FUMAR EN LAS TERRAZAS

Zaragoza sin humos: "Si estoy en la calle... ¿Por qué no puedo fumar?"

El porcentaje de ciudadanos que quiere ampliar los espacios libres de humo ha aumentado en un solo año cinco puntos hasta casi el 91 %, y ya es el 81,7 % los que piden que se vete fumar y vapear alrededor de los centros educativos, el 71,6 % en terrazas, el 60 % en playas y el 47,2 % dentro de los coches.

Una pareja, sentada en una terraza.

Una pareja, sentada en una terraza. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Judit Macarro

Judit Macarro

La ley antitabaco puso punto y final al fumar en bares, centros de trabajo y todos los espacios públicos cerrados que antaño lucían llenas de ligeras boiras de cigarrillos. Con la pandemia, el poco espacio de los fumadores se redujo un poco más, ampliándose el veto a espacios abiertos como las terrazas de los bares. Una medida que ha tenido mucho debate entre los fumadores y los no fumadores, que soportan pasivamente la adicción de otros. 

Las colillas de cigarros llenan la calle donde unos amigos disfrutan de una tarde soleada en la ciudad. "Creo que no deberían dejar fumar en las terrazas, la gente que no fumamos nos convertimos en fumadores pasivos", expone Laura, rubia oscense de veintidós años . "Además, cuando impusieron la ley antitabaco y prohibieron fumar en los bares mucha gente dejó de hacerlo", continua la joven. En la misma terraza, tomando un café, su amigo Pablo opina que "me gustaría disfrutar de una terraza sin que huela a tabaco y que encima es algo que me perjudica" y añade que "suficiente tenemos con la contaminación que hay". En la silla de al lado, Jaime Buendía también comenta y considera que estaría bien que saliera de los fumadores "levantarse y fumar apartados", pero que directamente prohibir fumar en la calle le parece "demasiado". 

Un parecer con el que María, fumadora desde hace cinco años, no está de acuerdo: "Yo creo que deberían dejar, si estoy en la calle... ¿Por qué no puedo fumar?". Aunque sí piensa que un poco de respeto hacia los que están al lado "nunca está de más". Y entonces, es cuando se abre el debate entre los amigos:

"La cosa es que no siempre decides hacia que dirección va a ir el humo, estar en una terraza es estar a menos de un metro de la otra mesa, distancia suficiente para que llegue el humo a otra mesa, en la cual puede haber hasta menores, y molestar a los de al lado", le contesta Pablo, estudiante de Educación Primaria. "¿Y por la calle? Tampoco decides por donde va el humo", continua María defendiendo su postura, con un cigarro. "Claro, pero vas andando, no estás los 5 minutos que dura un cigarro comiéndote todo el humo", asegura Pablo, que no da su brazo a torcer. 

Una mujer fumando en las escaleras del Mercado Central de Zaragoza.

Una mujer fumando en las escaleras del Mercado Central de Zaragoza. / Miguel Ángel Gracia

A pesar de la polémica, lo cierto es que el porcentaje de ciudadanos que quiere ampliar los espacios libres de humo ha aumentado en un solo año cinco puntos hasta casi el 91%, y ya es el 81,7% los que piden que se vete fumar y vapear alrededor de los centros educativos, el 71,6% en terrazas, el 60% en playas y el 47,2% dentro de los coches. Esta es una de las principales conclusiones de la XXIV encuesta presentada este martes por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) con motivo de la Semana sin Humo que se celebra del 25 al 31 de mayo, y que este año lleva como lema Mejor el paseo que el humo o el vapeo.

Pero la opinión de aquellos que sí fuman es otra. De acuerdo con la ley antitabaco está prohibido fumar incluso en los balcones y playas, algo que enfada a Sofía, veinteañera fumadora desde la adolescencia, "si lo que quieren es tocar las narices que pongan zonas para fumadores cada 50 metros" y añade que ya que la intención es que la gente deje de fumar "que dejen de lucrarse a costa del tabaco que se dejen de medidas de mierda". 

Echándose un cigarro mientras lucha contra el cierzo, Marta explica que le parece "razonable que se prohíba en sitios en los que no se pueda respetar el espacio personal", pero que en el resto de sitios al aire libre si se tiene un poco de sentido común y "no se tiran las colillas al suelo ni se está a 2 centímetros de alguien al que le pueda molestar", no entiende el problema y añade que "es la puta calle y a mí me molestan otras cosas". 

También fumando, pero en un descanso del trabajo entre clase y clase, Iker tras una calada de reflexión ante si la ley está justificada o no, el joven sentencia entre risas que "ya que estamos... ¿Por qué no prohibimos las fábricas y los humos tóxicos de la ciudad?".

Durante la pandemia, cientos de las multas que se impusieron por el incumplimiento de las medidas sanitarias fueron por fumar en las terrazas. El humo del cigarro suponía un peligro para la transmisión del virus a aquellos que lo respiraran. Entre los afortunados que recibieron la receta por correo, María fue una de ellos: "A ver, con toda la razón porque por aquel entonces la situación estaba complicada, ¿pero ahora? No lo entiendo". 

Laura lo ve como algo lógico, "igual que uno se tapa la boca cuando tose, los fumadores se deberían levantar". Y negando, sin salir de sus trece, María le contesta: "Si los empezamos a cargar la libertad de la gente por lo que pueda ser perjudicial para los demás... que prohíban los coches, las armas...". 

Espacio para fumadores

Una cosa está clara, en los bares los dueños y camareros están hartos de recoger las colillas de los que disfrutan de este vicio. "No se molestan en tirar los cigarros a la basura cuando han acabado de fumar", se queja Jorge, camarero de un bar en el centro de la ciudad. "Ya ni me molesto en pedir que no fumen aquí", continúa el trabajador y añade que "queda bajo trabajo policial el multarles o no". 

Si la mayoría de los ciudadanos quieren que se amplíen las zonas de espacio sin humo, los fumadores consideran que deberían también ampliar zonas donde "poder fumar tranquilos". Entre las soluciones que se mencionan está la de Sofía y el "poner ceniceros para que no tiremos las colillas encendidas a la basura o al suelo". Aunque la mejor idea se la lleva Jaime, que ya se ha acabado su bebida. "En Corea del Sur lo tienen bastante bien montado con zonas en la calle donde poder fumar, metros y transporte público exclusivo para ellos", explica el joven. 

Si se volverá a permitir el fumar en las terrazas es un campo con más incertidumbre que el propio tiempo. Lo que es seguro es que a los no fumadores el humo les molesta, que la ley seguirá por lo menos un tiempo más y, punto importante, en algún lugar tendrán que meterse los fumadores, porque el dejarlo "es complicado".