El derribo de un pajar abandonado saca a la luz restos humanos en Nigüella (Zaragoza)

El ayuntamiento ordena parar las obras de demolición y comunica el hallazgo a la Guardia Civil

El último propietario documentado oficialmente adquirió la finca en agosto de 1936

Imagen de los restos humanos hallados en Nigüella

Imagen de los restos humanos hallados en Nigüella

Fran Osambela

Fran Osambela

En la localidad zaragozana de Nigüella se han celebrado estos días las fiestas en honor a San Lorenzo, motivo suficiente para que hijos y nietos del pueblo, allegados y veraneantes en general hayan llenado sus calles. Pero más allá de la vida que recobra cada verano, este pequeño núcleo perteneciente a la comarca Comunidad de Calatayud apenas tiene oficialmente 60 personas censadas y son menos de la mitad de esa cifra las que lo habitan durante el invierno. Sin embargo, últimamente Nigüella no ceja a la hora de sobresalir en el mapa y no solo porque ha estrenado una flamante pista de pádel gracias al plan PLUS de la DPZ.

En mayo pasado se hizo célebre en las redes por acoger la recreación del legendario concierto de la azotea de los Beatles, con la particularidad de que el grupo Hey Bulldogs, protagonista de la cita, tuvo que improvisar y actuar ¡a ras de suelo!, ya que la azotea elegida en un principio fue desestimada en el último momento por inadecuada: el sonido no era el deseable y tampoco la visión, ya que apenas había ángulo desde la calle para ver a los músicos.

Un mes después, el domingo 9 de junio por la noche, Nigüella repetía protagonismo, esta vez porque el juez de paz perdió la documentación de las elecciones europeas que trasladaba a Calatayud una vez realizado el escrutinio de los votos. Los papeles viajaban en el maletín de la moto, volaron por el camino y nunca más se supo de ellos. Una copia de las actas, eso sí, resolvió el problema a la hora de dar por válidos los resultados. 

El pajar donde se llevan a cabo las obras de demolición

El pajar donde se llevan a cabo las obras de demolición / GOOGLE

Suma y sigue: ahora le toca el turno al hallazgo de un enterramiento humano como consecuencia del derribo de una vieja construcción que en su día pudo ser un pajar y un corral anexo. Está ubicada en la calle Eras Altas, en el número 12, a la entrada del pueblo según se llega desde Mesones de Isuela por la carretera A-2304 y su estado es de ruina total. Tras los informes técnicos preceptivos que recomendaban su demolición, el pasado 12 de julio se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la ejecución de la obra y hace un par de semanas comenzaron los trabajos.

Ahora estos se han paralizado tras topar los obreros hace unos días con los restos de un esqueleto humano, incluido el cráneo. “Creemos que lo mejor ha sido parar las obras para comunicar el hallazgo a la Guardia Civil. Obviamente, nos ha cogido por sorpresa y ahora mismo desconocemos cuál será el procedimiento a seguir”, comenta Cintia Liarte, alcaldesa de Nigüella. 

Vecinos del pueblo han narrado a este diario que varios agentes estuvieron el viernes y el lunes en el lugar del hallazgo y es precisamente la Policía Judicial de la Benemérita la que se ha hecho cargo del caso.

Imagen del enterramiento

Imagen del enterramiento / EL PERIÓDICO

El último propietario conocido

En el pueblo, de momento, nadie acierta a recordar a quién pertenecía esa propiedad, ya que lleva mucho tiempo abandonada. Según se publicó en el BOE en julio, el nombre del último dueño documentado por la Administración es el de Estanislao Pinilla García, quien, según consta en el Registro de Calatayud, la adquirió hace casi 90 años, concretamente en verano de 1936. 

Ya en el siglo XXI, hace solo un par de años, un vecino avisó de que caían cascotes del pajar, especialmente los días de mucho viento. Tras seguir paso a paso todos los requerimientos necesarios, técnicos y administrativos (incluido el intento fallido de encontrar herederos o descendientes), se procedió a declarar el estado de ruina y ordenar su derribo.

La noticia ha corrido estos días como la pólvora entre los habitantes de la localidad y alguno se ha acercado a hacer fotografías por su cuenta pese a que la zona está protegida con vallas y un plástico de gran tamaño. En los corrillos se comenta especialmente el hecho de que los restos humanos hallados hayan aparecido sin ataúd. 

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