infraestructuras educativas

El futuro del colegio María Zambrano: "Nadie nos advirtió de nada"

La historia de Parque Venecia es la de un barrio que, durante 14 años, ha sumado numerosas protestas educativas. La siguiente pasa por el futuro del colegio María Zambrano, anegado de agua tras la tormenta del pasado 6 de julio y con serias dudas sobre su ubicación

"Esto nos va a unir como barrio", señalan los representantes vecinales y los de las ampas de los centros educativos

Representantes de la asociación de vecinos de Parque Venecia y de las Ampas de los dos colegios, el pasado viernes, posan para EL PERIÓDICO ante el centro María Zambrano.

Representantes de la asociación de vecinos de Parque Venecia y de las Ampas de los dos colegios, el pasado viernes, posan para EL PERIÓDICO ante el centro María Zambrano. / ANDREEA VORNICU

Ana Lahoz

Ana Lahoz

Zaragoza

El 8 de julio de 2009 se colocó la primera piedra en una zona de viviendas de Parque Venecia, en Zaragoza. Era el nacimiento de un nuevo barrio que surgía al albur de una fuerte demanda de gente joven en una zona en la que, hasta ese momento, solo había descampados. El pasado 6 de julio de 2023, 14 años después, una intensa lluvia torrencial de diez minutos puso en jaque a los ya miles de vecinos de este lugar que vieron peligrar «prácticamente todo» cuando la tromba de agua empezó a recorrer sus calles por el llamado Barranco de la Muerte.

La tormenta dejó imágenes para no olvidar y a su paso arrolló, entre otras cosas, parte del colegio María Zambrano, el segundo centro de un barrio que si por algo se ha caracterizado desde sus comienzos ha sido por las reclamaciones y protestas educativas. «Aquí llegamos sin nada y hemos conseguido mucho a base de movilizaciones. Sin ellas y sin los vecinos nada habría sido posible», asegura tajante a este diario José Antonio Andrés, fundador y presidente de la Asociación de Vecinos de Parque Venecia.

Con un barrio sin servicios básicos, un nutrido grupo de familias creó la Plataforma Cole Ya. Una de sus primeras protestas fue, en marzo de 2015, el abrazo que hicieron a la parcela donde se construiría el primer colegio: Parque Venecia. Allí, agarrados de la mano, los vecinos unieron fuerzas y simbolizaron una conexión que, ocho años después, esperan revivir para ir «todos a una» en la petición del cambio de ubicación del centro María Zambrano. «Esto nos va a unir más como barrio», augura Andrés.

Abrazo a la parcela del colegio Parque Venecia, en marzo de 2015, por parte de vecinos y familias.

Abrazo a la parcela del colegio Parque Venecia, en marzo de 2015, por parte de vecinos y familias. / ALVARO SANCHEZ

Cuando el colegio Parque Venecia abrió sus puertas en 2018, las familias ya alertaron de que nacía «masificado» debido al elevado volumen de niños y niñas empadronados. De hecho, los barracones han sido una constante cada curso porque no había espacios suficientes para tanto alumno.

"Nadie nos ha advertido nada en estos años de si el colegio estaba en un barranco ni de los peligros que podía haber. Se nos dijo cuál era la parcela y ahí se construyó", asegura Noemí Corbatón, presidenta de la Ampa del colegio María Zambrano.

Esa demanda de escolarización por encima de la oferta fue lo que motivó la lucha por tener un segundo centro y de la mano de la Plataforma Cole para Todos en Parque Venecia -que surgió tras disolverse la primera- se mantuvo muy activo el altavoz de las reivindicaciones. Entre sus fundadoras estaba Noemí Corbatón, actual presidenta de la Ampa del colegio María Zambrano. «El trabajo que venimos haciendo es brutal. Cuando en el curso 2019-2020 el colegio María Zambrano ya se creó jurídicamente, un grupo de familias decidimos continuar con nuestro compromiso asociativo y formalizamos la Ampa Claros del Bosque. Hemos tenido mucho apoyo, pero hemos sido pocos hombros en la junta los que hemos organizado protestas, reuniones con Educación o con los políticos», lamenta Corbatón.

