SEGURIDAD CIUDADANA

Los salones de juego detectan un aumento de los atracos tras la nueva Ley del Juego

Esta normativa limita el pago al efectivo y los ladrones se aprovechan de ello | Desde la asociación calculan que en lo que va de año ya suman 30 golpes en todo Aragón

Este salón de juegos ubicado en la calle San Juan de la Peña sufrió tres atracos por la misma persona, este año. | ÁNGEL DE CASTRO

Este salón de juegos ubicado en la calle San Juan de la Peña sufrió tres atracos por la misma persona, este año. | ÁNGEL DE CASTRO / alfonso tremul

Las casas de apuestas de Aragón limitaron los medios de pago al dinero en efectivo tras la entrada en vigor de la nueva Ley del Juego a finales de marzo; un cambio normativo atractivo para los amigos de lo ajeno, que han encontrado en estos establecimientos un blanco fácil para cometer sus golpes. Desde la Asociación de Empresarios de Salones de Juego de Aragón (Aesa) han constatado un aumento de los atracos en sus salas, «fundamentalmente», durante estos este último mes, pero también «desde inicios de 2023», lo que ha mermado «la seguridad de trabajadores y clientes». Así lo denuncia José Antonio Rubio, presidente de Aesa, precisando que desde la asociación manejan unos datos que rondan los «30 robos e intentos de robo» a lo largo y ancho de la comunidad aragonesa y «no solo en una zona concreta».

Precisamente, el Grupo de Robos con Violencia de la Jefatura Superior de Policía de Aragón detuvo el pasado viernes 19 de mayo a un joven de 29 años por atracar tres veces un mismo salón de juegos ubicado en la calle Adolfo Aznar de Zaragoza; el botín sumaba casi 6.000 euros y se hacía con él a punta de navaja. A esta treintena de atracos que contabiliza la asociación, matizan, habría que añadir alguno más, ya que «no todo el mundo lo comunica».

En este sentido, el presidente de Aesa reconoce que las casas de apuestas se han convertido en un «atraco fácil» junto a otros negocios como las gasolineras, ya que disponen de «una cantidad notable de dinero» en sus establecimientos. «Lo sabemos nosotros y lo saben los ladrones, entre los maleantes se corre la voz igual que pasaba en los años 80 y 90 con los bancos, cuando allí había dinero en efectivo», justifica.

Desde la asociación ya se han puesto en contacto con la Policía Nacional para tratar de erradicar este pico de delincuencia con «la máxima coordinación y colaboración», aunque las partes implicadas son conscientes de que estos atracos son «muy rápidos». «El tiempo de reacción de la Policía es muy bajo, pero es que los ladrones pasan un tiempo mínimo en el establecimiento», explica Rubio, mientras enumera algunas de las medidas que se pueden tomar como, por ejemplo, la «formación hacia nuestro personal en métodos de seguridad para actuar con calma». Además, añade, ponen «a su disposición» las grabaciones captadas por los sistemas de videovigilancias instalados allí.

No obstante, recuerda el presidente de Aesa, la medida «más eficaz» pasaría por «eliminar el efectivo de las salas». «Pero con la normativa actual no se puede... con eso seguro que acabábamos con todos estos robos. Hay muchísimos sistemas para eliminar el efectivo como las tarjetas prepago», añade resignado. Por el momento, el parche pasa por guardar «la mayor parte del efectivo en una caja fuerte».

Por norma general, estos atracadores cometen sus golpes provistos de armas para amenazar a los empleados, de modo que también se pone en juego la seguridad de estos locales. «Es un trauma, un shock, que te pongan un cuchillo cerca del cuello. En el mejor de los casos cuesta que vuelvan a trabajar y, al cliente que le toca verlo, también le cuesta volver», admite el presidente, anteponiendo «la seguridad por encima de cualquier cuestión administrativa».

Desde la asociación recuerdan que durante la tramitación de la nueva ley ya advirtieron de que esta mayor cantidad de dinero en efectivo en los locales tendría un «efecto llamada» para los cacos; entre otras novedades, la nueva normativa también incluye la prohibición de abrir o ampliar instalaciones a menos de 500 metros de la entrada de los centros educativos.

«No podemos decir que sea algo exclusivo de la nueva Ley ni tampoco lo podemos asegurar a ciencia cierta, pero sí que tenemos ese matiz al eliminarse las tarjetas de crédito de nuestros establecimientos», finaliza Rubio.