Los pueblos aragoneses clamaban al cielo por la llegada de precipitaciones que aliviaran la prolongada ausencia de lluvias durante los últimos meses. Estas aguas comenzaron a llegar la semana pasada a algunos puntos de la comunidad, a lo largo de estos últimos días han continuado empapando el resto del territorio y se prevé que continúen, al menos, «cuatro días más». Mientras que algunas estaciones pluviométricas como la de La Junquera, en la provincia de Teruel, ya contabilizan 60 litros por metros cuadrado, en Aragüés ya se superaban ayer los 40 y Daroca registró anteayer los datos más altos de la comunidad con 38 litros por metro cuadrado y una intensidad torrencial durante diez minutos incluso acompañada de «un poquito de granizo».
No obstante, el alcalde en funciones de Daroca, Álvaro Blasco, señaló ayer a este diario que la virulencia de esa tormenta no supuso graves daños en la localidad salvo los derivados de una canal obstruida en el colegio viejo que provocó filtraciones hacia estas instalaciones, ahora utilizadas para albergar clases de gimnasia, yoga o baile. «Ya está arreglado, han sacado el agua y han limpiado las canales», afirmó el regidor darocense, recordando que la tormenta descargó 30 litros en poco más de diez minutos.
Esta cantidad de agua dejó en la calle Mayor una estampa que, insistió el alcalde, ya es típica de la localidad al estar situada esta vía «en un barranco». «De verdad que estamos acostumbrados a eso. Los de Daroca estamos estamos tan acostumbrados a esa riada como los japoneses con los terremotos», bromeó. De todos modos, aclaró Blasco, no hubo que lamentar ningún otro incidente. «En el campo no ha hecho ningún destrozo. Es más, al cereal que venía tardío le ha venido fenomenal este agua», sentenció.
Por su parte, el delegado territorial de la Aemet en Aragón, Rafael Requena, explicó que estas precipitaciones están «muy repartidas» por todo el territorio y se prevé que se sucedan «cuatro días más por lo menos». «El mes de junio es el más tormentoso del año pero la diferencia en esta ocasión es que las precipitaciones están muy repartidas y, puntualmente, son muy fuertes durante poco tiempo», describió Requena, justificando estos episodios meteorológicos como «una situación de inestabilidad de tipo térmico» a diferencia de la DANA de la semana pasada que, en algunos pueblos de la provincia de Huesca como Ilche y Pomar, dejó secuelas catastróficas como consecuencia de las inundaciones. En este sentido, el Gobierno de Aragón ya ha solicitado al Ejecutivo nacional la declaración de zona catastrófica.
De cara al fin de semana, el delegado territorial de la Aemet en Aragón auguró «otra aguada» que hace «no ver el fin» a esta situación inestable. «Llevamos meses y meses de sequía que no se resuelven aquí, pero, bienvenida sea esta agua, claro», finalizó.