ESPECIAL PAC 2023

La estabilidad como valor añadido: el seguro agrario

Granizadas, heladas o inundaciones han causado importantes daños en el campo aragonés.

Granizadas, heladas o inundaciones han causado importantes daños en el campo aragonés. / ANGEL DE CASTRO

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El sector primario se ha enfrentado en los últimos tiempos a situaciones inverosímiles y totalmente inesperadas. Trabajar y seguir ofreciendo una producción de máxima calidad en una situación de pandemia y confinamiento no ha sido tarea fácil. Afrontar las graves tensiones geopolíticas y económicas derivadas de un conflicto bélico en las puertas de Europa, tampoco, y así lo demuestran los principales indicadores económicos, como la renta agraria que muestra un claro aumento de los costes a los que se enfrenta el sector.

En un contexto, además, marcado por la nueva PAC, con el reto de asegurar la sostenibilidad económica, con objetivos ambiciosos de la Unión Europea como el pacto verde, la estrategia de la granja a la mesa o la de biodiversidad.

En este escenario tan complicado, el seguro agrario ha ofrecido gran estabilidad. El incremento aprobado por ENESA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) de la subvención base en diez puntos porcentuales, y que seguirá vigente durante todo 2023, ha permitido al sistema español de Seguros Agrarios Combinados facilitar el acceso a todas las coberturas a los asegurados.

Además, el incremento de los precios de numerosas producciones: frutales, herbáceos, uva de vino… se ha visto reflejado en el precio de aseguramiento, que, al incrementarse para ajustarse al valor de mercado, también se traduce en un aumento de las indemnizaciones en caso de sufrir siniestro.

Elevada siniestralidad

Estas medidas se demuestran especialmente relevantes ahora, en un momento de elevada siniestralidad. El año 2022 se cerró con 769 millones de euros en indemnizaciones abonadas, la cifra anual más alta de daños del sistema español de Seguros Agrarios Combinados. Supera los 732 millones de euros abonados en 2012, y confirma la acusada realidad climática actual, ya que los (muy recientes) años 2017, 2018, 2020, 2021 y 2022 son, junto a 2012, los de mayores indemnizaciones en los 42 años de historia del seguro agrario.

Aragón, por su parte, también ha alcanzado en 2022 su máximo histórico de indemnizaciones. En total, se han abonado 118,3 millones de euros a los agricultores y ganaderos asegurados por los siniestros ocurridos durante el año, un 60% más que los daños registrados en 2021. 

Destaca el año muy complicado que ha sufrido el campo aragonés, que se ha visto afectado por temperaturas extremas (heladas primaverales y golpes de calor durante el verano), tormentas de pedrisco, lluvia y viento, periodos con ausencia de precipitaciones e incluso daños por incendio.

La superficie reclamada total se ha elevado por encima de las 185.000 hectáreas, casi un 40% más que el pasado ejercicio. Así, durante el año 2022 se han evaluado daños agrícolas en 555 municipios aragoneses, un 76% del total. Es decir, tres de cada cuatro municipios aragoneses han sufrido un siniestro agrícola durante el pasado año. En una situación como la descrita, hay que destacar que el sistema de seguros agrarios ha sabido dar respuestas ágiles a las necesidades del sector, al hacer el esfuerzo pertinente para la rápida gestión y peritación de los daños, así como el pronto pago de las indemnizaciones correspondientes. 

La intensa helada registrada durante la primera semana de abril, y que causó daños severos por su intensidad y duración, con hasta tres noches gélidas y consecutivas, ha sido la responsable de la mayor parte de las indemnizaciones, al provocar daños por valor de 76,2 millones de euros entre el seguro de frutales (albaricoque, ciruela, manzana, melocotón, pera) y el de cereza. En concreto, Agroseguro ha abonado 49,6 millones a productores de Huesca, 23,4 millones a los de Zaragoza y 3,2 millones a productores de Teruel. La excepcionalidad del siniestro en este ámbito ha elevado la incertidumbre, pero Agroseguro ha tomado medidas de cara a no perjudicar a más del 95% de los productores, no teniendo en cuenta los efectos de la helada en los rendimientos asegurables de la actual cosecha en Aragón y Cataluña.

Eficacia

Con todas estas cifras encima de la mesa, merece la pena parar a reflexionar el valor del seguro agrario para los agricultores y ganaderos. Su eficacia, demostrada durante más de cuatro décadas, aporta estabilidad al sector primario frente a numerosos riesgos no controlables por los productores. Contar con una póliza de seguro en vigor permite a un productor afrontar una campaña con la tranquilidad de saber que si la situación meteorológica viene mal dada cuenta con un respaldo claro, que protege sus inversiones y su empleo, poniendo su grano de arena en el desarrollo y vertebración del medio rural. 

No podemos adivinar cómo será 2023, cuánto lloverá o cuántos días de ola de calor sufriremos. Tampoco sabremos en qué comarca o momento descargarán las tormentas de pedrisco o en qué parcela concreta decidirá alimentarse un determinado animal. Pero sí podemos asegurar que el seguro agrario seguirá al lado de agricultores y ganaderos ofreciendo el mismo servicio de calidad.