Normalidad en el primer día de las esperadas obras en los accesos a Zaragoza por la A-68, la conocida como carretera de Castellón. Este lunes han comenzado los trabajos para construir un túnel bajo la glorieta que cruza con el Cuarto Cinturón (Z-40), un proyecto largamente demandado en el que el Ministerio de Transportes va a invertir casi 20 millones de euros. Los malos augurios no se han cumplido y la circulación ha sido incluso más fluida de lo habitual en este punto conflictivo, donde es habitual que haya atascos y accidentes. Eso para sorpresa de los usuarios que pasan por aquí a diario, que esperaban embotellamientos en una vía por la que circulan cada día unos 26.000 vehículos, casi 3.000 de ellos camiones.

"De momento muy bien. Yo he venido sin atascos. La cosa va fenomenal", asegura Mayte Blanco, gerente de Autocaravanas Aragón, uno de los numerosos negocios que están junto al epicentro de unas obras,que se prolongarán durante un año. "Como no se puede hacer la rotonda, no está habiendo problemas. Pero al principio es normal que vaya todo tranquilo. Ya veremos qué ocurrirá después del PIlar", dice con cierto escepticismo.

Sobre las diez de la mañana, una máquina excavadora ha empezado a realizar los primeros movimientos de tierra en la isla interior de la glorieta, que ha amanecido con cortes de tráfico que impiden hacer la mayor parte de los giros. Estas restricciones son uno de los motivos que ha contribuido a que no haya incidencias. Así, los que vienen desde Zaragoza por la A-68 solo pueden incorporarse a la Z-40 en dirección a Teruel y Madrid o seguir recto hacia La Cartuja o El Burgo. Y en sentido inverso, ocurre lo mismo:solo se puede girar hacia el Cuarto Cinturón para ir hacia Barcelona o continuar de frente para acceder a la capital aragonesa.

Más congestión en el Príncipe Felipe

Como efecto colateral de estas restricciones, el tráfico ha estado más congestionado en el cruce del Tercer Cinturón con la A-68, en las inmediaciones del pabellón Príncipe Felipe. No obstante, la cosa no ha ido a mayores. A ello ha ayudado el dispositivo especial que ha desplegado la Policía Local de Zaragoza a primeras horas de la mañana, cuando más movimientos se registran por los traslados al trabajo.

"Pensábamos que se iba a liar, pero ha sido al contrario. Mejor que un día normal. Hoy he tardado menos en llegar", aseguró Jaime Ortiz, que trabaja en uno de los polígonos próximos a la zona cero de las obras. "Me esperaba más jaleo, pero la verdad es que me ha sorprendido de qu en que no hubiera follón", comenta Lourdes Gómez, que trabaja en Electromecánica Saumar, otra empresa situada junto al meollo.

La conclusión general es que, por el momento, han surtido efecto las medidas de planificación, señalización e información previa puesta en marcha por el ministerio y la empresa concesionaria del proyecto para mitigar las importantes afecciones al tráfico del proyecto.

Algunas empresa de los polígonos de La Cartuja han sido precavidas y han optado por escalonar las entradas y salidas de sus trabajadores para reducir la concentración de tráfico en esta concurrida carretera. Otras han permitido incluso por ofrecer el teletrabajo a parte de su plantilla para evitar desplazamientos.

Un eje "taponado"

"Mucha gente, a sabiendas de lo que podía ocurrir, han buscado rutas alternativas", señala Herminio Soláns, gerente de la empresa Tecemac, ubicada en el polígono La Noria de El Burgo de Ebro. "Yo vivo en Santa Isabel y me he venido directamente por la ARA-1", afirma. "De todas formas es el primer día, ya veremos más adelante", añade, al tiempo que confía en que las obras cumplan los plazos.

Otros han optado por acceder por el camino que une la rotonda del tanatorio de Servisa con los polígonos aledaños a la A-68, una vía alternativa que este lunes registraba más movimiento de lo habitual. "Ante lo que podía pasar, me he venido por aquí y se notaba que había más vehículos", explicaba el gerente de un taller de la zona.

"Para nosotros es un alivio y una gran noticia que hayan empezado las obras. Es un proyecto muy necesario para que deje de ser un eje taponado por el embudo que se forma en la rotonda", asegura Vicente Royo, alcalde de El Burgo de Ebro, que destacó las "pocas afecciones" que ha habido. "La verdad es que la Administración nos tiene informados de primera mano a todos los ayuntamientos y afectados. A ver si las obras se siguen desarrollando en orden y en el timpo fijado", consideró.