Hace ahora un año que el Justicia de Aragón creó la Oficina de la Infancia y de la Adolescencia. 365 días en los que han recibido, atendido y escuchado las quejas de los menores que reclaman el cumplimiento de sus derechos. Aunque todavía está en preparación del informe definitivo, su responsable, Andrés Esteban, señala que el número de quejas es similar, e incluso mayor, a las del año pasado, cuando rondaron las 70. No se contabilizan las de Educación y Sanidad, que elevarían la cifra total, –entonces serían «bastantes más»– sino que se limita a las del Área de menores. Además, desde la oficina, dependiente del Justicia de Aragón, no se realizan expedientes cuando sólo hay consultas u orientación. Esteban reclama que se ponga en marcha el consejo aragonés de infancia y adolescencia autonómico, que ya debería estar activo y que servirá para defender los intereses de los menores y ejercerá como órgano de participación de los mismos para dirigirse a la administración autonómica.
Para recoger las reclamaciones se puso en marcha un correo electrónico oia@eljusticiadearagon.es y un número de teléfono gratuito 900 210 210 y han dado sus frutos, ya que mantienen la «escucha activa a niños y niñas de Aragón», asegura Esteban; pero también llegan de progenitores y familia extensa por «denuncias en el ámbito familiar» o de acoso escolar.
Las quejas que les llegan son en un 12% de conflictos familiares, «más si se consideran las de abuelos y familia extensa», reconoce el responsable de la Oficina de la Infancia. Por eso reclaman que los niños sean el centro, se les considere de «interés superior» porque en el momento en que esa situación decae y se «pasa a instrumentalizarlos» se les pone en riesgo. Muchas de las reclamaciones son por separaciones conflictivas y «negligencia emocional». Se ven casos en los que un progenitor utiliza al niño para hacer daño al otro y «aunque no son muchos, para nosotros son muy importantes»; de ahí que a las familias les planteen que «el objeto debe ser el bienestar» del menor y que este «no gaste energía entre papá o mamá», insiste.
También se realizan intervenciones relacionadas con la protección de menores y el desacuerdo de las familias con la administración cuando se les retira el acogimiento. Siempre es buscando el bien del menor.
Falta de especialistas
Le preocupa a Andrés Esteban el servicio de Atención Temprana, donde hay unos 500 niños en lista de espera para su valoración, y aunque reconoce que se están poniendo medidas, las califica de «parciales». Además, hay que tener en cuenta que esa lista de espera es esencial para el desarrollo del menor. Uno de los casos que tiene en cartera la oficina es el de un niño de dos años y medio al que «no se va a intervenir hasta dentro de 3 meses», cuando hay experiencias de este programa que señalan que «cuanto antes se hace el abordaje, la mejora es tremenda».
encuesta: La satisfacción del acogimiento alcanza el 100%
Un encuentro entre familias que acogen por primera vez para dar a conocer de primera mano la realidad de la experiencia, mayor atención a las vivencias emocionales de familias y de los niños, aumentar la cuantía económica de las manutenciones de los menores, mayor formación de todos los miembros de las familias acogedoras. Estas son algunas de las recomendaciones que realiza el prácticum de investigación Los acogimientos familiares de niños y niñas de Aragón. Una mirada trasversal, que han realizado los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales Laura Ottasowie, Laia Palagüerri, Carlota Pallás, Ariadna Royo y Sandra Valero, bajo la dirección de Beatriz Marcos y con apoyo del Justicia de Aragón.
Además, invita a llevar a cabo un seguimiento prolongado cuando acabe el acogimiento, facilitar los trámites de escolarización, ya que en muchas ocasiones los acogimientos se dan cuando el curso ya a comenzado. También señalan la importancia de instaurar un acogimiento profesional de casos más complicados de menores con TDAH, autismo, problemas de conducta y comportamientos violentos, que en otras comunidades ya existen, y aumentar el número de profesionales para agilizar el proceso, así como favorecer que se lleven a cabo en el medio rural, ya que, por ejemplo, el 42% de los profesionales ven vivir en un pueblo un hándicap porque la mayoría de recursos están en las grandes ciudades.
Para llegar a estas conclusiones los autores han llevado a cabo entrevistas con familias y profesionales implicados en el acogimiento. Un 16,6% de los encuestados recomendaron la implantación de un acogimiento de tipo vacacional. Y uno de cada tres considera que sería necesario hacer modificaciones en las cuantías económicas que reciben las familias. La satisfacción de la acogida alcanza, sin embargo, el 100%.
La respuesta del Gobierno de Aragón es que «hasta que no se de alguien de baja no se puede dar un alta». Ahí entran también los perfiles de los niños que necesitan auxiliares de educación especial, muy reclamados por los padres y por los centros educativos. «En nuestra sociedad hay cada vez más niños con necesidades de apoyo, y es algo transversal a la sociedad», ya que no entran las clases sociales salvo cuando «uno no se queda en lista de espera y no puede ir a la privada».
La salud mental es también una de las principales reivindicaciones, ya que «todavía estamos en la fase de la pospandemia», asegura Esteban, que recuerda la frase de un psiquiatra que decía: «No lo vimos venir». Faltan especialistas, sobre todo fuera de Zaragoza.
También la Educación aparece en la lista. Y Caneto, aunque «todo es lo mismo», ya que debemos poner «al niño en el centro». Los pequeños de ese centro «estaban escolarizados y ahora se les desmonta».
El papel de los medios también se analiza, ya que existen consultas sobre «respetar la privacidad» o sobre la sobreexposición de menores en redes sociales. La oficina también informa, como en casos en los que los padres quieren derivar a un chico de 16 años a un centro «para conseguir una normalidad», pero ahí entra la legislación ya que solo se puede entrar por orden judicial. Además, ahí «los competente son los responsables al no poner límites». Y realiza un trabajo en red con entidades de Zaragoza, el Ayuntamiento de Huesca y defensorías de España (están trabajando en cómo garantizar los derechos de los niños en situaciones de riesgo) y a nivel internacional.
Una jornada que apuesta por la participación de los jóvenes
La Convención de los Derechos del Niño incluye principios o derechos fundamentales: el de supervivencia y desarrollo, el de no discriminación, el del interés superior del menor y el de la participación y el respeto a la opinión. Esto supone que los menores pueden expresar sus puntos de vista, sean tomados en consideración e influyan en los asuntos que les afectan. El Grupo de Trabajo de Infancia y Juventud de la Red Aragonesa de Entidades Sociales para la Inclusión quiere reivindicar este derecho y lo hace con la jornada La infancia y la juventud enREDedados por la participación, que tendrá lugar este lunes a las 9.00 horas. Representantes de instituciones, centros educativos, entidades sociales, técnicos y expertos, que expondrán experiencias, esfuerzos y dificultades encontradas para hacer que los menores participen en sus colegios, barrios, ciudades y pueblos de la comunidad.
El Gobierno de Aragón también organiza actividades. A las 11.00 en LAAAB habrá una construcción colaborativa donde participarán alumnos del colegio Cándido Domingo. Y, a las 12.45, una mesa redonda sobre los Consejos Locales de Infancia y Adolescencia.