La revolución que han provocado en redes sociales numerosas publicaciones y vídeos sobre la poza del Molino en el municipio altoaragonés de Torla están perjudicando seriamente a la localidad. La popularidad del lugar ha corrido como la pólvora en múltiples cuentas de Instagram. Los millones de seguidores que poseen estas cuentas han derivado en un aluvión de bañistas que cada fin de semana congestionan este enclave natural.

Una invasión del espacio natural que no genera turismo en Torla ni en municipios aledaños, ya que los visitantes van exclusivamente a pasar el día en las pozas, provistos de neveras y comida para ello.

Los vecinos de Torla están desesperados y molestos con la masificación de bañistas de esta piscina natural. Las visitas se han convertido en una pesadilla para los habitantes de este enclave pirenaico porque invaden el espacio y aparcan en una zona residencial cercana a las pozas, incluso donde está prohibido estacionar.

Ha habido tales atascos en los accesos al lugar que algunos turistas y trabajadores han tenido problemas para acceder al camping y a explotaciones agrícolas. Algunos torlanos incluso han tenido enfrentamientos con visitantes por conductas incívicas.

Desde el Ayuntamiento de Torla, su alcalde, Jesús Lardiés, hace un llamamiento para que esta situación cese y se dote de más presencia de Guardia Civil, sobre todo durante el fin de semana, que es cuando más afluencia reciben las pozas.

"Esta situación nos ha sobrevenido de repente", lamentó el alcalde, quien explicó que este paraíso natural es un atractivo del pueblo del que siempre han disfrutado los vecinos y turistas sin ningún problema. Es la primera vez que las pozas del Molino sufren esta masificación.

"Desde el ayuntamiento nos veíamos venir esta situación porque recibimos varios correos de televisiones para hacer un reportaje especial sobre esta zona del río Ara, pero nos negamos rotundamente por el miedo a que esto sucediese", explicó Jesús Lardiés.

"Nos vemos un poco impotentes porque somos un ayuntamiento pequeño", sentenció el alcalde, que no sabe muy bien cómo van a conseguir atajar esta situación. "Llevamos una semana complicada, entre la Guardia Civil y el ayuntamiento hemos intentado poner orden y disuadir a los bañistas, pero son seis kilómetros de río, y es imposible restringir el acceso al mismo", admitió Lardiés.

"Hay que hacer entender a la gente que estos sitios tienen una capacidad de aparcamiento limitada y no podemos absorber el impacto de visitantes que provoca una publicación en una cuenta de Instagram con un usuario de dos o seis millones de seguidores", lamentó el primer edil.

Aglomeración de coches en el entorno de las pozas del Molino, en Torla. EL PERIÓDICO

Rescates en la zona

Asimismo, el Grupo de Rescate e Intervención de Montaña (GREIM) de la Guardia Civil ha tenido que intervenir en dos ocasiones, una a finales de julio y otra durante el pasado 15 de agosto, cuando efectuaron un rescate a un menor. Tanto el Ayuntamiento de Torla como los vecinos recuerdan que se trata de una zona peligrosa para el baño, ya que es un río de montaña con grandes corrientes y fluctuaciones muy rápidas del nivel. Unas pozas encajonadas y con grandes bloques de piedra y recovecos bajo el nivel del río Ara, que pueden suponer un peligro para los bañistas.

A escasos 30 metros se encuentra la depuradora de una urbanización que genera olores y vierte las aguas en las proximidades de la poza. Unos 300 metros más arriba, se vierten las aguas fecales de un camping, a la espera de que en los próximos meses se pongan en funcionamiento la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Torla.

Asimismo, a 600 metros de las pozas hay una explotación ganadera que también puede llegar a contaminar las aguas. El éxito que ha tenido esta zona de baño ha propiciado que no todos los visitantes sean respetuosos con el entorno natural, ya que dejan residuos e incluso maltratan la flora y fauna del lugar.

Las pozas del Molino están consideradas Zonas de Especial Conservación (ZEC), junto al valle de Bujaruelo. El lugar está también incluido como Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA).

Sin embargo, los bañistas no respetan estas consideraciones y varios vecinos han visto acumulaciones de gente en las proximidades del puente de los Navarros, espacio incluido en la zona periférica de protección del Parque Nacional de Ordesa.

El alcalde insta a aquellos visitantes que quieran acudir a las pozas a planificar su viaje y hospedarse en Torla para evitar problemas con el aparcamiento.