PERSONAJE ARAGONÉS

La primera Falla de Valencia dedicada a un travesti viene de Graus (Huesca)

Liz Dust, nacida Miguel Vicente en la localidad oscense, se ha convertido en la protagonista de la Falla Pelleter que reivindica la lucha LGTBIQ+

La falla Pelleter dedicada a Liz Dust de Graus

La falla Pelleter dedicada a Liz Dust de Graus / German Caballero

Sergio Ruiz Antorán

Sergio Ruiz Antorán

Es la guinda del pastel. En todo lo alto. Acaparando las miradas. Como siempre. Diva. Siempre divina. Una atracción. Un escándalo consciente y buscado para romper mentes, concienciar, educar desde el espectáculo y el arte en la diversidad. Porque no hay nada mayor en Valencia que convertirse en un muñaco en llamas. Y Liz Dust arderá a lo grande. Es la primera travesti que protagoniza una Falla en Valencia. “Soy de Graus, no he mamado las Fallas, no tengo el sentimiento fallero, pero en Valencia que te hagan una figura a este nivel es consolidarte como un icono, como una figura pública”.

La Falla Pelleter reivindica la lucha LGTBIQ+ con el lema Iguals i diferents y propuso a Liz ser su icono central, por ser un referente reconocido “por dinamizar el tejido del colectivo en Valencia a través del trasvestismo”. Una propuesta que ve más cercana “al arte que a la tradición, que sublimina nuestra lucha de una forma muy poética. Es un proyecto muy potente que incluye un museo virtual, un metaverso” creado por la Universidad Politécnica de Valencia que se adentra en el interior la Falla para educar sobre diversidad en tres estancias, una de ellas diseñada por la propial diva grausina.

Falla Palleter-Espartero dedicada al colectivo LGTBI con Liz Dust de figura central de la falla

Falla Palleter-Espartero dedicada al colectivo LGTBI con Liz Dust de figura central de la falla / German Caballero

Porque su implicación no ha sido simple postureo. Ella misma colaboró en la creación del ninot junto a Chuky, artista que en 2021 causó polémica al moldear dos falleras besándose. “He participado en toda la creacion de la figura: he decidido la pose, el simbolismo que queríamos transmitir, la plasticidad y he pintado el maquillaje en el rostro, algo muy personal”, indica. Él, ella, decidió salir desnuda, con tacones y un peinado muy Marylin, y, como un trampantojo, sorprendiendo con la aparición de sus genitales escondidos, una imagen que ha generado polémica entre los sectores más reaccionarios. Nada nuevo para Liz. Ya tuvo que enfrentarse a la polémica transfobica cuando posó para el cartel de una discoteca como la Virgen de los Desamparados queer o hizo de guía de belenes trasvestida de Mamá Noel.

Falla Palleter-Espartero dedicada al colectivo LGTBI con Liz Dust de figura central de la falla

Falla Palleter-Espartero dedicada al colectivo LGTBI con Liz Dust de figura central de la falla / German Caballero

Hace ocho años que Miguel Vicente creo a su alter ego, una expresión artística de sí mismo, y desde entonces ha ganado popularidad y presencia. Hace de todo. Está en todo. No para. Pinta retratos, hace cabaret en discotecas, canta jazz de maravilla, está en dos compañías de teatro, ha sido modelo para el prestigioso Francis Montesinos, ha salido en la Vogue, da clases en la universidad, es diseñadora gráfica, hace monólogos de humor, ha hecho 'performance' en el centro de Tokio o en un patio con gallinas en un pueblo de Córdoba, entrevistas a políticos, presenta galas, oficia bodas, protagonizó un premiado documental sobre su arte y figura, “y cada martes doy charlas de diversidad llamadas 'Colors al Cercle'. Son entrevistas desde el humor en las que entramos en muchas temáticas distintas, no solo de sexualidad, de racismo, familias, deporte... Llevamos tres años haciéndolas. Soy muy ecléptico. Soy una travesti 360º porque hago de todo”.

Se denomina travesti o 'drag queer', que no 'drag queen', porque defiende un “arte marica, controvertido, de los raros. Soy un animal exótico” que juega con la atracción que causan los travestis y desaloja de falsos clichés clasistas el transformismo, del estigma de la noche y el vicio, la prostitución, como juguete sexual, para elevarlo “a un género de entretenimiento como activismo, de una forma menos ambiciosa estás educando a la gente. Es una forma de expresión y casi de vida. Porque el travestismo, para mí, forma parte del espectáculo, pero también de la cultura y, por qué no, de la vida social”. Por eso no guarda su rupturista estética a los escenarios y sale a comprar o montar en patinete con su outfit de pelucones, pómulos marcados y vestidos ceñidos.

Liz Dust, nacida Miguel Vicente en Graus, se ha convertido en la protagonista de la Falla Pelleter que reivindica la lucha LGTBIQ+

Liz Dust, nacida Miguel Vicente en Graus, se ha convertido en la protagonista de la Falla Pelleter que reivindica la lucha LGTBIQ+ / LIZ DUST

El debut en la Mojiganga

Todo empezó en Graus. Recuerda vestirse como su abuela con tres años, rebuscar en armarios ajenos nuevos atuendos, ir a la residencia de esa guisa a hablar con sus viejas amigas, hacer teatro e intervenir en la Mojiganga, la representación satírica en medio de las tradicionales fiestas. “Fue una prueba de fuego, donde me dí cuenta que sí estaba hecho para el mundo de la escena. Mucha gente lo sigue comentando, porque era muy particular”.

Falla Palleter-Espartero dedicada al colectivo LGTBI con Liz Dust de figura central de la falla

Falla Palleter-Espartero dedicada al colectivo LGTBI con Liz Dust de figura central de la falla / German Caballero

Eso recuerda, como recuerda como, pese a la aceptación familiar, vivir en una población pequeña, sin una escena artística plena, ni referentes, impedía su desarrollo. “El trasvestismo rural es un foco inspiracional, pero no es una realidad donde puedas desarrollarte. Aprendi a neutralizarme con la adolescencia, a no expresarme, a reprimirte. Tuve que hacer un trabajo de desconstrucción fuerte para definir mi personalidad, algo que tiene que ver más con tu propia identidad y no solo con tu sexualidad”.

Falla Palleter-Espartero dedicada al colectivo LGTBI con Liz Dust de figura central de la falla

Falla Palleter-Espartero dedicada al colectivo LGTBI con Liz Dust de figura central de la falla / German Caballero

Eso sólo lo logró cuando salió en 2005 a estudiar Bellas Artes a Valencia hasta convertise en una celebridad del activismo LGTBIQ+. “La gente no tiene la culpa, es que no existen referencias en un pueblo para agarrarte, debemos educar a los padres para que dejen a sus hijos, que por naturaleza, muestran como son, y no les castren con prohibiciones. Y hablar, no tener tabúes”. Reflejos como ella, por eso aceptó gustosa el ofrecimiento de la Generalitat de pasear por los pueblos valencianos en el tour 'Converses amb Orgull', como una propuesta cultural sobre realidades y derechos LGTBI. Una gigante, no por ser una falla, por ser inteligente, artista. Diva. Igual y diferente.