‘por un mundo digital e inclusivo’

La libertad de elección, punto de partida para lograr la igualdad

Con motivo del Día Mundial de la Mujer, EL PERIÓDICO DE ARAGÓN organizó un desayuno informativo con representantes de instituciones y entidades del ámbito empresarial, científico y de la judicatura que trabajan por reducir la brecha de género

Los asistentes al desayuno Javier Hernández, Mari Carmen Mayoral y María Sasot, posan junto a Cristina Sánchez y Nicolás Espada, gerente y director de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN

Los asistentes al desayuno Javier Hernández, Mari Carmen Mayoral y María Sasot, posan junto a Cristina Sánchez y Nicolás Espada, gerente y director de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN / Jaime Galindo

Rebeca Magallón

Hoy, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de las Mujeres, una jornada consolidada por las Naciones Unidas con el objetivo de concienciar a la población sobre la necesidad de alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres y reconocer a todas las mujeres, entidades y asociaciones que luchan día a día para eliminar la brecha de género. Este año, la Organización de las Naciones Unidas ha elegido como lema Por un mundo digital inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género con la intención de poner de relieve la importancia de proteger los derechos de las mujeres y las niñas en los espacios digitales y de abordar la violencia de género en línea y la facilitada por las nuevas tecnologías de la comunicación

Recogiendo este lema, EL PERIÓDIO DE ARAGÓN organizó un desayuno informativo en el que participaron Mari Carmen Mayoral, científica titular en el Instituto de Carboquímica del CSIC y vicepresidenta de la Comisión de Mujer y Ciencia del CSIC y vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT); Javier Hernández, lugarteniente del Justicia de Aragón; y María Sasot, presidenta de la asociación Directivas de Aragón. El coloquio estuvo moderado por la periodista del diario, Alicia Revuelta.

 La posibilidad de que la digitalización suponga la apertura de una brecha más de género o profundice más en las existentes fue el primero de los temas debatidos en el encuentro. María Sasot, presidenta de la asociación de Directivas de Aragón explicó que la brecha «se está ampliando, ya no solo porque las mujeres se distancian de los campos científico-tecnológicos, sino porque el trabajo lo hacen solo los hombres por lo que se fomenta la creación de sesgos inconscientes que ponen al hombre como única persona que puede trabajar en estos campos». Sasot aseguró que esta es una realidad «que hay que combatir como sociedad, eliminar barreras y estereotipos» y puso el foco en la Inteligencia Artificial (IA) que ya está replicando estos estereotipos.

Desde su experiencia en el ámbito científico, Mari Carmen Mayoral, destacó que «la baja participación de las mujeres en carreras técnicas tiene como base un problema estructural. Históricamente este tipo de profesiones se han desarrollado por parte de los hombres, por lo cual las mujeres no han tenido la oportunidad de considerarse a ellas mismas como candidatas». Por ello, especificó que «la solución pasa por actuar desde el ámbito de la formación, en los colegios y universidades». 

EL RETO

«Debemos mostrar a las nuevas generaciones todas las opciones que tienen, desvinculando el género de las profesiones»

«Despertar en las niñas las vocaciones tecnológicas y científicas, -desarrolló Mayoral-, no es decirles lo que tienen que hacer, es mostrarles el amplio abanico de oportunidades que tienen por delante y que son capaces de lograr sus objetivos». Esta idea fue compartida por los tres participantes del debate, que coincidieron en que «es muy necesaria una actitud proactiva por parte de las universidades técnicas para atraer más estudiantes femeninas».

Mari Carmen Mayoral continuó desarrollando esta teoría al señalar que «los informes del CSIC muestran la necesidad de formar a profesores de Primaria para que tengan la capacidad de despertar ese interés científico y tecnológico en las más pequeñas, además, por supuesto de introducir lecciones más técnicas con soltura y confianza». Por estas razones consideró que «el sistema educativo requiere de una inversión para reorientar el currículo impartido desde Primaria y que apoye le evolución hacia la digitalización y el avance tecnológico».

