¿Cuál será su labor como portavoz adjunto de Sumar?
En dos líneas: seguir avanzando en derechos sociales y laborales, por un lado. Estamos viendo giro reaccionario en muchas comunidades, como Aragón, donde la derecha extrema y la extrema derecha están unidas y vemos situaciones lamentables, como con los directores generales de Aragón y el apoyo a la División Azul del libro del vicepresidente Nolasco. Por otro lado, aprovecharé la portavocía para que, ahora que se abre el melón del modelo territorial, Aragón tenga una voz fuerte.
¿Cómo se ha fraguado que CHA tenga una de las portavocías sin ser uno de los partidos que más votos aporta a Sumar?
Lo que se entendió es la plurinacionalidad del grupo. Cataluña y Els Comúns, Valencia y Compromís, y nosotros y Mallorca, con la portavocía tercera. Lo importante es aceptar la normalidad de esa plurinacionalidad. Unos territorios que, salvo Cataluña, vivimos una situación similar, sobre todo con la oleada de la derecha y ultraderecha.
¿Hablará aragonés?
Sí, dentro de los marcos que se establezcan.
No es lengua cooficial y usted pidió el mismo trato en el Congreso para las lenguas propias. De momento, se queda en espera…
Al final, de iure o de facto, lo importante es que se pueda usar el aragonés para que se visibilice. Vamos a ver cómo se fragua todo. A partir de ahí, haremos las cosas. No debería haber problema con el uso de las lenguas vista la sentencia del Tribunal Constitucional que desestimó el recurso de inconstitucionalidad de Vox contra el uso del asturiano en el Parlamento. Es un momento en el que los intereses de Aragón tienen que estar bien representados. Hay luchas que son más prioritarias que el uso de la lengua o no, pero es una cuestión de orgullo cuando vemos que parece que hay unas comunidades de primera, y otras de segunda. En todo lo que pueda usaré el aragonés, pero con respeto. Quedarnos fuera de esta lucha podría servir de precedente para que no se tenga en cuenta tanto a Aragón.
¿Ve abierta la vía a un futuro Gobierno tras la reunión de Yolanda Díaz y Carles Puigdemont?
Si no, no se suma. Se necesita contar con toda la España plurinacional. Hay dos modelos: PP y Vox, enconados en un relato donde no cabe la mitad del Estado español, las mujeres, los migrantes, los hablantes de lenguas... O un modelo que entiende la pluralidad del Estado y que nos necesitamos todos para sacar adelante este Gobierno.
¿Qué opina sobre que el pacto con Junts pueda incrementar la desigualdad entre españoles?
Pienso que no. Tenemos que abrir un proceso en el que todas las comunidades tengamos los mismos derechos. Con la aprobación del Estatuto por la vía lenta, Aragón quedó en un lugar que no le corresponde. En la II República, fuimos la cuarta comunidad que desarrolló un Estatuto en un modelo mucho más federal, pero no llegó a aprobarse. Yo haré lo posible porque Aragón sea una comunidad de primera fila, no de cola.
¿Qué deberes le pone al Ejecutivo?
La defensa de unas condiciones de trabajo y de vida dignas y la defensa de los intereses de Aragón. Estoy leyendo Memorias de un beduino, de Labordeta, y muy pocas cosas han cambiado en estos 23 años. El Canfranc, el cercanías o el Cantábrico-Mediterráneo. La lista es interminable.
En Sumar habrá posiciones distintas respecto a la financiación autonómica, ¿qué pide usted?
Hay asuntos en los que no estamos de acuerdo. Nosotros queremos hablar de envejecimiento, despoblación y dispersión. Quizá el Estado tiene que ceder más a todos en general, en busca de un modelo más federal. Y pelearé por utilizar herramientas como la Comisión Bilateral Aragón-Estado, que lleva desde 2018 sin reunirse.