El sueño empezó en 2018

Antes de que el María Zambrano fuera una realidad, la plataforma en 2018 ya logró el «compromiso» de Felipe Faci, entonces Secretario General Técnico de Educación, de crear un segundo colegio en el barrio. «Era noviembre. Fui con una compañera y, sobre un plano, Faci ya nos dijo dónde se iba a construir», recuerda Corbatón, quien asegura que «en ningún momento» nadie les advirtió de los posibles riesgos de la ubicación. «En todos estos años, nadie nos ha comentada nada de si estaba en un barranco y de los peligros que podía haber. Se nos dijo cuál era la parcela y ahí se construyó», afirma.

Protesta de las familias del colegio María Zambrano, en 2021, en la zona donde se construyó el colegio.

Protesta de las familias del colegio María Zambrano, en 2021, en la zona donde se construyó el colegio. / Jaime Galindo.

El María Zambrano se estrenó en 2022, lo que supuso «un sueño cumplido» para las familias. Sin embargo, ahora su futuro está en el aire tras quedar anegado de agua el pasado 6 de julio, con serias afecciones en su interior y con las obras del edificio de Primaria en marcha. «Siento hastío. Es la primera vez que digo esta palabra, pero es así», afirma Corbatón, que no puede evitar sentir un dejavú al ver lo que viene. «Conseguimos que el proyecto saliera adelante con mucho esfuerzo y ahora es como volver a empezar. El centro no puede estar ahí y vamos a hacer las reclamaciones que hagan falta», afirma.

A Corbatón, la tromba de agua la y el granizo la pilló en casa. «Vimos que cada vez caía más fuerte, pero en ningún momento pensé en el colegio. Nadie se esperaba lo que pasó», asegura. Los efectos de aquella tormenta dejan ahora una línea clara de actuación a las familias: «Lo que tenemos que hacer como Ampa y como vecinos es reforzar la petición de mover el colegio. Tengo la esperanza de que el barrio tendrá uno nuevo. Si donde está no es viable, no hay que perder mucho más el tiempo, pero hace falta el compromiso por parte de todas las instituciones», señala Corbatón. «La resolución final está clara: el colegio no tiene que estar ahí. No queremos un muro más fuerte ni un plan de evacuación más preciso, hay que cambiar el María Zambrano de lugar», insiste.

"En su momento, nos adelantamos en el tiempo en la petición de escolarización, consiguiendo colegios para un barrio joven cuando aquí no había nada. Hubo mucha presión en la calle. Ahora, una tormenta excepcional nos ha puesto en el mapa de un barranco y la incertidumbre es fuerte», apunta José Antonio Andrés, presidente de la Asociación de Vecinos de Parque Venecia.

Eso sí, la «experiencia» le dice que el proceso administrativo puede ser largo. «¡Cómo no lo voy a saber! Cinco años después de aquel compromiso de Faci todavía estamos sin el colegio construido al 100%. En septiembre 452 nuevos niños empezarán las clases y ese es nuestro futuro más inmediato», señala.

El barranco

Por su parte, José Antonio Andrés, presidente de la Asociación de Vecinos de Parque Venecia, habla de una «sensación agridulce» en materia educativa. «En su momento nos adelantamos en el tiempo en la petición de escolarización, consiguiendo colegios para un barrio joven cuando aquí no había nada. Hubo mucha presión en la calle. Ahora, una tormenta excepcional nos ha puesto en el mapa de un barranco y la incertidumbre es fuerte», señala.

Desde la entidad vecinal también apuestan por cambiar de sitio el colegio María Zambrano. «Lo hemos manifestado desde el principio porque no tiene sentido tener un colegio en el cauce de un río. Mañana se puede volver a repetir o no suceder nunca más, pero no merece la pena jugársela», apunta Andrés, quien explica que las calles del barrio «ya tienen cierta inclinación» para evacuar el agua cuando llueve. «En estos años ha funcionado bien y no hemos tenido problemas. Es más, nos han dicho que podría haber sido peor, pero que el tanque de tormentas y los colectores nos han ayudado algo. Lo que pasa es que ante una tormenta así ha sido insuficiente», matiza Andrés.

Movilización de los vecinos de Parque Venecia, en 2015, simulando aulas en la calle para reclamar la construcción de un colegio.