Perder el miedo

Javier Hernández recordó entonces que el Justicia de Aragón es el garante del derecho a la igualdad entre hombres y mujeres ante las Administraciones públicas. De hecho, precisó que «la única vez que se ha modificado la ley del Justicia desde el año 1985 ha sido para introducir esta competencia» y especificó que la labor como garante incluye «tanto garantizar la igualdad, como informar sobre las medidas que se toman desde la Administración pública».

En cuanto al uso de la tecnología y la existencia de una brecha digital, el lugartenieniente diferenció tres sesgos de edad: infancia y adolescencia, adultos y mayores. En el caso de los mayores comentó que hoy en día «las mujeres mayores son quienes más se preocupan por no quedarse atrás en las nuevas tecnologías y acuden a charlas y clases para poder hacer uso de ellas». El número de mujeres, resaltó, es «infinitamente superior al de hombres». Con respecto a la edad adulta, Hernández destacó que el nivel de competencias tecnológicas entre ambos géneros «es bastante similar».

El problema está, puntualizó, en los más jóvenes. «En la infancia y la adolescencia las competencias suelen ser las mismas, la diferencia se encuentra el contenido que buscan en la red y el uso que le dan». Aclaró que, generalmente «son los chicos los que más buscan contenido peligroso, este contenido va desde pornografía hasta videojuegos que fomenten actitudes de dominancia de los hombres». Hernández afirmo que «se está creando una generación con muchas competencias, pero el contenido de esas competencias desarrolla poco a poco la destrucción de la igualdad», algo «muy preocupante y que requiere una actuación inminente», afirmó.

FOMENTAR LA VOCACIÓN

Las empresas demandan hasta un 22% de perfiles tecnológicos, pero solo el 10% de los jóvenes elige estudiar estas carreras

Por otro lado, María Sasot resaltó varios «datos alarmantes en cuanto a las profesiones técnicas». Así, la presidenta de Directivas de Aragón expuso que «las empresas demandan hasta un 22% de perfiles tecnológicos, pero solo el 10% de los jóvenes elige estudiar estas carreras». Resaltó la dificultad de las entidades para cubrir los puestos ya que «no hay gente especializada, ni hombres ni mujeres». Por ello, apuntilló la necesidad de «mandar un comunicado global a la juventud sobre las ventajas y los beneficios de la tecnología, no solo porque se necesita gente que la cree, sino porque el resto de la población la va a emplear y eso no será posible si no están formados para ello». Sasot amplió además que estos puestos técnicos solo cuentan con un 28% de representación femenina, «poniendo en evidencia la obligación indispensable de mostrar a las nuevas generaciones el gran abanico de oportunidades de futuro». Desarrolló que «despertar las vocaciones tecnológicas y científicas en las niñas pasa por mostrarles los referentes adecuados para que ellas mismas vean hasta dónde pueden llegar, además de la apuesta por la formación de los docentes y orientadores para que ellos también le pierdan el miedo a lo tecnológico y se lo puedan mostrar a sus alumnos».

Despertar para elegir

El lugarteniente del Justicia de Aragón, Javier Hernández, resumió esta idea con la expresión «enseñamos a las niñas para despertar y se despiertan para elegir». Explicó que «como sociedad debemos ser capaces de mostrar a las nuevas generaciones todas las opciones que tienen, desvinculando el género de las profesiones, ni las enfermeras son las mujeres ni los médicos pueden ser solo hombres» y señaló un componente sociológico como causante de esta relación, «por ello se deben promocionar más las carreras tecnológicas en los colegios para que las alumnas, sobre todo, las tengan en cuenta».

María Sasot reivindicó entonces la importancia de la rama tecnológica porque «la sociedad reconoce y suele centrarse más en unas profesiones que otras, como las sanitarias o los cuerpos de seguridad, pero nadie se para a pensar quién ha construido los puentes». Poniendo en valor estas opciones profesionales y dándoles visibilidad «se conseguirá que más jóvenes se fijen en ellas».

