La reforma de la Ley del Juego genera esperanza contra la ludopatía

Aunque hasta mañana la sociedad aragonesa no sabrá si la Ley del Juego se vuelve más restrictiva en la comunidad, varios sectores ya contemplan con buenos ojos estos posibles cambios. Con la prohibición de que las TPV (Terminales en Punto de Venta) sirvan como cajero, un nuevo horizonte de «reflexión y evitar la adicción» se abre para los jugadores de casas de apuestas y salones de juego. 

Así lo ven desde Azajer (Asociación Aragonesa de Jugadores de Azar en Rehabilitación), donde su presidenta, Miriam Gañán, considera que estas transformaciones son «unos cambios muy positivos que protegen a los más vulnerables». Además de que los datáfonos desaparezcan de estos locales, el control de la hostelería es «uno de los aspectos que más valoramos, aunque queremos ver que esta gestión se haga correctamente». 

«Sinceramente, me llama la atención toda la movilización del juego y de la hostelería por las tragaperras de los bares», reflexiona Gañán, que opina que estos establecimientos «tienen su negocio en la prestación de servicios, relacionados con la comida y con la bebida». Respeta las protestas, pero la presidenta de Azajer advierte de que estas medidas se toman para «evitar que gente que se ha prohibido jugar, por su adicción, o menores de edad tengan un acceso sin control a máquinas de azar».

«Salir de los salones de juego facilitará la reflexión y evitará que la gente funda todo su dinero»

Alejandro Marín

— Delegado de OCU en Aragón

En la misma línea que Azajer celebra la reforma Alejandro Marín, delegado territorial de OCU (Unión de Consumidores) de Aragón. «Es una actualización necesaria y positiva, un refuerzo para todos y para los colectivos más débiles de la sociedad», destaca Marín, que asegura que las TPV son el punto clave de esta reforma: «Si se obliga a salir de los salones de juego, se conseguirá que los jugadores reflexionen y se evitará que muchos de ellos fundan todo su dinero». 

«El juego, como cualquier actividad de consumo, debe poder hacerse en libertad y no hacerlo dentro de una patología o de un momento de excitación», reflexiona el delegado de OCU, que advierte que esta solución puede conseguir que se evite «tomar más soluciones no racionales en el juego, que es uno de los grandes problemas que tiene».

La reforma de este texto no cambiará en exceso, o eso creen por ahora, el trabajo de la Unidad del Juego de la Policía Nacional. El jefe de grupo de la unidad mantiene que su equipo vigila «a diario» el cumplimiento de la ley, redactada en el 2000.

Una práctica extendida

«Tras la investigación de un centro del que tenemos sospechas, acreditamos que se está cometiendo la infracción y levantamos acta», explica el inspector, que confirma que una de las infracciones que más se ven es la de los datáfonos: «Es una práctica muy extendida en estos locales». 

«El jugador se acerca al empleado, dice qué cantidad quiere sacar y al pagar se le entrega ese dinero en efectivo», detalla el jefe de la Unidad del Juego, que considera que esto facilita la adicción porque es «una forma de tener dinero con inmediatez y sin interrumpir la partida». «Es una infracción muy grave conceder créditos y préstamos a los jugadores», completa.

Pese a que el inspector valora «positivamente» que el sector del juego está «más comprometido» desde hace unos años, nota como se siguen produciendo infracciones: «Muchas personas que se han denunciado regresan a comisaría para insistir en que se les deja pasar o que se puede sacar dinero con los datáfonos». 

«Regular las TPV es una cosa óptima para tener una mayor concienciación», reflexiona el inspector de la Policía Nacional, que adelanta que la autoridad policial mantendrá su línea de trabajo.

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