A escasas horas de que concluya el periodo oficial de rebajas de verano, los autónomos y el pequeño comercio se aprestan a retomar el contacto habitual con el consumidor con una idea meridiana: hay que actuar ya. Tienen claro que la sangría del comercio minorista y la falta de relevo, que tantas persianas viene bajando en los últimos años, resultan problemas insostenibles que requieren de medidas urgentes.
Por ello, desde la Asociación de Autónomos de Aragón (UPTA), reclaman un plan de reconversión que reflote un sector que en Aragón presenta ahora mismo un saldo negativo. «Parece que los datos lo aguanten todo porque nos dicen que en España el comercio minorista aumentó sus ventas un 6,8% interanual en junio, pero en el interanual de abril faltaban ya 682 autónomos en la comunidad», apunta Álvaro Bajén, secretario general de la asociación.
Esa cifra de pequeños comercios que dijeron adiós hasta abril mantiene su tendencia negativa con el dato global ofrecido por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), que registra 871 afiliados menos al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) entre julio de 2022 y junio de este año (un descenso del 0,9%). Solo en julio la sangría se ha cortado con un ligero aumento de 19 afiliados, lo que deja a Aragón como una de las cuatro únicas regiones que no perdió autónomos el mes pasado, aunque eso no ha impedido que no haya recuperado la barrera de los 100.000 afiliados (99.609).
Una caída que también registra el sector de la hostelería, pendiente de su propia reconversión, aunque, en su caso, Bajén considera que la inmigración, especialmente la de ciudadanos chinos, ha frenado en buena medida el cierre de muchos bares.
Desde la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (Ecos Zaragoza), su vocal de zonas comerciales Sergio Bretos reclama tanto al Ayuntamiento de Zaargoza como al Gobierno de Aragón que analicen la cuestión junto con los comerciantes y pongan en marcha acciones comerciales que alivien la actual deriva de abandonos.
Por su parte, el portavoz de UPTA avanza la elaboración en septiembre de un trabajo de análisis para detectar cuáles son las ramas que más caen y la incidencia de un problema evidente, el del envejecimiento de muchos de los pequeños empresarios, con más de un 70% de ellos mayores de 50 años.
«Muchos están buscando una salida, pero aguantan para no perder la cotización», advierte. Una situación para la que propone ese plan de reestructuración: «Debemos facilitar la migración de esos autónomos atrapados en establecimientos ahora poco rentables hacia actividades que sí lo resulten. Y que cuenten también con la opción del relevo generacional con apoyos como una fiscalidad especial», plantea Bajén, quien alude al ejemplo del Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización.
Junto a esa propuesta, Bajén plantea el desarrollo de un estatuto del autónomo en un momento de «expectativa» a la espera de la sensibilidad y la preparación de las personas que el nuevo Ejecutivo autómico sitúe al frente de la materia.
Esa falta de relevo preocupa especialmente en Ecos Zaragoza y Provincia, que asiste en primera línea al goteo continuo de bajas, algunas de ellas de ilustres comercios que hasta su cierre contribuían a dar una entidad propia a Zaragoza. «Hace tiempo que vemos que, establecimiento que cierra, ya no vuelve a abrir y eso está haciendo que desaparezcan muchas tiendas de toda la vida, esas que están integradas en el día a día de los barrios», comparte Sergio Bretos, vocal de Ecos y presidente de la Asociación de Empresarios del Sector Comercial Avenida de Madrid.
Apunta a la falta de un relevo generacional: «No hay manera de que la gente joven quiera iniciar una carrera en este sector», lamenta Bretos. Un planteamiento que para Bajén responde a la falta de una «cultura empresarial». «Los jóvenes se mueven ahora mismo en un marco en el que solo ven que haya cabida para ser funcionarios o trabajadores por cuenta ajena».
«Es que no se quieren complicar la vida», interviene Bretos. «Piensan, para qué voy a estar sacrificándome por un negocio que no sé si irá bien cuando puedo estar mis ocho horas en una empresa», plantea.
Para cambiar esa mentalidad, en ocasiones de «polaridades extremas, como una relación de amo y esclavo», Bajén apela a «campañas de divulgación» desde las administraciones, a una «labor educativa» en los centros escolares. «Porque los empresarios no salen por cuestión de azar, sino como resultado de una interacción de pequeñas empresas, casi como si fuera un proceso biológico», advierte.