Tras 83 años de actividad sanitaria, la Clínica del Pilar de Zaragoza cerrará sus puertas de forma definitiva el próximo 14 de julio. El concurso de acreedores voluntario comunicado el pasado lunes por la empresa está precipitando el cese de todas las prestaciones en el centro, ubicado en el paseo Ruiseñores. De hecho, según aseguran a este diario fuentes del comité de empresa, desde mañana ya no habrá operaciones ni pacientes ingresados en planta y, a los últimos, se les derivará hoy a otros hospitales de la ciudad. «El jueves solo habrá personal de administración para gestionar los cobros y las consultas programadas, que se mantendrán hasta el día 14 porque los usuarios ya están citados. Ese día será el último. Estamos en shock», apuntó Carmen Díaz, secretaria del comité de empresa.
El desconcierto y la incertidumbre se han asentado entre los 73 trabajadores de la Clínica del Pilar de Zaragoza, quienes recibieron la noticia «totalmente por sorpresa» y no dan crédito al cierre. A algunos, de hecho, ya se les ha comunicado su despido y han dejado de ir a trabajar. «Habíamos preguntado muchas veces, pero siempre nos decían que no pasaba nada y que todo eran bulos. Ahora, de sopetón y sin anestesia, nos dejan en la calle a muchas familias, de las cuales casi la mitad tiene más de 50 años, una edad muy mala para encontrar otro trabajo», lamentó Díaz, quien ayer se pasó por la clínica para reunirse con los compañeros. «La gente está llorando, está muy mal. Somos una clínica muy familiar, hay personas que llevan aquí 40 años trabajando y nadie se cree lo que está pasando», indicó.
Abonos e indemnizaciones
El comité está en conversaciones con los sindicatos y el próximo lunes mantendrá una reunión con asesoría jurídica para abordar y plantear el proceso de negociación con la empresa. «No sabemos cuánto va a durar, pero ojalá que sea poco tiempo para no alargar este sufrimiento. Pelearemos hasta el final por las indemnizaciones», dijo.
"En los últimos años se han hecho algunas reformas, pero insuficientes. La clínica es muy antigua y se podría haber invertido mucho más. La sensación es que ha habido mucha dejadez», apunta Carmen Díaz, secretaria del comité de empresa.
Una pancarta colocada en la verja de la Clínica del Pilar advierte del despido de los 73 trabajadores, a quienes la empresa les ha abonado el mes de junio, pero estos primeros días de julio «no los va a pagar», según indicó esta auxiliar de Enfermería que lleva 18 años trabajando en el centro. «En los últimos años se han hecho algunas reformas, pero insuficientes. La clínica es muy antigua y se podría haber invertido mucho más. La sensación es que ha habido mucha dejadez», indicó Díaz. «Se fueron muchos clientes, la unidad de Pediatría era buenísima y también se cesó el servicio. Poco a poco se ha ido desmantelando todo», añadió esta trabajadora.
La concertación de operaciones con el Salud tendrá que ser suspendida
El Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón mantiene, actualmente, un contrato de concertación de operaciones quirúrgicas con la Clínica del Pilar dentro de su plan de derivaciones a la sanidad privada para reducir las listas de espera. Se trata, sobre todo, de intervenciones de las especialidades de Maxilofacial, Traumatología, Cirugía General y de Digestivo, Oftalmología y Urología. Fuentes de la consejería confirmaron ayer a este diario que se le ha requerido a la Clínica del Pilar, por escrito, «que definan en qué condiciones queda la asistencia sanitaria tras el concurso de acreedores», apuntaron. Una vez que el centro privado responda al departamento, el Salud tomará las medidas oportunas respecto a este concierto que, sí o sí, cesará al cerrar la clínica. La consejería tendrá que reedirigir las intervenciones previstas con la Clínica del Pilar a otros centros privados. En todo caso, si hubiera algún paciente programado hasta el próximo 14 de julio, este sí será intervenido en el centro del paseo Ruiseñores.
Los acontecimientos se han precipitado en los dos últimos días, cuando la dirección se ha puesto en contacto con los trabajadores. «Había gente de vacaciones que ya no tiene que volver, se ha llamado también a los médicos para que dejen de pasar consulta e incluso a algún paciente para anularle la cita», explicó Díaz. Es decir, hay usuarios que se van a quedar sin atención sanitaria y tendrán que buscarse otra alternativa.
Hay algunos profesionales que estaban de vacaciones y ya no se incorporarán, mientras que otros ya han dejado de trabajar. Todo se ha precipitado en los dos últimos días.
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN intentó contactar ayer con la dirección de la Clínica del Pilar tras anunciar su concurso de acreedores, pero no quisieron hacer declaraciones. La gerencia se remite al comunicado del lunes.
Perteneciente al grupo Laber Hospitales
La plantilla del centro está formada por diversos especialistas, personal de enfermería y auxiliares, empleados de lavandería, cocina, servicio de limpieza o administración, entre otros. Su futuro laboral, ahora, está en el aire. Podría ser que algunas clínicas privadas les contratarán, pero esa parte queda en manos de los sindicatos y a posibles acuerdos que puedan surgir con otros centros.
La Clínica del Pilar, que abrió sus puertas en 1940, forma parte desde 2004 del grupo Laber Hospitales, fundado por la familia Landeira Bernaldo de Quirós y con sede en Asturias. La compañía, además de la instalación de Zaragoza, cuenta con la Clínica La Antigua, en Guadalajara, y la Clínica Asturias, en Oviedo.
"Ellos solo dicen que no hay dinero, que no tienen liquidez, pero cuando hemos preguntado si iban a cerrar, nos podrían haber avanzado algo de la situación. Todo esto ahora nos pilla totalmente por sorpresa», insistió Díaz.
Tradicionalmente, el centro de la capital aragonesa ha estado muy vinculado a los seguros deportivos y a la asistencia de pacientes que sufrían lesiones durante alguna competición. Sin embargo, en los últimos años, además, ha destacado por disponer de unas urgencias oftalmológicas 24 horas, que eran un referente en la sanidad privada de Zaragoza.
«Es la clínica más antigua de la ciudad y todo el mundo la conoce. Funcionamos como una familia y sentimos una pena muy grande. Este final es desolador y veremos cuánto se alarga el proceso», apuntó Díaz. «Ellos solo dicen que no hay dinero, que no tienen liquidez, pero cuando hemos preguntado si iban a cerrar, nos podrían haber avanzado algo de la situación. Todo esto ahora nos pilla totalmente por sorpresa», insistió a este diario la secretaria del comité de empresa.