LA CRISIS DEL SECTOR PRIMARIO

La sequía aviva la disputa entre agricultores de Aragón y Cataluña por la gestión del Ebro

Unos 200 productores de Lérida y Tarragona protestan con 40 tractores en el centro de Zaragoza ante la sede de la CHE. Las organizaciones agrarias de la comunidad (UAGA, Asaja, UPA y Araga) rechazan en bloque la marcha por su "trasfondo político" al tratar de "presionar" para que las decisiones sobre la cuenca hidrográfica "se tomen en la Generalitat».

La sequía tensa las aguas del mundo agrario, que sufre una de la mayores crisis de las últimas décadas. La escasez de recursos hídricos reaviva las viejas disputas entre territorios por este bien básico como se vio este martes con motivo de la sorprendente protesta que protagonizaron unos 200 agricultores catalanes en el centro de Zaragoza, donde se movilizaron frente a la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) con unos 40 tractores llegados desde Lérida y Batea (Tarragona). Sobre el papel, el objetivo de la marcha, según los convocantes, era exigir al Gobierno de España una «respuesta urgente y suficiente» ante la grave situación que afronta el campo. Sin embargo, los cuatro sindicatos del agro aragonés ven otras motivaciones en esta acción reivindicativa. Perciben «un trasfondo político que busca que las decisiones sobre la cuenca del Ebro se tomen en la Generalitat».

La tractorada fue promovida por Unió de Pagesos, la principal organización agropecuaria de la región vecina, que exige medidas extraordinarias adicionales a las aprobadas la semana pasada por el Ejecutivo central, que dio luz verde a un paquete de ayudas directas por valor de 636 millones. La otra diana de sus críticas fue la CHE, a la que acusó de «falta de planificación» e «improvisación» por las recientes restricciones de riego en la cuenca del Segre y la parte baja del Ebro. 

Los pagesos catalanes reclamaron al organismo de cuenca que informe «de forma totalmente transparente» de la gestión de los recursos hídricos y de los diversos sistemas que lo integran «y, en su caso, que la Administración General del Estado asuma las responsabilidades que se deriven». Eludieron, sin embargo, hacer cualquier crítica o reclamación a la Generalitad. Desde la confederación hidrográficos declinaron cualquier valoración o respuesta a estas acusaciones.

«Que dejen de presionar a la CHE»

Las organizaciones agrarias de Aragón salieron al paso de forma unánime de esta movilización, que «tiene como objetivo influir en las decisiones sobre la gestión del Ebro». Así lo creen UAGA-COAG, Asaja, UPA y Araga, que emitieron un comunicado conjunto en el que consideran que la protesta de Unió de Pagesos «se realiza en el momento menos oportuno» al irrumpir en plena campaña electoral.

Las organizaciones profesionales agrarias de Aragón aseguran que «comparten» con los agricultores catalanes la «preocupación por la situación de sequía generalizada que asola el campo y que va a acarrear una situación crítica para las explotaciones por la falta de ingresos», pero ven intereses ocultos tras esta convocatoria. En ese sentido, recalcan «que no van a permitir que se rompa la unidad de cuenca» y solicitaron a los convocantes de esta movilización «que dejen de presionar a la CHE». 

La preocupación por la situación de sequía fue el motivo por el que el pasado 10 de mayo se celebró una concentración con más de 200 tractores en Ejea de los Caballeros. Pero el momento actual, según UAGA-COAG, Asaja, UPA y Araga, «es completamente distinto» al estar en pleno desarrollo la campaña electoral. «Estamos en un momento crucial en el que se deben buscar acuerdos que permitan alcanzar soluciones viables sin fines partidistas», sostienen.

«Cualquier medida que se adopte debe partir del consenso y debe tener como única premisa el mantenimiento de la unidad de cuenca, garantizando su mejor funcionamiento», concluyen.

Por último, instan a realizar una «profunda reflexión» sobre el reparto de fondos para actuaciones en las distintas demarcaciones hidrográficas que recoge el real decreto de medidas por la sequía, que asigna 220 millones de euros para la cuencas internas de Cataluña frente a 16,6 millones para el Ebro. H