El camino cooperativo hacia la formación, la innovación y el conocimiento en el campo aragonés

La Alianza Cooperativa Internacional (ACI), en su Declaración sobre Identidad y Principios Cooperativos, adoptados en Manchester en 1995, define una cooperativa como una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales de forma común por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada. Las dos características principales que las diferencia de otro tipo de organizaciones de capital privado o gubernamentales, y que comparte con varias formas jurídicas de la economía social, es que son de propiedad comunal y tienen un control democrático. Estos son los aspectos claves en las cooperativas agroalimentarias, que junto al enraizamiento en las áreas rurales les ha permitido participar de forma protagonista en el desarrollo sostenible de la agricultura en nuestra comunidad y en otros muchos lugares.

Las cooperativas agroalimentarias, como empresas de economía social que son, tienen el objetivo de mejorar la rentabilidad económica de sus socios, su calidad de vida, el mantenimiento adecuado de las relaciones sociales, y también el respeto y cuidado por el medio ambiente, ya que sin tener en consideración todos los vértices que forman los objetivos de la economía social en las cooperativas agroalimentarias no se puede potenciar su desarrollo adecuado dentro de un entorno rural. Por ello tienen que evolucionar en términos ambientales y tecnológicos a través de la innovación, ya que es el único camino de desarrollo rural, social y económico de forma viable, y que se pueda perpetuar a lo largo del tiempo.

La influencia que tiene el sector agroalimentario sobre el territorio no sería tal sin el papel de las cooperativas agroalimentarias. No nos paramos a pensar que las cooperativas agroalimentarias, además de dar solución a los problemas y defender las explotaciones agrícolas y ganaderas frente a un mercado globalizado, son parte del núcleo de anclaje del desarrollo rural y de la lucha frente a la despoblación, así como la herramienta que actúa como vector de difusión de todos los avances de innovación, medioambientales, legislativos y tecnológicos en el sector. Una serie de beneficios sociales y económicos que por todos deberían ser conocidos en las áreas rurales, a los cuales hay que añadir el papel que ejercen por potenciar la sostenibilidad ambiental.

Modernización de la agricultura

El Reglamento (UE) 2021/2115, de 2 de diciembre, establece las normas sobre la ayuda a los Planes Estratégicos de la Política Agraria Común (PAC) 2023-2027 con cargo a los fondos europeos agrícolas Feaga y Feader, y en su artículo 6, el objetivo transversal de modernizar la agricultura fomentando el conocimiento, la innovación y la digitalización de la agricultura. Y a su vez en su artículo 15 determina que los estados miembros implementarán un sistema de asesoramiento a las explotaciones agrarias detallando su cobertura y alcance.

Las cooperativas agroalimentarias integran a través de su propio objeto social estos aspectos vinculados a la generación de conocimiento a través de la innovación, y la transferencia del mismo a través de sus servicios técnicos de asesoramiento, dando sentido diferencial al acompañamiento al agricultor y ganadero para mejorar la rentabilidad y sostenibilidad de sus explotaciones.

Estos servicios de asesoramiento técnico en las cooperativas están ligados a trabajos de formación, innovación y generación de conocimiento continua, y en la mayoría de casos llevados a cabo en colaboración con la propia Administración, lo que permiten al técnico de la cooperativa tener las mejores herramientas actualizadas para tener la capacidad de ofrecer un asesoramiento contrastado. Estas labores, junto a la capacidad de valor social, cercanía y confianza que genera el técnico de cooperativa entre sus agricultores y ganaderos, permiten a las cooperativas ser perfectos vectores de confianza en la generación de conocimiento a través de la innovación y de su transferencia eficaz al sector.

Proyectos y líneas de innovación

Además de la innovación que generan las cooperativas en sí, Cooperativas Agroalimentarias Aragón coordina muchas actividades y proyectos de innovación junto a sus cooperativas. La organización de estos trabajos se realiza en base a las cooperativas de sectores productivos (porcino, vitivinícola, frutícola…) concretos que comparten una necesidad.

Pero también se llevan a cabo propuestas de innovación que salen desde Cooperativas Agroalimentarias Aragón hacia las cooperativas, ya sean de aspectos transversales o productivos concretos, y dando servicio a cooperativas grandes que tienen departamentos técnicos y de innovación potentes como a otras más pequeñas y con menos recursos.

Las líneas de innovación que Cooperativas Agroalimentarias Aragón trabaja desde hace varios años se centran en varios ámbitos. Por un lado, la innovación agraria y ganadera está orientada a la mejora productiva vegetal, eficiencia en fertilización y sostenibilidad de la sanidad animal y vegetal como ejemplos de ellos.

También trabaja en la innovación organizacional mediante la creación de proyectos o grupos de trabajo para dar respuesta a través de la innovación a necesidades concretas. Ejemplo de ello es el proyecto Red Arax o la creación de un grupo de negociación y asesoramiento eléctrico colectivo intercooperativo en Aragón, que permite a la estructura de forma colectiva costear un asesoramiento que quizás de forma individualizada sería imposible, además de obtener una competitividad de precios en el mercado que igualmente no sería posible alcanzar de forma individualizada.

Respecto a la eficiencia energética, Cooperativas Agroalimentarias Aragón promueve proyectos para favorecer la eficiencia eléctrica en las cooperativas, la implantación de energías verdes y la adopción de la electrificación en la movilidad cooperativa. Otra de las apuestas es la protección del medio a través de la gestión de suelos y la vegetación para la mejora de la biodiversidad y el uso sostenible de inputs en la agricultura.

También hay proyectos en torno a la bioeconomía y la economía circular, relacionados con la utilización y el procesamiento de subproductos agrícolas para obtener valor añadido: la paja de cereal o poda para biomasa, otros subproductos de la industria cooperativa para la fertilización o biomasa, y la gestión sostenible de los purines. Asimismo, Cooperativas Agroalimentarias Aragón apuesta por la digitalización para dar respuesta a los retos legales, productivos, de rentabilidad y sostenibilidad.