Mari Carmen Mayoral destacó que para lograr ese objetivo e ir estrechando la brecha de género, «más que un cambio cultural, se necesita una transformación estructural reflejada en políticas reales, como un cambio en el currículo educativo». Puntualizó que «la concienciación es muy importante y necesaria, pero se requieren leyes que garanticen la igualdad». Ejemplificó este concepto con los requisitos demandados por la Unión Europea para solicitar financiación pública para determinados proyectos e investigaciones, «a la que no puedes acceder si no cuentas con un plan de igualdad» y eso, recalcó, «son verdaderas políticas de igualdad».

Los participantes

Paridad

En esto punto entró en el debate el papel de las cuotas para la paridad en las empresas e instituciones, un sistema que garantiza la representación femenina. Mayoral defendió que «no funciona para todas las entidades, pero en muchos casos es completamente necesario porque, si no están obligados, no las tendrían en cuenta».

Javier Hernández comentó que el Justicia de Aragón es la primera institución defensora del mundo que cuenta con un plan de igualdad, concedida hace menos de un mes. Esto, explicó, refleja el «compromiso de la comunidad autónoma y la Administración con la igualdad, buscando siempre iniciativas y medidas que la favorezcan».

María Sasot ofreció una visión diferente de lo que puede frenar la llegada de mujeres a puestos de dirección o liderazgo al señalar que «en muchas empresas se interpreta lo que quieren o no quieren las mujeres y en muchos casos se decide por ellas antes de darles la oportunidad». Esto conlleva, desarrolló, que «ya no es que no elijan a las mujeres para según qué puestos, es que no figuran ni entre los candidatos porque otra persona ha dado por hecho que no van a querer esos puestos».

Por ello comentó que «se necesita un completo cambio de mentalidad. No se puede elegir por las mujeres, ellas deben tener la opción de decidir, de ser libres, iguales e independientes». Y apostilló que «poco a poco se van dando más oportunidades, quizá no a todos los niveles, pero para eso existen asociaciones como Directivas de Aragón, que lucha para garantizar la igualdad en todos los estratos».

Los participantes coincidieron en la necesidad de mostrar referentes femenino a los más pequeños

Los participantes coincidieron en la necesidad de mostrar referentes femenino a los más pequeños / Jaime Galindo

Sacrificios y ambición

El estudio de Esade Gender Monitor 2022 refleja que un 42% de directivas reconoce haber retrasado o renunciado a la maternidad por cuestiones laborales y el 62% asegura haber asumido renuncias relacionadas con su bienestar o salud mental. Sasot expresó que en este caso los millones de años de evolución «pesan y desde pequeñas se ha enseñado a las mujeres que son las que se deben quedar en casa y cuidar a la familia y es algo de lo que cuesta desprenderse». 

Pero Sasot aseguró que es una mentalidad que «va cambiando y cada día son más las mujeres que deciden apostar por su carrera profesional sin tener que renunciar a nada».

El lugarteniente del Justicia añadió que «en el ámbito laboral y directivo hay una gran cantidad de estereotipos, como que solo los hombres tienen la ambición de ascender y mejorar su posición». A las mujeres en cambio, desarrolló, «se les echa en cara no querer hacerlo, pero la clave no es si quieren o no, es que ellas deben tener la oportunidad de decidir si hacerlo».

Otro de los aspectos que acrecientan la brecha de género en el ámbito laboral son las llamadas non-promotable task o tareas no promocionables, como explicó Mayoral. Estos son encargos necesarios en el trabajo del día a día pero que «no suman puntos; son imprescindibles, pero no visibles y suelen caer en las mujeres».

Además, amplió Sasot, «en muchas ocasiones son las propias mujeres las que se ofrecen a llevarlas a cabo para ayudar, aunque no les corresponda a ellas, pero tras realizarlas se quedan asignadas a ellas de por vida, así que hay que aprender a decir que no».

