«La Justicia no se merece más parches, ni ser un arma arrojadiza»

Antonio Morán, decano del Colegio de Abogados de Zaragoza.

Antonio Morán, decano del Colegio de Abogados de Zaragoza. / JAIME GALINDO

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El Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza está a un año de celebrar el 625 aniversario desde que existen documentos que evidencian la existencia de la Cofradía de San Ivo, origen del colegio.

El contexto en el que se encuentra el ámbito de la Justicia es uno de los más convulsos de los últimos años. El decano de los abogados zaragozanos, Antonio Morán, destaca que los ciudadanos, además de los profesionales que se dedican a su defensa, están siendo los grandes perjudicados.

¿De qué manera el encadenamiento de huelgas que se están convocando en el ámbito de la Justicia está perjudicando a los ciudadanos?

Los perjuicios que se están generando son muy considerables, y los efectos serán aún mayores y evidentes con el transcurso de los próximos meses, pues se irá advirtiendo que, junto a la escasa eficacia y a la lentitud habitual de la Justicia, se añade la posposición de los casos paralizados en estos meses.

Los juicios, y otras actuaciones judiciales que se han suspendido, habrán de ser reacomodadas en las agendas de los Tribunales en las que no habrá momento cercano libre; y si lo hay, se correrá el riesgo de coincidencia con otros asuntos previamente fijados antes de las movilizaciones; y ello podrá generar nuevas suspensiones. 

Mientras tanto, los problemas de los ciudadanos que habían dejado en manos de la Justicia -como el medio más idóneo y civilizado de resolver sus controversias- se agravarán. La Justicia no solo resuelve los concretos problemas de la gente, sino que genera confianza en un sistema ordenado y pacífico de resolución de conflictos; y si éste no es eficaz se corre el riesgo de que se busquen otros medios, algunos de ellos en el límite de lo admisible, cuando no ilegal.

¿Y cómo afecta a los abogados y demás profesionales de Justicia?

Muy negativamente. Destaco la poca sensibilidad y respeto que se ha mostrado en estos meses de conflictos hacia los ciudadanos y los profesionales pues, salvo muy pocas excepciones, las suspensiones de los juicios y otras actuaciones judiciales ni tan siquiera eran previamente comunicadas. 

Ello ha generado que muchas personas y sus abogados se hayan desplazado a la celebración de sus juicios, a veces en lugares muy lejanos. Se ha hecho evidente todo un alarde de desprecio. 

Añádase a lo anterior que los abogados, al desconocer con certeza si se iban a suspender los juicios, debían prepararlos debidamente, empleando para ello un tiempo y esfuerzo que, a la postre, luego se veía frustrado.

Hace poco se celebró el XIII Congreso de la Abogacía y se establecieron las líneas de actuación para los próximos cuatro años, ¿cuáles son las líneas esenciales a seguir?

Por encima de todas las conclusiones aprobadas se evidenció, y se reiteró, una demanda que desde hace años viene planteando la Abogacía Española: la necesidad de un Pacto de Estado por la Justicia.

Los responsables públicos deben alcanzar un acuerdo en el que se configure una Administración de Justicia eficiente, y desarrollarlo independientemente de qué grupo político ocupe el Gobierno y detente la mayoría parlamentaria.

La Justicia no merece más parches, ni debe ser un arma arrojadiza en la pugna política. Es un poder del Estado al servicio de los ciudadanos.

La Justicia Gratuita es otro de los frentes abiertos…

Cierto. Y es una muestra más de la despreocupación de los poderes públicos hacia uno de los actores de Administración de Justicia: la Abogacía. No debemos olvidar que los abogados son los únicos profesionales liberales, autónomos, que por Ley han de asumir obligaciones profesionales sin que se les garantice una compensación económica por todos los trabajos que realicen a través del Turno de Oficio. Las reivindicaciones de este Colegio de Abogados de Zaragoza son permanentes, y nunca se ha hecho dejación de las mismas; y así seguiremos.