Chunta ya ejerce de líder de Sumar en Aragón pero genera malestar en los socios

Sumar y Podemos resolvieron este viernes el primer envite de la crisis de la izquierda transformadora. El proyecto nacional del espectro político más progresista está encaminado, a falta de resolver las listas, pero el conflicto ahora se baja a los territorios. Aragón es ejemplo de ello y la partida por los puestos de partida y el peso en la coalición no ha hecho más que empezar.

Chunta Aragonesista hizo suyo, y solo suyo, el bastón de mando de la unión desde que le dio el sí a Yolanda Díaz. Así, CHA se aseguró el número 1 por Zaragoza –el escaño más asequible para Sumar en la comunidad– y sigue trabajando en ver qué posiciones toma en Huesca y Teruel, así como en cargos intermedios. Un protagonismo que muchos califican como «excesivo», tanto personas en la base de Sumar como miembros de otras formaciones de la coalición.

¿Por qué los aragonesistas son la voz cantante? Amparados por los resultados electorales, al ser los más votados de su bloque, Chunta se ha hecho con el control para ofrecerle a Madrid todo hecho, ya que «no se ha negociado nada en Aragón y el debate grande se está haciendo en la capital», aseguran fuentes de Sumar en la comunidad, desencantadas con el arranque de la formación. «Es un proceso atípico porque no se consulta a las bases», lamentan estas mismas fuentes, que piensan que esto se debe «a las prisas que las generales han provocado en el partido»: «Es el inicio de algo, pero no se sabe en qué acabará todo esto».

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Ese comienzo pasa por elegir a ese cabeza de lista de Zaragoza. Ayer, Joaquín Palacín, presidente de CHA, abrió «a toda la militancia de Chunta» la posibilidad de liderar el proyecto de Sumar en Aragón. Hasta el próximo lunes pueden presentar las candidaturas y será el mismo martes, en un nuevo Consello Nazional, en el que Chunta elegirá a sus rostros más visibles de cara a las generales. «Es importante la presencia de CHA porque Aragón ha perdido su voz en Madrid», señaló Palacín, que definió el momento de la coalición como «especial» e inmerso en «un diálogo con todas las entidades, en el que Chunta ha estado a la altura y ha trabajado siempre desde la generosidad».

Primeras discrepancias

«Chunta no se ha enterado de que esto no era ocupar los cargos, era crear algo nuevo», continúan varios miembros de la confluencia en Aragón, que sostienen que el objetivo de Sumar era «dar una vuelta a la izquierda y apostar por gente de la sociedad civil, con la que cualquier votante pudiera sentirse identificado».

No se desprenden nombres en un momento en el que el silencio sobre Sumar sigue instalado, a la espera de que las negociaciones por territorios arranquen tras el matrimonio acordado con Podemos a nivel nacional. Sí se comenta que querían gente «del día a día», pertenecientes a sindicatos, con actividad en los barrios, lejos de los focos de los partidos.

«Chunta ha aprovechado que todo está revuelto para coger el mayor poder posible», señala otra persona cercana a Sumar en Aragón, que insiste en que lo deseable era «presentar caras civiles» pero que las prisas, como casi siempre, son malas consejeras: «Se ha hecho todo como se ha podido».

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La esperanza que han mantenido todas las últimas semanas sobre la unión entre Sumar y Podemos no se mantiene, por ahora, de cara a las elecciones del 23 de julio. «Soy algo pesimista, porque en estos últimos diez días hemos perdido votos con la imagen que hemos estado dando», cuentan las mismas fuentes, que lamentan que el debate entre los dos partidos ha sido «toda una maraña de mierda».

Izquierda Unida, por su parte, prefirió rebajar la tensión que lanzaban desde la base y unirse al mensaje emitido por su coordinador general, Alberto Garzón.

Silencio en un Podemos que desde el descalabro del 28 de mayo prefiere callar antes de actuar, pese a que ello les pueda dejar con poco margen de acción en el reparto de representantes. «IU estará presente en el grupo parlamentario y ahora toca seguir mejorando desde luego en cuestiones básicas como el cuidado y respeto a los diferentes actores y la participación de la sociedad en el impulso de esta propuesta si queremos cosechar los mejores resultados», señaló el líder de IU en Aragón, Álvaro Sanz, que adelantó que «la ciudadanía no espera ruido y competición, desea unidad y cooperación», en clara alusión a los últimos movimientos.

Mientras tanto, Podemos ni se pronuncia. El silencio se ha convertido en la táctica de la formación morada desde el descalabro del 28 de mayo, pese a que ello le pueda costar un mayor protagonismo en el reparto de poderes en Aragón.