Aragón podría vivir este verano el más cálido de los últimos 60 años

El verano está a la vuelta de la esquina y todo apunta a que este año va a hacer mucho calor. Tras una primavera que ha brillado por su ausencia, llegan los meses más cálidos del año en los que podrían darse temperaturas que no se ven desde el verano de 1962. Además, hay una alta probabilidad de las lluvias que se dejan ver estos días continúen con bastante presencia en estos tres meses. 

Así lo prevé Arcadio Blasco, portavoz adjunto de la Aemet, quién explica que para "este periodo estival hay entre un 50 y un 70% de probabilidades de que sea más cálido de lo habitual". Aunque el meteorólogo asegura que no tienen porqué ser un escenario más exagerado que el de 2022, sino que "es probable que haya días con temperaturas más altas de lo que es normal en esta época". 

"El calor extremo llegará"

Una etapa estacional en la que el ambiente suele ser seco, aunque parece ser que este año lo será un poco menos. Sobre las precipitaciones, Blasco menciona que en un escenario de probabilidades podría darse "un verano más húmedo de lo normal". Pero sin volverse locos, porque desde la Aemet sitúan las probabilidades de que lo sea entre un 40 o 50%. Pero tiene claro que "el calor extremo llegará". 

En cuanto a la inestabilidad de estos días con lluvias y tormentas, van a seguir registrándose precipitaciones hasta principios de la semana que viene, apuntaba Blasco. La borrasca Óscar se ha dejado sentir en la comunidad haciendo bajar un poco las temperaturas, aunque el portavoz ha explicado que "en Aragón no nos afecta demasiado" y que los termómetros "se recuperarán a finales de semana". "El sábado, a excepción del Pirineo oscense, la cosa mejora y el sol se dejará ver", predecía el meteorólogo. 

Aunque la semana que viene, la previsión del tiempo no mejora y tocará volver a sacar el paraguas. Sin embargo, Blasco recuerda que, a pesar las lluvias, "el verano llegará y sufriremos el calor". 

En 2022 en Aragón los meses de verano fueron extremadamente calurosos. Los termómetros en la capital llegaron a marcar los 40°C, con una media diaria de 24°C. Algo que en referencia al periodo transcurrido entre 1981 y 2010, supone un calor de 2,2°C más. 

En cuanto a las precipitaciones, a nivel nacional ha destacado que esta primavera ha sido la segunda más seca de la historia. Tan solo la de 1995, con 85 litros por metro cuadrado (l/m2) en la península, fue peor que la de este año, que ha contabilizado 95 l/m2 acumulados. Solo en estas dos ocasiones la primavera no ha llegado a acumular 100 l/m2.

De momento, tocará poner buena cara al mal tiempo y no perder de vista el chubasquero, ni tampoco a la piscina.