TRADICIÓN NACIONAL

«Locura» en los locales de Lotería a pocos días del sorteo navideño

Las administraciones señalan que «la inflación no ha afectado a la hora de comprar boletos»

Los números impares o de fechas especiales son siempre los más demandados

Fila en la administración número 1 de la calle Alfonso I de Zaragoza.

Fila en la administración número 1 de la calle Alfonso I de Zaragoza. / El Periódico de Aragón

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Zaragoza

La cuenta atrás para conocer el Gordo de Navidad ha comenzado y de ello dan cuenta las administraciones de lotería porque, en muchas de ellas, los ciudadanos hacen fila desde bien temprano para elegir el número que les podría hacer millonarios el día 22 de diciembre.

Al frente de la administración número 1 de Zaragoza, que hace esquina con la calle Alfonso I, la lotera atiende a una mujer que ha decidido llevarse ocho boletos de lotería que menciona porque «hay que repartir a mucha familia». La trabajadora apenas puede parar entre cliente y cliente porque «estos días son una locura, ya queda muy poco para el 22 y todos aprovechan para acercarse a comprar», expone.

Un grupo de amigas hace fila justo detrás. «Somos de Alicante, hemos venido a pasar unos días y no queríamos irnos de aquí sin un boleto», explica una de ellas. La joven admite que, de sus compañeras, ella es la que más obsesión tiene con este juego invernal, «no sé cuántos llego a comprar, pero más de 20 seguro», señala. Lleva coleccionando los números desde verano, «entre la familia y los amigos que te ofrecen, siempre acabas comprando un montón», incide, y añade que a su casa volverá, «como mínimo», con varios números de la capital de Aragón.

Unos pasos por detrás, Conchi e Isabel esperan para elegir sus boletos en la misma administración. «Yo la verdad que no juego nunca, pero Conchi se ha empeñado», dice Isabel con indignación, y ligero acento catalán. «Somos de Salou y venimos a comprar el Gordo porque... ¡nos va a tocar!», asegura emocionada Conchi. «Yo juego siempre, aunque este año llevo menos boletos. Unos cinco o seis habré comprado ya», añade la mujer.

En la administración número 80 de Zaragoza, situada en la calle de Doctor Cerrada, Sonia atiende a los clientes que pasan a comprar la lotería. En comparación con las del centro, el público entra por la puerta a cuentagotas. Aún así, la lotera garantiza que la venta de boletos ha ido muy bien, «en la línea del año pasado», apunta.

Señala también que los números más demandados son los que terminan en 5 y en 7, «los impares gustan mucho, aunque los hay que compran la papeleta según la fecha de nacimiento de su nieto o hijo, o por la de alguna boda».

Carmen, zaragozana de toda la vida, es un ejemplo de compra de lotería bajo superstición. «Vengo a la de calle la Alfonso I todos los años, porque se ve de fondo el Pilar y da buena suerte», garantiza la mujer, aunque menciona que «¡de momento el Gordo no ha caído, hija!». También los hay que eligen el número en función de la matrícula del coche, las coordenadas de algún lugar o, incluso, al azar sin saber el número hasta el día del sorteo. Marco, por ejemplo, hace cola en la misma fila que Carmen y asegura que todos los años compra un único número: «el de mi trabajo», que asegura adquirir desde hace más de treinta años. En esta ocasión, se llevará «unos 40» boletos, porque «he venido a por los míos y a por los de mis compañeros», apunta.

En Teruel, muchos ciudadanos que se acercaron a la administración número 5. «Ha sido para comprar el boleto que predijo el ChatGPT», señala la lotera. «Hay muchas manías, eso desde luego», apunta la trabajadora. Sobre el balance de ventas, asegura que «aún es pronto para saberlo, pero lo que me ha parecido a mí es que va bien». «La lotería de Navidad es un sorteo único y muy bonito, porque cuando toca el premio abarca a mucha gente. Es una tradición y, a pesar de la inflación, la gente compra sus números de siempre», explica. Nunca se sabe si el boleto que se lleva en el bolsillo puede ser el premio gordo.

Por ello, «mucha gente compra más números conforme va acercándose la fecha. Te ofrecen los amigos, el del bar de toda la vida... y compras porque piensas ¿y si toca?», señala la lotera turolense.

En la administración número 5 de Huesca comprobaron en 2018 que la suerte está más cerca de lo que uno piensa. «La gente estaba muy contenta, además tocó muy repartido por el colegio de San Viator de la ciudad y una papelería de Zaragoza que también lo vendían», explica la trabajadora del establecimiento. Por ahora, asegura que la venta va «muy bien, muchos números ya se han acabado». Sobre todo, aquellos que terminan «en 7 o en 9», señala la lotera.

Toca esperar y guardar a buen recaudo las papeletas hasta el día 22, cuando los niños de San Ildelfonso cantarán las cifras que levanten la alegría en algunas localidades de España. Aunque siempre hay alguien como Isabel que se resisten a la tentación porque «es un gasto tonto que nunca toca». 

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