Los efectos de la primavera en la salud

Las alergias graves provocan un descenso de la «productividad del 35%»

Los expertos señalan que uno de cada cuatro aragoneses sufre un proceso alérgico / La reacción a las gramíneas se prevé suave pero al ciprés y el plátano «son intensas»

La mascarilla ha evitado el aumento de alergias durante el covid.

La mascarilla ha evitado el aumento de alergias durante el covid. / ANGEL DE CASTRO

Eva García

Eva García

Llega la primavera y con ella los estornudos, los picores de garganta y de ojos. Es tiempo de alergias. En el caso de los hipersensibles al ciprés «comenzaron los síntomas en febrero» y ahora toca al plátano de sombra, que «con el tiempo suave, temperaturas altas y viento flojo y moderado» están teniendo un «impacto alto», asegura Carlos Colás, jefe de Alergología del hospital Clínico en Zaragoza,

En los últimos años está creciendo el número de alérgicos y de hecho, el especialista señala que prácticamente «uno de cada cuatro aragoneses –y españoles– tiene un proceso alérgico» y la rinitis alérgica afecta a «entre el 15 y el 18% de la población». Estos datos son muy «impactantes» por el coste socioeconómico que provoca, por atenciones médicas, visitas a urgencias, tratamientos, etc, «por no mencionar las pérdidas laborales» en el caso de los graves ya que no solo producen ausencias sino un «importante descenso del rendimiento y la productividad que ronda el 35%», reconoce Colás. Esto supone que la tercera parte del tiempo trabajado se produce por debajo de lo que sería habitual. 

Contrarrestar estos efectos es «fácil», no tanto los epidemiológicos. En cuanto a los primeros «solo hay que reconocerlos para llevar a cabo un tratamiento «proporcionalmente intenso», personalizar ese tratamiento para que cada paciente «pueda normalizar su vida, su sueño nocturno y tenga menos molestias», asegura el especialista. Esto se logra con combinaciones de comprimidos, gotas oculares, antihistamínicos, que no sirvan solo para «reducir los síntomas sino para normalizar la vida», insiste Colás. La falta de sueño es uno de los aspectos importantes ya que «afecta al ánimo» y por lo tanto en la sensación de salud.

Panel informativo en plaza Aragón, que se actualiza diariamente.

Panel informativo en plaza Aragón, que se actualiza diariamente. / ANGEL DE CASTRO

Los casos leves se tratan en Atención Primaria, pero cuando ya «interfieren en la actividad diaria» en el caso de jóvenes en época de exámenes, en el trabajo es cuando es necesaria una valoración para encontrar un tratamiento contra la alergia al polen, que puede ser la vacuna. En los últimos años la mascarilla ha evitado grandes afecciones en los procesos alérgicos.

Diferencias con el catarro

Aunque puedan parecer similares, los síntomas no coinciden. Febrero y marzo entran dentro de la temporada de «catarros virales comunes. La diferencia con las alergias es que los síntomas «se han repetido en épocas anteriores y se suman rinitis alérgica o asma, explica Colas. Además, en el catarro nasal común «no hay picor de nariz ni estornudos continuos ni afectación en los ojos con conjuntivitis».  

Las previsiones de la Sociedad Española de Alergología Clíncia apuntan a una primavera leve para los alérgicos al polen en Aragón, sobre todo por la baja pluviosidad, pero «la explosión de las gramíneas» se espera para finales de abril o principios de mayo, por la sequedad del suelo y la tierra y las malas cosechas del cereal, asevera Colás; quien asegura que «los cereales son gramíneas o las gramíneas cereal». Y aunque su incidencia se espera suave, la del ciprés y la del plátano de sombra está siendo «alta». 

De la misma opinión es Alicia De Toro, farmacéutica de la Estación de Aerobiología del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, quien señala que la ausencia de frío y la poca lluvia «ha retrasado la polinización de los cipreses» y ahora han coincidido con el ciprés y el plátano de sombra. De Toro señala además que es difícil predecir cómo será la primavera ya que si se mantiene la temperatura y llueve caerá el polen y provoque más afectación.

El polen se acumula en algunos espacios que hay que evitar.

El polen se acumula en algunos espacios que hay que evitar. / ANGEL DE CASTRO

La diferencia entre los árboles, apunta Colás se debe a que la fisiología de las plantas es «diferente»; las gramíneas silvestres dependen de la pluviosidad del otoño y el invierno y que hayan acumulado humedad por lo que si es bajo, también menor su incidencia. Sin embargo, en el caso de los cipreses y los plátanos de sombra están «en zonas ajardinadas» donde existe riego y no se ven tan afectadas por las lluvias. Por eso, la farmacéutica señala que la pluviosidad provocará que afecten las gramíneas, sobre todo a finales de abril y ya para mayo el olivo; ya que en verano es la salsola «la que da bastante alergia».

Alicia De Toro mire los niveles de polen a través de un captador que lo analiza y determina la concentración de polen. La información, que aparece en el panel situado en plaza de Aragón y en la web tanto del Ayuntamiento de Zaragoza como del Colegio de Farmacéuticos, se actualiza de forma semanal hasta mediados de marzo, que es diario hasta junio. Para los alérgicos es importante conocer la información porque «pueden planear su día a día y evitar pasear por ciertas zonas» y en el caso de estar en contacto con el polen «usar la mascarilla», señala la farmacéutica. También las gafas de sol y, en el hogar cerrar las ventanas de casa o si se viaja las ventanillas del coche para evitar entrar en contacto con el polen. Además, hace hincapié en que «continúen con los tratamientos que tengan pautados» y si son debutantes «acudir al alergólogo que «pondrá las medidas adecuadas» para mantener la calidad de vida.

Crece la incidencia en adultos a los alimentos, sobre todo a las frutas

La frecuencia de la alergia y de la rinitis alérgica, así como del asma, la dermatitis atópica y sobre todo reacciones negativas al consumo de algunos alimentos está creciendo «de forma significativa», reconoce el jefe del servicio de Alergología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, Carlos Colás, aunque precisa que «no de forma desproporcionada pero sí constante», reconoce. Añade además que hay vinculación entre ellas.

Reconoce el especialista que ese aumento de alergias a los alimentos, «especialmente a las frutas», tiene especial incidencia en el caso del melocotón, que ya es muy frecuente y que «está creciendo al mismo tiempo que a las gramíneas», porque «existe una estrecha relación entre ambas», señala el alergólogo. En el caso del melocotón, asegura Colás, puede ser «un proceso suave y banal» que provoca picores en la piel tras su contacto o en la boca y la lengua tras su consumo, pero también procesos de anafilaxia que «pueden poner incluso la vida» del afectado. Por eso, deben llevar un dispositivo de adrenalina por si presentan una reacción alérgica grave para «su autoinyección». 

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