Adiós a una empresa histórica

El cierre de la textil Marie Claire deja un ‘descosido’ en el Maestrazgo turolense

La fábrica de Villafranca (Castellón) da empleo a más 20 vecinos de La Iglesuela y varios más de la comarca. La firma comunica a la plantilla su intención entrar en concurso y cesar la actividad

Elena Aguilar / Jorge Heras

Máxima preocupación en el Maestrazgo turolense por el posible cierre de Marie Claire, la histórica textil con sede en Vilafranca (Castellón), situada a escasos kilómetros del limite autonómico con Aragón. La fábrica se encuentra al borde del precipicio. Solo un milagro puede salvarla. La dirección de la compañía comunicó el pasado martes a los representantes de los trabajadores su intención de presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción, solicitar el concurso de acreedores y cesar la actividad en menos de un mes. La clausura dejaría en la calle a los 230 trabajadores que tiene actualmente, de los que en torno a 30 viven en la provincia turolense.

No obstante, la última palabra sobre esta crisis empresarial todavía no se ha dicho. En un intento a la desesperada de evitar su desaparición, la empresa está buscando inversores que le permitan seguir con su actividad, aunque con una plantilla mucho más reducida que la actual.

El impacto del cierre es mayor del que parece para una comarca turolense azotada por la despoblación y donde escasea el empleo industrial. La peor parte se la llevaría La Iglesuela del Cid, situada a solo cinco minutos en coche de la citada población castellonense. Cuenta con más de 20 vecinos que se ganan la vida en esta fábrica. «Después de Villafranca, somos seguro el segundo municipio más afectado», aseguró a este diario el alcalde, Fernando Safont, quien señaló que los despidos de Marie Claire suponen «el 30% de la población activa» del municipio de 400 habitantes.

«Están jugando con el futuro nuestros pueblos», lamentó, al tiempo que pidió un «último esfuerzo» a las grandes Administraciones y a la empresa para evitar este «batacazo». En Mosqueruela también hay tres familias que trabajan en la empresa y alguna más en Cantavieja.

Ayudas públicas

La situación financiera de la firma, fundada en 1907 y especializada en la fabricación de pantys y lencería íntima, hace tiempo que es muy delicada. Y eso que en los últimos años la empresa ha recibido 21 millones de euros en ayudas públicas. La empresa activó a principios de año su enésimo ERTE que afecta a 140 de sus 230 trabajadores, una plantilla que en teoría debía incorporarse a sus puestos el próximo 1 de julio. Finalmente no lo harán, ya que el grupo empresarial B2TEX (dueños de Marie Claire desde hace algo más de dos años) ya han trasladado a los trabajadores que la deuda es tan elevada que no queda otra que cerrar las puertas, un cese que se produciría el 20 de junio.

La empresa textil está sentenciada a muerte, pero la dirección lleva varias semanas negociando con sus principales acreedores y tratando de buscar un grupo inversor que les permita continuar con una pequeña parte de su actividad. La intención de B2TEX pasaría por externalizar algunas líneas de producción y mantener en Vilafranca una plantilla muy reducida, de entre 30 y 40 personas. No obstante, la propia empresa es consciente de las pocas posibilidades que tiene de que esta operación salga bien y así se lo ha hecho llegar a los trabajadores, que dan por sentado que se van al paro.

Aunque la dirección de Marie Claire ha comunicado a la plantilla la aplicación de un ERE de extinción, oficialmente habla de «reestructuración financiera y operativa para relanzar la marca». En un comunicado que la firma tenía previsto lanzar en junio y que finalmente ha adelantado, asegura que ha puesto en marcha un plan de recuperación cuyo objetivo es «garantizar la viabilidad a largo plazo».

El más que probable cierre supone un jarro de agua fría para los trabajadores (algunos de ellos llevan más de 35 años en la empresa) y también para los vecinos de la comarca castellonense de Els Ports y el Maestrazgo turolese, sobre todo teniendo en cuenta que la Generalitat Valenciana inyectó 21 millones de euros (9,5 millones en junio de 2021 y otros 12 en el mismo mes del 2022) para garantizar la viabilidad de una empresa vital para este entorno rural. Un dinero, que según ha reconocido la propia mercantil, sirvió solo para pagar las deudas pendientes con trabajadores y proveedores.