Movilización de los vecinos de Parque Venecia, en 2015, simulando aulas en la calle para reclamar la construcción de un colegio. / ALVARO SANCHEZ

Cuando el cielo se fundió prácticamente a negro el pasado 6 de julio, el presidente de los vecinos de Parque Venecia estaba en otro punto crítico de la ciudad: la avenida Navarra. «Me costó tres horas llegar a casa. Cuando empecé a ver imágenes, no me lo podía creer. Parecía ciencia ficción. El colapso fue total para acceder al barrio», recuerda.

"No tiene sentido tener un colegio en el cauce de un río. Mañana se puede volver a repetir o no suceder nunca más, pero no merece la pena jugársela", añade Andrés.

Nada más ver imágenes del colegio (y del resto de infraestructuras), Andrés ya vislumbró en su cabeza la petición del cambio de ubicación. «Pelearemos cueste lo que cueste por retirar el colegio de este tramo. Es el cauce de un barranco, ¡no puede ser! No tengo ninguna duda de que el sentir mayoritario de las familias es ese y si hasta ahora hemos tenido un apoyo mayoritario de los vecinos, este tema del colegio nos va a unir más como barrio», afirma.

Un «error garrafal»

Andrés, además, pide «lealtad y rapidez» al Gobierno de Aragón y al Ayuntamiento de Zaragoza con el tema. «Tienen que garantizar la máxima seguridad y confianza a las familias. El curso está a la vuelta de la esquina y si tienen que empezar ahí, debe haber garantías al 100% de seguridad», afirma.

Elisa Marco lleva vinculada a las protestas educativas del barrio desde hace más de 11 años. Actualmente es la presidenta de la Ampa del colegio Parque Venecia y si echa la vista atrás la fotografía que observa es clara: «Veo protestas, años de movilizaciones y un malestar constante por la falta de espacios educativos», afirma. El colegio Parque Venecia, en su momento, fue el primer sueño cumplido de las familias. De hecho, no fue casualidad que en 2019 el presidente de Aragón, Javier Lambán, inaugurará el curso en esta instalación que, tras años de peticiones, subía el telón.

"Al final, la sensación es que siempre falta algo. No hay un curso tranquilo. En estos momentos, tenemos alguna aula con 26 alumnos y eso no puede ser", señala Elisa Marco, presidenta del colegio Parque Venecia.

«Al final, la sensación es que siempre falta algo. No hay un curso tranquilo. En estos momentos, tenemos alguna aula con 26 alumnos y eso no puede ser. Y en Secundaria, por ejemplo, no hay laboratorios, pero además estábamos pendientes de la segunda fase de las obras y ahora, tras lo ocurrido, se pararán», apunta Marco.

Ella estaba en casa cuando la lluvia anegó Parque Venecia. «Veíamos muchísima agua, pero no nos imaginábamos lo que estaba pasando más abajo. Cuando me enteré de lo del María Zambrano, le escribí a Noemí (Corbatón) para ofrecerle ayuda en lo que hiciera falta», señala.

Desde el punto de vista de las familias, indica que «siempre se piensa que la parcela elegida es la mejor, aunque haya otras en el barrio» que pudieran ser susceptibles de levantar un colegio. «Ahora que ha pasado esto, vemos que esa ubicación fue un error garrafal», considera Marco. «Se ha demostrado que es un lugar peligroso y pudo haber sido una desgracia. No puedo entender cómo no se tuvo en cuenta a los vecinos de La Paz que, cuando se construyó la sede de la Policía Local, ya alertaron del barranco después de que una fuerte lluvia provocara algo parecido», señala.

«Expectantes» ante la reunión de este lunes con Faci

Las familias del colegio María Zambrano están «expectantes» a la reunión de este lunes 17 de julio con el consejero de Educación en funciones, Felipe Faci. En principio, el consejero dará a conocer el informe de valoración de daños en la infraestructura educativa tras la tormenta del pasado 6 de julio, que como ya adelantó el jueves superará los 600.000 euros. Las familias, a quienes les apremian las respuestas dado que en septiembre se retoman las clases, quieren saber qué pasará y si la opción de un cambio de ubicación está sobre la mesa. Sin embargo, desde la consejería insisten en que esta cuestión ya le corresponderá abordarla al nuevo Gobierno de Aragón que, además, tendrá que valorar la situación junto con el Ayuntamiento de Zaragoza.  

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