LEY PENAL DEL MENOR

La inimputabilidad de los menores de 14 años: "Se sienten impunes"

Una abogada y una psicóloga forense analizan la inimputabilidad de los menores de 14 años

Según los profesionales de la psicología forense, el porno normaliza conductas sexuales que no son las aceptables.

Según los profesionales de la psicología forense, el porno normaliza conductas sexuales que no son las aceptables. / JAIME GALINDO

El río Ebro baja estos días desde Logroño hasta Zaragoza salpicado de vergüenza por la agresión sexual en manada a dos niñas de 12 y 13 de años por parte de otros siete menores de edad. Como dos de ellos son inimputables al tener menos de 14 años, la opinión pública se ha inundado de impotencia por la imposibilidad de juzgar a estos menores. Aunque el escándalo se ha precipitado 170 kilómetros aguas arriba de la capital aragonesa, las reacciones han goteado en Zaragoza, donde profesionales del Derecho y de la psicología forense han clamado al cielo ante esta impunidad. «No está bien que queden impunes», dice Cristina Gracia, abogada de menores en Cabrejas Abogados. «Se sienten prácticamente impunes», contesta Cristina Andreu, psicóloga forense y profesora en la Universidad San Jorge.

La impunidad es, precisamente, la palabra que se repite en los argumentarios de los indignados. «Los tiempos han evolucionado y un niño de 14 años no es el mismo que hace 20; antes había más inocencia y ahora saben latín», dice la abogada Cristina García, partidaria de reformar el Código Penal para poder imputar también a los doceañeros y treceañeros. De todos modos, García apela a valorar «cada caso concreto» y estudiar la posibilidad de apoyo por parte de sus progenitores para evitar la reincidencia y reconducir sus conductas. «No es lo mismo criarse en ambientes delictivos o conflictivos», aclara.

Con esta reconducción de la conducta coincide la psicóloga forense Cristina Andreu, quien reconoce no ser amiga del «populismo punitivo» y clama por desarrollar programas de reeducación para que todos los menores, sin distinguir entre rangos de edad, asuman sus responsabilidades. Algunas de estas medidas sociales y educativas, detalla Andreu, estarían destinadas a «reflexionar sobre el comportamiento», «saber hacer frente a la presión del líder» o «tomar decisiones de forma individual» para que estos delincuentes aprendan que «sus actos tienen consecuencias».

«Llevamos muchos años sin educar en deberes y asunción de responsabilidades. Se sienten prácticamente impunes y eso no quiere decir que no tengan un reproche y unas consecuencias. También tienen derecho a ser educados de tal manera que no reincidan, no podemos permitir que luego con 18 años se les carga el Código Penal sin que conozcan las consecuencias», recuerda.

Las agresiones sexuales han aumentado por la "situación de crisis económica" y la llegada de "personas de otros países con modelos de comportamiento que aquí no compartimos"

La postura que defiende llega a la raíz de este problema, una inexistencia de responsabilidades que ha derivado en un aumento de agresiones sexuales por parte de los jóvenes. Otros dos factores que explican este incremento, añade Andreu, son la «situación de crisis económica» y la llegada de «personas de otros países con modelos de comportamiento que aquí no compartimos». Aún así, esta profesional de la psicología forense matiza que este «repunte» se lleva apreciando desde 2019 en todo tipo de delitos violentos, incluidos los homicidios.

Internamiento en régimen cerrado

A día de hoy, explica la penalista Cristina García, la Ley del Menor impone internamiento en régimen cerrado a los menores de 14 a 18 años cuando cometen un delito grave o un delito menos grave en el que se ha empleado violencia o intimidación. Tras la entrada en vigor de la ley del solo sí es sí, cualquier agresión sexual, como la manada de Logroño, lleva aparejado «el internamiento en régimen cerrado» ya que «la agresión sexual implica violencia o intimidación con la nueva redacción». La duración del internamiento, añade, es de tres años para los menores de 14 y 15 años y de seis años para los menores de 16 y 17 años.

Además del internamiento en régimen cerrado, esta penalista enumera casi de carrerilla las medidas que se pueden imponer a los jóvenes cuyas edades quedan comprendidas entre 14 y 18 años: «internamiento en régimen semiabierto y abierto, tratamiento ambulatorio, centro de día, permanencia de fin de semana, libertad vigilada, prohibición de aproximación y comunicación, prestaciones en beneficio de la comunidad o inhabilitación absoluta».

No obstante, García no se declara partidaria de este sistema de internamiento, ya que «hay mucha más libertad» que en la cárcel al no poder aplicarles los mismos criterios que en un centro penitenciario como, por ejemplo, «meterles en una celda de aislamiento» o «prohibirles salir al patio con los demás internos». Por eso apuesta por incluir estas medidas en los centros de internamiento.

"El acceso y modelo de sexualidad de la pornografía normaliza un modelo de conducta sexual que no es el aceptable"

Respecto a las agresiones en manada, Andreu explica que no solo son características de España, sino también de los países de nuestro entorno. De hecho, «hasta el 33% de las agresiones sexuales se cometen en grupo» y en Sudamérica estos niveles alcanzan «el 50%»; unas cotas en las que influyen unos factores individuales –la influencia del líder, «uno ejerce de cabecilla y le resulta muy difícil no salirse del grupo»– y otros factores socioculturales. De estos últimos sobresale, sobre todo, «el acceso y modelo de sexualidad de la pornografía» a través del cual «se normaliza un modelo de conducta sexual que no es el aceptable».

Con todo ello, el perfil del agresor en manada no sigue un perfil patológico si bien es cierto que sus personalidades son «menos antisociales». Un retrato, sentencia Andreu, que debe combatirse con «un proceso madurativo en el que hay que acompañarlos».