Una firma, solo faltaba una rúbrica, para confirmar el acuerdo alcanzado entre el ahora expresidente de las Cortes de Aragón, Javier Sada, y el Ministerio de Cultura para que los dos arcos mixtilíneos de la Aljafería que exigía recuperar el Gobierno central se queden para siempre en el salón San Jorge del palacio, sede del Parlamento aragonés. Llegaron en 2008 cedidos temporalmente por su propietario, el Museo de Arqueología Nacional, con motivo de la Expo, pero nunca regresaron a Madrid. Quince años en una situación que ambas partes reconocían como «irregular» y que se llegó al compromiso de regularizar la situación y se quedaran donde están.
La fórmula escogida era de formalizarlo era a través de un «depósito de larga permanencia» y el compromiso era tal que el expresidente de las Cortes tenía en una «carta certificada» del ministro en la que así lo plasmaba. Pero llegó la campaña electoral y lo paralizó todo. Y ahora es Iceta el que está enfrascado en ella y sin posibilidad de rubricar ese acuerdo. Sada estuvo trabajando «codo con codo» con el ministerio, concretamente con la Dirección General de Patrimonio, «durante cuatro años» hasta lograr ese acuerdo que al final se ha quedado en el limbo.
Ahora tampoco el Museo de Arqueología nacional puede convocar al patronato para aprobar ese acuerdo. Sin embargo, culminaba casi una legislatura entera de «conversaciones discretas» aunque «siempre se dio cuenta a la Mesa de las Cortes». De hecho, Sada trasladó al ministerio un documento fechado en enero de 2023 en el que se daba luz verde a seguir con los pasos siguientes a conformar esa cesión permanente. Y en ese punto está, «a la espera» del museo y del ministerio.
Antes, en diciembre, desde Patrimonio Cultural se comunicó su predisposición a firmar ese depósito pero también pedía retornar piezas llevadas a Aragón en 2008 y que nunca se exhibieron, estando ahora en almacenes, así como trasladar a Madrid aquellas que requieren tareas de mantenimiento y que se comprometen a retornarlas después a Zaragoza.
No obstante, esa rúbrica no se producirá hasta que ambas partes definan escrupulosamente las características del propio depósito, un aspecto que tampoco dio tiempo a concretar entre el Gobierno central y las Cortes de Aragón. Y siguen los arcos y el rosetón en el palacio de la Aljafería, en situación irregular, como en los últimos 15 años.
La polémica devolución
El acuerdo, sin embargo, pondría fin a una polémica que surgió hace años en redes sociales cuando Madrid reclamó la devolución de los arcos mixtilíneos y el rosetón que están desde 2008 en el salón San Jorge de la Aljafería y muchos interpretaron poco más o menos que se querían llevar todos los del palacio. Estos dos eran los que en 1868 fueron regalados por Aragón al Museo Arqueológico Nacional cuando la sede del actual Parlamento autonómcio era un cuartel y se temía por su estado de conservación.
El revuelo suscitó un buen número de críticas al ministerio desde Aragón e incluso se promovió una recogida de firmas para que no solo permanecieran los dos arcos en la Aljafería sino que además se cediera la propiedad a la comunidad autónoma. Un fin impensable entonces, aunque ahora, por lo menos, se había dado con la forma de que se quede en su ubicación original.