Promoción

Desde el coloquio se hizo eco del preocupante descenso en la matriculación en carreras técnicas. Mayoral especificó que las matriculaciones «han descendido a la mitad en los últimos 15 años» y explicó que la razón puede deberse a que en los últimos años «se ha alcanzado un estado de bienestar en el que se puede llegar al desarrollo profesional gracias a otras carreras o disciplinas». Subrayó que «anteriormente la ciencia y la tecnología eran los motores del desarrollo del país y ahora las universidades tienen un gran abanico de opciones».

UN PASO ADELANTE

«La sociedad va cambiando y cada día son más las mujeres que deciden apostar por su carrera profesional sin tener que renunciar a nada»

María Sasot subrayó la necesidad de «prestigiar de nuevo estas carreras» y resaltó que hay que «hacerlas atractivas para los jóvenes y que éstos confíen en la tecnología, comentando todos lo beneficios que aportan, aunque haya mucho esfuerzo detrás». 

Con la mención del esfuerzo, los participantes del debate estuvieron de acuerdo en que las nuevas generaciones «no se esfuerzan tanto como deberían y tienden a renunciar a las carreras técnicas por sus alto grados de dificultad». Mayoral destacó que «en países muy desarrollados en los que se ha alcanzado un gran estado de bienestar, los jóvenes no encuentran necesario el esfuerzo de una carrera técnica para alcanzar buenos puestos de trabajo, lo que se denomina la paradoja nórdica».

Por ello, apuntó María Sasot, «es tan necesario estar en contacto con la juventud y mostrarles todos los beneficios que revocan estas profesiones, asegurarles que el esfuerzo merece la pena y, lo más importante, que la tecnología ha venido para quedarse y la población va a requerir una formación mínima para poder emplearla».

Promoción

Otro de los aspectos abordados fue la representación femenina en los paneles de expertos o mesas de técnicos y todos coincidieron en el bajo porcentaje de participación de mujeres. Sasot reivindicó que «no solo no participan las mujeres, sino que de nuevo, no se las tiene en cuenta. Los organizadores de este tipo de eventos buscan directamente a hombres». Comentó la imperiosa necesidad de «buscar expertas que completen esos paneles o, por lo menos, intentarlo». Desde asociaciones como la que preside «están más que dispuestas a buscar el perfil necesario para que una mesa de técnicos tenga al menos una mujer», ejemplificó.

Mayoral añadió que el Ministerio de Ciencia e Innovación «tiene por norma buscar la representación femenina, pero no siempre se cumple». Para ello, explicó Hernández, está la figura del Justicia, que es el garante de la igualdad. Desde su institución se encargan de estudiar estos casos y velar por el cumplimiento de las leyes establecidas. Asimismo, Sasot subrayó que «ha llegado el momento en el que las mujeres den un paso adelante, que sean conscientes de toda su valía y demuestren todo su potencial».

MERECE LA PENA

«Es necesario estar en contacto con la juventud y mostrarles todos los beneficios de las profesiones técnicas, ya que los beneficios son altos»

Conclusiones

Para finalizar el desayuno los participantes comentaron sus principales conclusiones. Javier Hernández destacó la necesidad de «luchar contra la desigualdad como un problema estructural, atacar a sus cimientos mediante leyes y obligaciones que garanticen la igualdad», siempre de forma progresiva, además de prestar especial atención a las nuevas generaciones y el acceso y uso que hacen de las nuevas tecnologías.

Por su lado, María Sasot subrayó la importancia de mostrar referentes femeninos de los ámbitos tecnológicos y científicos a los más pequeños para que «ellas sean conscientes de hasta dónde pueden llegar y ellos normalicen tener como superior a una mujer».

Por último, Mari Carmen Mayoral incidió en el deber de llevar a cabo un «cambio estructural de la sociedad y del mundo laboral a través de leyes y normas integradas en el día a día».