogos, sí en el hospital. Enseguida me di cuenta que era la comunidad urológica era masculina fundamentalmente. Ahora lo sigue siendo pero no tiene nada que ver, hay muchas mujeres que han visto que pueden ser tan buenas urólogas como ellos.

¿Cuándo uno entra en la consulta ya no se espera un hombre?

Hay muchas mujeres y muchas residentes. Pero sí que es cierto que los puestos de poder y los cargos de más responsabilidad no están en manos de mujeres. Siguen estando en manos de ellos. En una actividad científica las mujeres seguimos siendo minoría aunque las hay. Las hay en las consultas, en los quirófanos quiero pensar que también y en los servicios de urología pero a la hora de una reunión, un congreso o una investigación la mayoría siguen siendo hombres.

¿Qué habría quehacer para que hubiera más mujeres en esos puestos de mando?

Pues no sé lo que habría que hacer porque muchas de las razones por las que no estamos ahí es por nuestra propia responsabilidad. Quiero pensar que es la propia idiosincrasia de las mujeres, que no somos tan ambiciosas o tenemos otros valores que hace que nos conformemos con una situación más del medio, digamos; o que nos compensa la familia, los hijos, las parejas. La cotidianidad nos compensa el esfuerzo, la dedicación, el sacrificio, el tener que prescindir de otras cosas para estar estudiando, trabajando y queriendo llegar a puestos de responsabilidad. ¿Qué habría que hacer? Simplemente estar, trabajar, estudiar, seguir estando y no renunciar a nuestra vida profesional si la personal se complica, porque hay un momento en la vida que se complica con el nacimiento de los hijos y los cuidados pero hay que intentar estar en los dos sitios a la vez y no abandonar uno para el crecimiento del otro. Es difícil si en casa no tienes un soporte, un apoyo y otra persona que comparta tareas es difícil. En mi caso yo tenía que llegar porque yo soy como persona y como profesional la misma, no me puedo dividir, no se entiende una parte sin la otra y eso quizá ha hecho que haya desarrollado mi vida personal y profesional a la vez.

Tiene dos hijas, ¿alguna ha seguido su camino?

Sí, la pequeña que ya no es tan pequeña. Estudió Medicina habiendo vivido en casa lo que cuesta porque hoy la medicina está muy complicada. Y después de sacar una carrera brillante ha aprobado el MIR y me siento orgullosa porque está haciendo también urología en un hospital de Madrid en su segundo año. Yo creo que como a otras muchas mujeres en España he sido ejemplo, he abierto camino pero ella lo ha visto en sus propias carnes y le ha encantado la especialidad y a lo que yo me he dedicado a pesar de todos los sacrificios y de los mensajes, que no consejos que yo en casa le he dicho. A pesar de todo ahí está y me siento muy orgullosa.

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