El Periódico de Aragón

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Las consecuencias del incremento del coste de la vida

Las donaciones de los mayoristas al Banco de Alimentos de Zaragoza caen un 56%

La situación es «apurada» y han organizado una recogida económica el primer fin de semana de junio / Han aumentado los bizum, que permiten seguir comprando segundos platos, como pollo y huevos

Las entanterías están vacías en el Banco de Alimentos de Zaragoza. ANDREEA VORNICU

La situación del Banco de Alimentos de Zaragoza es, en estos momentos, «apurada». Las estanterías están «muy vacías», reconoce el presidente de la asociación, José Ignacio Alfaro. Las imágenes son claras: lugares de almacenamiento en los que no hay nada o casi nada. La situación económica, el alza de precios, la sequía, todo viene a restar capacidad de respuesta. «Tenemos menos donaciones físicas», asegura Alfaro, y apunta que se han reducido más de la mitad, concretamente un 56%, la donación de mayoristas de Mercazaragoza, «una barbaridad». El presidente del Banco de Alimentos cuenta que esto se debe a múltiples factores, pero hay uno esencial: «No nos dan porque no tienen».

Por eso el primer fin de semana de junio van a realizar otra Gran Recogida de alimentos, en el que participarán también todos los emblemas con donaciones en caja y, además, Carrefour y Alcampo recibirán también en especie. En estos momentos atienden a 23.000 personas, mil más que hace unos meses, pero lejos de los números de pandemia cuando ayudaban a 27.000 aragoneses.

Una de las salas destinadas a alimentos. | ANDREEA VORNICU

A esta situación desesperada se une también la reducción de aportaciones de otras grandes empresas. Acaba de llegar a las estanterías un tráiler de pasta; pero antes nos llegaba uno de yogures de Lactalis (Guadalajara) a la semana y ahora cinco palés una vez al mes porque fabrican menos y «recibimos menos». Sin embargo, han crecido las aportaciones vía bizum (38087) ya que «todos los días llegan de cuatro a seis donativos». Unos de 10 euros y otros de 100 y alguno de 500.

Uno de los voluntarios de la asociación. | ANDREEA VORNICU

Al igual que desde el principio de la crisis, con el alza de precios de producción, el producto estrella, el que más hace faltan, es la leche. Hay escasez y de hecho «hay proveedores que dicen que solo venden a los de siempre». Su precio está «prohibitivo», al igual que el aceite. Gracias al donativo reciente de un particular y empresas «hemos comprado un tercer tráiler de leche» en Lugo. Es el producto del que más necesidad hay y menos ha llegado. De hecho, en el Banco de Alimentos de Zaragoza van a comprar 75.000 litros. Muy lejos de los 311.000 litros que recibían del fondo europeo a los desvaforecidos y que este año se han reducido a cero. Un tráiler de leche cuesta unos 25.000 euros y «hacen falta donativos grandes» para poder seguir comprando y es que no descartan tener que comprar un cuarto.

Quizá lo más llamativo es la falta de aceite y leche pero también demandan conservas: el segundo plato, conservas de carne, albóndigas en lata, salchichas en lata, porque en estos momentos compran mucho pollo y huevos, así como pescado congelado. «Esos productos salvan una cena, un bocadillo de atún o de sardinas es de calidad», señala Alfaro.

Nueva oportunidad

La situación a nivel nacional es similar o peor que en Aragón. «Hay casos desesperados, pero nosotros no» y eso que están reduciendo un 21% tanto las entradas como las salidas: no hay menos lotes sino menos cantidad. El año pasado eran 147 kilos por persona y año y este 112. Por eso, el primer fin de semana de junio van a realizar una recogida de alimentos similar a la de noviembre. «No sabemos cómo irá porque es la primera vez que se hace», asegura. Normalmente, en estas fechas era un emblema cada mes, pero ahora será general y a nivel nacional y se recogerá dinero en caja y Carrefour y Alcampo también alimentos.

La leche es uno de los productos más demandados. ANDREEA VORNICU

Todo lo que se compra viene de donativos particulares salvo la aportación del Ayuntamiento de Zaragoza (de 65.000 euros por convenio y que realiza una adicional de 30.000 a través de una addenda). «Todo viene del sector privado», asegura Alfaro, que pide más ayudas, sobre todo del sector público. «Me dicen que me apunte a las subvenciones pero la mayoría están vinculadas a la creación de empleo y el adn de los bancos no es eso», explica; ya que «si abrimos el melón y buscamos gente quizá no podamos pagar la nómina». En el Banco de alimentos son todo voluntarios y «no generamos empleo».

El 78% del presupuesto se va a la compra de alimentos y el 22% a alquileres, suministros y una nómina; y por eso apelan a la solidaridad para llenar las ahora estanterías vacías.

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