Carlos de Bonrostro: "La reproducción genera mucho estrés en las parejas"

El especialista de la Unidad de Medicina Materno-Fetal del Hospital Miguel Servet coordina el curso de actualización en Obstetricia y Reproducción para ginecólogos que se celebra en el Colegio de Médicos de Zaragoza

Carlos de Bonrostro Torralba, este miércoles, en el Colegio de Médicos de Zaragoza, donde se celebra el curso.

Carlos de Bonrostro Torralba, este miércoles, en el Colegio de Médicos de Zaragoza, donde se celebra el curso. / ANDREEA VORNICU

Eva García

Eva García

Un total de 180 especialistas (mitad en Zaragoza en formato presencial mitad de hospitales aragoneses y nacionales en formato ‘online’) participan en el Congreso de actualización en obstetricia y Reproducción para Ginecólogos, que se ha celebrado en Zaragoza, que coordina Carlos de Bonrostro Torralba, de la Unidad de Medicina Materno-Fetal del Miguel Servet y miembro de la Asociación de Ginecología y Obstetricia de Aragón (AGOA)

¿Por qué es necesario este curso?

La Ginecología y la Obstetricia son áreas muy trasversales para cualquier ginecólogo, aunque no sea su actividad principal. En las guardias puede tener contacto con un parto; y en el caso de la reproducción, cada día es más frecuente la reproducción asistida. El número de parejas que recurren a ella es cada vez mayor y es frecuente que el ginecólogo general se encuentre con pacientes con problemas de fertilidad a los que tiene que asesorar, informar, estudiar hasta que llegan a una unidad de reproducción asistida como tal.

Los especialistas están en constante actualización; pero en obstetricia y reproducción ¿es todavía más importante?

Correcto, porque aunque no es la actividad principal se está en contacto con ellas. Y por tanto es necesario conocer bien cómo abordar un estudio de fertilidad, cómo tratar a una gestante que tenga riesgo de parto prematuro. Son aspectos trasversales y aunque no sea su actividad principal está bien que se actualice y tenga información para ofrecerle a la paciente lo último.

El curso aborda temas como la pérdida gestacional, la preeclamsia… ¿son los aspectos que más se ven en consulta?

Fue una lluvia de ideas para ver qué temas podrían despertar más interés entre los ginecólogos. Realizamos un enfoque multidisciplinar, que enriquece muchísimo la visión de los profesionales. Hemos contado con internistas especializados en inmunología, en reproducción, con hematólogos, psiquiatras para hablar de salud mental en el embarazo, nutricionistas. Es decir, hemos intentando dar una visión muy caleidoscópica del embarazo y del proceso de reproducción.

«Las decisiones en salud no son libres sino están bien valoradas y asesoradas»

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Uno de los aspectos a tratar es el abordaje integral en fertilidad. Explique.

En un concepto novedoso. En Medicina tendemos a sectorizarnos en un área u otra y a fragmentar el conocimiento. Esto puede ser positivo porque la paciente tendrá el especialista más formado en esa área, pero se pierde la visión  global. Ese bloque habla de dos aspectos concretos: la preservación de la fertilidad, es decir, cuando la paciente todavía no ha tenido un problema de fertilidad pero tiene riesgo de tenerlo; o no va a gestar en edad favorable para ello y se le puede ofrecer vitirificar ovocitos para maximizar su fertilidad futura, lo que permite prevenir problemas de fertilidad futura. Pero también se trata la psicología. En Medicina General, la salud mental es tan importante como la física. Pero en reproducción asistida, la carga emocional de los pacientes es mucho mayor, y los ginecólogos debemos ser conscientes de lo que implica el proceso y lo que marca emocionalmente al paciente.

Es complicado.

Ese enfoque se refiere sobre todo a ver la fertilidad como un proceso que no empieza cuando la paciente consulta un problema de fertilidad sino en el momento en el que la mujer acude a una consulta de ginecóloga y hay que informar de las alternativas que dar a las mujeres que buscan un embarazo y no lo consiguen ya que a veces es muy difícil de gestionar para ellas.

¿Cómo se le informa a una pareja de que no tendrá hijos de forma natural?

Es nuestra práctica habitual pero… Yo tengo práctica asistencial muy curiosa porque me he dedicado en mis años de profesión tanto a reproducción asistida como a control de embarazos de alto riesgo. Son dos áreas bastante diferentes pero me he habituado a trabajar en los dos. La forma de comunicar un mal diagnóstico en medicina en general es difícil. Y la reproducción es uno de los campos que más estrés genera a las parejas y a veces se comparan los niveles de ansiedad y presión a procesos médicos de mucha mayor gravedad de riesgo vital. Informar a estas parejas es complicado, pero yo creo que se basa mucho en evitar estigmatizar al paciente, e informar de que hay alternativas para conseguir un embarazo de forma exitosa. La reproducción asistida no es un camino grato pero la información y la empatía hacen que sea menor la dureza del proceso.

¿Se ha roto ese tabú de la reproducción asistida?

Sí, ahora es más común. En general parece que los pacientes comunican más con respecto a aspectos de su fertilidad. Antes era raro ver que hablara abiertamente de que se había hecho una fecundación in vitro. Aún así, es cierto que depende mucho de las parejas, pero en general tiende a haber una concienciación mayor de que es un problema que nos pueda afectar a todos.

¿Cómo ha cambiado en los últimos años el parto? ¿Se apuesta más por el vaginal, por la cesárea?

El parto, como un evento social que es, cambia, como varía la sociedad porque se modifican las expectativas de los pacientes, las prácticas de los profesionales, la tecnificación y conocimiento médico va avanzando y hemos conseguido una tasa de mortalidad materna y fetal que son mínimas y eso se ha logrado gracias a los procesos de actualización, que permite dar la mejor asistencia posible a la madre y a su hijo. A veces la cesárea o el parto vaginal provoca mucho debate pero hay que centrarse en las indicaciones y en ofrecer a la paciente la mejor asistencia más que en los porcentajes. Se intenta promover el parto vaginal en la medida de los posible y justificar bien las indicaciones de cesárea cuando tenga que ser. Hay otros muchos aspectos alrededor que pueden ayudar a que mejore la asistencia, como el trato empático o acompañar al paciente. La tendencia será que la vía fisiológica para la mujer sea el parto vaginal salvo que exista indicación para una cesárea y que eso debe valorarse individualmente. No para todos lo mismo, una adaptación. El mejor parto para cada paciente.

Son comunes las influencers o famosas hablando de esas ‘formas de parto diferentes’…

Son figuras públicas conocidas y tienen un impacto. El paciente libre de tomar decisiones sobre su salud pero hay que tener en cuenta que es la salud de dos personas, la madre y su hijo. Las decisiones en salud no son libres si no están bien asesoradas, si no hay una adecuada valoración, asesoramiento de riesgos del caso personal. Es inevitable la información en redes sociales pero hay que entender que es un caso concreto, no el estándar. Hoy, a pesar de muchas modas, yo creo que el parto hospitalario, con unas medidas de trato empático, acompañamiento, etc, es la opción predominante en la sociedad y seguirá siéndolo durante mucho tiempo.

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