CRISIS DE UNA COMPAÑIA TECNOLÓGICA DE ARAGÓN

Luz verde a la venta de la fábrica de fibra de Telnet al fondo Endurance

La jueza autoriza la operación, que se cierra por menos de medio millón de euros, una cantidad mínima frente a los 42 millones en que estaba valorada la empresa zaragozana. El ere entra en pausa al aceptarse la petición del comité para que la matriz del grupo participe en la negociación

Protesta de trabajadores de Telnet contra los despidos, el pasado 10 de abril en la plaza del Pilar de Zaragoza. | EL PERIÓDICO

Protesta de trabajadores de Telnet contra los despidos, el pasado 10 de abril en la plaza del Pilar de Zaragoza. | EL PERIÓDICO / jorge heras pastor

El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Zaragoza ha dado luz verde a la venta de la unidad productiva de fibra óptica que le queda en activo a Telnet Redes Inteligentes, la empresa aragonesa del sector de las telecomunicaciones que entró en concurso de acreedores hace algo más de un mes por los problemas económicas que arrastraba y tras tres años en pérdidas. Poco antes de dar ese paso, la compañía recibió una oferta de compra que permitía salvar la actividad que mantenía a flote. El inversor es la gestora de fondos barcelonesa Endurance Partners, especializada en reflotar negocios en dificultades.

La jueza que tramita el proceso concursal ha autorizado la operación, cuyo importe no ha llegado al medio millón de euros, según informaron a este diario fuentes conocedoras del proceso. En concreto, la compra se ha cerrado en 468.000 euros, una cantidad muy reducida si se compara con los 42 millones en que fue valorada la firma tecnológica. Y eso a pesar de los importantes activos que se incluyen en la transacción, entre los que destacan al menos cuatro naves y el edificio corporativo que Telnet tiene en el polígono industrial Centrovía de La Muela (Zaragoza). Allí se encuentra la planta de producción de cable.

El nuevo nombre de la planta de cable

En el perímetro de la venta abarca asimismo la maquinaria, los contratos en vigor y los clientes, así como la subrogación de los 89 trabajadores dedicados a una actividad que se relanzará en el mercado bajo el nuevo nombre Telnet Fiberoptics. El fondo catalán Endurance, con el que contactó este viernes este diario, rechazó pronunciarse.

En paralelo, continúa abierta la negociación del expediente de regulación de empleo (ere) que afecta a 65 de los 155 trabajadores. El periodo de consultas se ha vuelto a pausar después de que la jueza aceptara la petición del comité de empresa para que entren a formar parte de esta mesa de diálogo otras empresas vinculadas al grupo Telnet, en especial Inversora Viro, propietaria de la firma fallida.

Según explicaron fuentes sindicales, el objetivo de la parte social que la propiedad de la compañía «asuma su responsabilidad» y puedan aplicarse indemnizaciones «más justas» para los trabajadores que serán despedidos. De lo contrario, como suele ocurrir en las empresas en suspensión de pago, los afectados por el ere se verán abocados a recibir las compensaciones económicas con cargo al erario público –a través del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa)–, lo que implicaría cobrar el mínimo legal (20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades).

«Nuestra idea es agotar el periodo de negociación. Si no hay acuerdo, haremos una consulta entre los trabajadores para ver qué camino tomamos», advirtieron desde el comité, que dijeron desconocer los detalles de una venta que ven con buenos ojos pese a todo: «al menos, no nos vamos todos a la calle».

Tres años de ertes y la venta frustrada a los chinos

Telnet era hasta hace poco años una de las principales firmas del sector de las telecomunicaciones de Aragón con más de 200 trabajadores. La declaración del concurso de acreedores se produce después de tres años complicados en los que se han sucedido seis ertes entre parte de la plantilla, el último de ellos con una suspensión de empleo total entre noviembre y el pasado 31 de marzo. Telnet ha llegado a esta situación tras el hundimiento de sus líneas de negocio de equipos de banda ancha y antenas de telefonía, que eran deficitarias y cesaron su actividad hace seis meses.

La dirección de la compañía alcanzó hace un año un acuerdo para su venta al grupo chino Chengdu Datang Communication Cable (CDDC), pero el inverso dio marcha atrás a la operación por las condiciones impuestas por el Gobierno y la inestabilidad generada por la guerra de Ucrania, según explicaron fuentes conocedoras de la compañía.